Boca se llevó un premio enorme que no merecía


Buenos Aires, Clarin
A muy poco del final, Boca se fue con una sonrisa de su debut en Córdoba. Con un cabezazo de Daniel Díaz, que se desvió en Pier Barrios (el árbitro se lo dio en contra al defensor local), el equipo de Carlos Bianchi se impuso por 2-1 a Belgrano, que pagó muy caro los fallos del árbitro Carlos Maglio y su asistente Ariel Scime. El juez anuló mal dos goles y no cobró un claro penal para los locales. Pese al triunfo, los de la Ribera mostraron la misma mala cara del campeonato pasado.


En el estadio Mario Alberto Kempes, con la presencia de infiltrados de Boca entre los hinchas locales (debido a la prohibición de los visitantes), los goles y las polémicas taparon muy rápido toda la atención que se podía haber llevado ese asunto. Y en ese arranque fueron los del Virrey los que tomaron la pelota.

Boca salió a llevarse por delante a Belgrano y casi consigue golpear al minuto, luego de un error de Lollo en el área local, que Juan Sánchez Miño no pudo capitalizar. Pero a pesar de tener la pelota, el visitante iba a encontrarse con un cachetazo de respuesta. A los 6, por la izquierda se movieron bien los cordobeses, Agustín Orion tapó un toque de Velázquez que iba al arco y en el rebote Carrera anotó el 1-0.

Pese al inesperado gol, Boca salió rápido a buscar la igualdad y lo iba a conseguir a través de la vía del penal. Olave, quien ya se había equivocado feo en el partido del debut ante Lanús, volvió a pecar y esta vez le cometió una grosera falta a Blandi dentro del área. Román tomó la pelota y cambió la infracción por gol con un toque con clase.

Las emociones no iban a parar. Belgrano reaccionó igual que Boca después del gol y fue por una nueva ventaja. Pero esta vez se encontró con el juez de línea y con Carlos Maglio que se lo impidieron. A los 16 y a los 20, Velázquez cambió por gol dos centros en legítima posición. Pero el línea Ariel Scime lo vio adelantado y el árbitro los invalidó. ¿Más? Sí. A los 22, Maglio no le cobró un claro penal a Carrera y encima lo amonestó (ver "Seis minutos del árbitro que enfurecieron a Belgrano").

Con el correr de los minutos, la visita reaccionó y tomó la pelota. Román comenzó a asociarse con Sánchez Miño y el juego apareció. Pero la defensa, endeble, siguió fallando. Belgrano, sin manejar el balón, se las ingenió para seguir inquietando. Y de paso, protestándole a Maglio cada jugada por los errores cometidos anteriormente.

El segundo tiempo perdió esa intensidad del primero. Boca quiso manejar la pelota pero Belgrano se las ingenió para complicarle esa tarea a Riquelme y compañía. ¿Las chances? Recién llegarían después de la media hora. Primero, Guillermo Farré lo tuvo en dos oportunidades, primero con un mano a mano que tapó Orion y después con un remate desde lejos que también fue a las manos del arquero.

Boca lo tuvo un par de minutos después. Román habilitó a Gigliotti, que había ingresado unos minutos antes, y el ex goleador de Colón sacó un fuerte remate que Olave tapó con mucho esfuerzo.

Pero el visitante iba a tener una más. A los 41, Román tiró un corner desde la izquierda y el Cata Díaz, uno de los refuerzos, apareció para cabecear la pelota del triunfo. En el camino, el balón pegó en Barrios y se desvió, por lo que Boca terminó festejando un 2-1 marcado por la polémica de los fallos del árbitro Maglio y sus asistentes.

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