Papa confesó a un grupo de jóvenes y se reúne con reclusos en Brasil
Río de Janeiro, EFE
El papa Francisco confesó hoy en el parque Quinta da Boa Vista de Río de Janeiro a cinco jóvenes, tres muchachos y dos muchachas, en el acto más íntimo y reservado de los programados durante la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud.
Francisco sigue así los pasos de Benedicto XVI, que en la JMJ de Madrid de 2011 también confesó a cuatro chicos, dos hombres y dos mujeres, en el Parque del Retiro de la capital española.
En el parque Quinta da Boa Vista han sido instalados 50 confesionarios para que los jóvenes que asisten a la JMJ de Río puedan confesarse en la que ya se conoce como “fiesta del perdón”.
Uno de esos 50 puestos lo ocupó Francisco. El confesionario fue colocado en un lugar reservado del parque para respetar la privacidad del encuentro con los cinco jóvenes.
Los jóvenes eran de lengua española, portuguesa e italiana.
Los confesionarios han sido diseñados por el arquitecto español Ignacio Íñiguez de Onzono, de 58 años. Son de madera blanca y reproducen la forma de la estatua del Cristo Redentor del Corcovado, de Río de Janeiro.
El parque acoge en estos días de la JMJ la Feria de las Vocaciones, importante evento que implica a las congregaciones religiosas. Participan 150 comunidades y congregaciones religiosas cada una con un pabellón.
El coordinador de la iniciativa, el sacerdote Leonardo Lopes, afirmó que el objetivo es invitar a todos los que visitan la feria religiosa a que se pregunten “cuál es el diseño de Dios para ellos.
Además de los pabellones de las congregaciones, en el Parque Quina da Boa Vista también se ha levantado otro para que se pueda adorar el Santísimo Sacramento, así como zonas deportivas, musicales y de restauración.
Tras confesar a los jóvenes, el papa Francisco se trasladó en el papamóvil descubierto, en una jornada soleada después de varios día de lluvia, al palacio arzobispal de Río de Janeiro, donde mantendrá un breve encuentro privado con varios jóvenes que cumplen prisión.
Después rezará el ángelus desde el balcón central del palacio arzobispal, se reunirá con los miembros del comité local de la JMJ y almorzará en el palacio arzobispal con doce jóvenes, dos por cada continente, más otros dos brasileños.
El papa Francisco confesó hoy en el parque Quinta da Boa Vista de Río de Janeiro a cinco jóvenes, tres muchachos y dos muchachas, en el acto más íntimo y reservado de los programados durante la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud.
Francisco sigue así los pasos de Benedicto XVI, que en la JMJ de Madrid de 2011 también confesó a cuatro chicos, dos hombres y dos mujeres, en el Parque del Retiro de la capital española.
En el parque Quinta da Boa Vista han sido instalados 50 confesionarios para que los jóvenes que asisten a la JMJ de Río puedan confesarse en la que ya se conoce como “fiesta del perdón”.
Uno de esos 50 puestos lo ocupó Francisco. El confesionario fue colocado en un lugar reservado del parque para respetar la privacidad del encuentro con los cinco jóvenes.
Los jóvenes eran de lengua española, portuguesa e italiana.
Los confesionarios han sido diseñados por el arquitecto español Ignacio Íñiguez de Onzono, de 58 años. Son de madera blanca y reproducen la forma de la estatua del Cristo Redentor del Corcovado, de Río de Janeiro.
El parque acoge en estos días de la JMJ la Feria de las Vocaciones, importante evento que implica a las congregaciones religiosas. Participan 150 comunidades y congregaciones religiosas cada una con un pabellón.
El coordinador de la iniciativa, el sacerdote Leonardo Lopes, afirmó que el objetivo es invitar a todos los que visitan la feria religiosa a que se pregunten “cuál es el diseño de Dios para ellos.
Además de los pabellones de las congregaciones, en el Parque Quina da Boa Vista también se ha levantado otro para que se pueda adorar el Santísimo Sacramento, así como zonas deportivas, musicales y de restauración.
Tras confesar a los jóvenes, el papa Francisco se trasladó en el papamóvil descubierto, en una jornada soleada después de varios día de lluvia, al palacio arzobispal de Río de Janeiro, donde mantendrá un breve encuentro privado con varios jóvenes que cumplen prisión.
Después rezará el ángelus desde el balcón central del palacio arzobispal, se reunirá con los miembros del comité local de la JMJ y almorzará en el palacio arzobispal con doce jóvenes, dos por cada continente, más otros dos brasileños.