Sandro Rosell harta a los Messi
El crack azulgrana vive su momento más delicado de los 12 años que lleva en el club. Desde que saltó la noticia de su presunto delito fiscal, el jugador no se siente arropado.
As
Como bien dice Ramón Besa en El País, el Barcelona parece estar sufriendo más daño por las divisiones internas y eternas del club que con el esfuerzo de tres años de José Mourinho. El jueves, en Trentino (Italia), fue Pep Guardiola, en la concentración de pretemporada con el Bayern Múnich, el que cargó contra la directiva de Sandro Rosell. Antes fueron las lágrimas de Eric Abidal (ya presentado como jugador del Mónaco) y su incomprensión por los motivos que le dieron para no renovar su contrato las que también dejaron huella en el vestuario del equipo. O el comportamiento hacia David Villa: el club le buscó sustituto con la llegada de Alexis y ahora con la del brasileño Neymar, y la sensación que existe es que al futbolista asturiano no le han dado la oportunidad de recuperar su nivel tras su grave lesión de tibia y peroné sufrida en diciembre de 2011 en Yokohama (Japón).
A esa lista de agraviados de Rosell que va creciendo, hay que añadir a Leo Messi. Ni el futbolista argentino ni su padre han recibido apoyo suficiente del club en el asunto del fisco y eso está perjudicando seriamente una relación que nunca ha sido muy estrecha. Los gestos hacia Messi desde la junta o de Sandro Rosell desde que surgieran las primeras informaciones sobre la supuesta evasión de impuestos han sido mínimos: en otras épocas el presidente se convertía en la primera línea de defensa de cualquier jugador del Barcelona con dificultades. Otros directivos han criticado en privado el modo cómo se ha gestionado la fortuna del crack del Barça, pero ninguno de ellos se ha ofrecido a apoyar o ayudar a la familia para clarificar el asunto.
Poco feeling. Por primera vez desde que llegara desde su Rosario natal (Argentina) con 13 años, el mercado internacional siente que existe la posibilidad real de conseguir atraer a la estrella Leo Messi. Eso, o cuanto menos, se habla entre bambalinas en el fútbol europeo que una oferta multimillonaria tendría una mejor recepción por parte de los Messi que en ningún otro momento de los últimos 12 años. La junta del Barcelona no quiere ni oír hablar de una posible venta de su futbolista bandera pero deberá mejorar su relación con él si no quiere que su relación alcance un punto de no retorno.
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Como bien dice Ramón Besa en El País, el Barcelona parece estar sufriendo más daño por las divisiones internas y eternas del club que con el esfuerzo de tres años de José Mourinho. El jueves, en Trentino (Italia), fue Pep Guardiola, en la concentración de pretemporada con el Bayern Múnich, el que cargó contra la directiva de Sandro Rosell. Antes fueron las lágrimas de Eric Abidal (ya presentado como jugador del Mónaco) y su incomprensión por los motivos que le dieron para no renovar su contrato las que también dejaron huella en el vestuario del equipo. O el comportamiento hacia David Villa: el club le buscó sustituto con la llegada de Alexis y ahora con la del brasileño Neymar, y la sensación que existe es que al futbolista asturiano no le han dado la oportunidad de recuperar su nivel tras su grave lesión de tibia y peroné sufrida en diciembre de 2011 en Yokohama (Japón).
A esa lista de agraviados de Rosell que va creciendo, hay que añadir a Leo Messi. Ni el futbolista argentino ni su padre han recibido apoyo suficiente del club en el asunto del fisco y eso está perjudicando seriamente una relación que nunca ha sido muy estrecha. Los gestos hacia Messi desde la junta o de Sandro Rosell desde que surgieran las primeras informaciones sobre la supuesta evasión de impuestos han sido mínimos: en otras épocas el presidente se convertía en la primera línea de defensa de cualquier jugador del Barcelona con dificultades. Otros directivos han criticado en privado el modo cómo se ha gestionado la fortuna del crack del Barça, pero ninguno de ellos se ha ofrecido a apoyar o ayudar a la familia para clarificar el asunto.
Poco feeling. Por primera vez desde que llegara desde su Rosario natal (Argentina) con 13 años, el mercado internacional siente que existe la posibilidad real de conseguir atraer a la estrella Leo Messi. Eso, o cuanto menos, se habla entre bambalinas en el fútbol europeo que una oferta multimillonaria tendría una mejor recepción por parte de los Messi que en ningún otro momento de los últimos 12 años. La junta del Barcelona no quiere ni oír hablar de una posible venta de su futbolista bandera pero deberá mejorar su relación con él si no quiere que su relación alcance un punto de no retorno.