Ollanta Humala cumple dos años en el Gobierno de Perú con fuerte desgaste

Lima, EFE
El presidente de Perú, Ollanta Humala, cumple este domingo dos años de Gobierno con una fuerte caída de popularidad debido a las críticas a su gestión y con una polémica sobre la eventual postulación de su esposa, Nadine Heredia, para sucederle, algo que ella ha rechazado.


La popularidad del mandatario peruano ha caído de abril a julio 18 puntos, para ubicarse en un 33 % de aprobación, la más baja de su gestión, de acuerdo a la empresa de sondeos Ipsos.

Entre las principales críticas a Humala está el incumplimiento de promesas electorales como la reducción del precio del gas, el incremento de sueldos en el sector estatal y la defensa de derechos laborales, que los sindicatos consideran vulnerados con nuevas leyes para organizar el aparato público.

La oposición, encabezada por el expresidente Alan García (2006-2011 y 1985-1990), también ha insistido en los últimos meses en pedir a Humala aclarar si apoyaba las supuestas intenciones de su esposa de postular a la Presidencia en 2016.

Desde que surgieron los rumores de que Humala gobernaba en estrecha coordinación con Heredia se dispararon las versiones de que la primera dama buscaba una “reelección conyugal” en 2016, tal como la calificó el expresidente García.

Finalmente, Nadine Heredia negó el pasado 5 de julio que vaya a presentarse a las elecciones de 2016 o que pretenda presentar alguna medida legal para favorecer su candidatura, dado que la ley electoral prohíbe a los familiares directos del mandatario aspirar a la Presidencia.

El analista político Nelson Manrique comentó a Efe que Humala ha sufrido “un creciente proceso de aislamiento” por su distanciamiento de otros partidos políticos.
Nadine Heredia tiene una permanente presencia en actos oficiales y varios ministros han declarado que coordinan con ella temas de gobierno e incluso el titular de Defensa, Pedro Cateriano, fue sorprendido en una conversación asegurando que la esposa de Humala le había dado “luz verde” para firmar un contrato con una entidad internacional.

El analista político Nelson Manrique comentó a Efe que Humala ha sufrido “un creciente proceso de aislamiento” por su distanciamiento de otros partidos políticos y las organizaciones populares que lo llevaron al poder.

Manrique señaló que ha influido mucho “una sensación de falta de liderazgo” por la participación de Heredia y “la idea del uso de los recursos fiscales para apuntalar una candidatura” de la primera dama.

Persiste “la imagen de que es un cogobierno y que la primera dama, que no ha sido elegida, es copresidenta”, anotó.

En los últimos días, Humala y el Congreso peruano también han recibido el rechazo de trabajadores y estudiantes que realizaron protestas contra el reparto de cargos públicos entre sus militantes y aliados políticos.

Estas movilizaciones, que está previsto que se repitan este fin de semana, forzaron al Congreso a anular esta semana las designaciones de magistrados del Tribunal Constitucional, del defensor del pueblo y de miembros del Banco Central de Reserva.

No obstante, Humala cumple su segundo año de Gobierno con el alivio de haber calmado otras protestas sociales en Cajamarca, en el norte del país, donde operan las principales empresas productoras de oro y plata de Suramérica.

El proyecto minero Conga, de la estadounidense Newmont, generó la primera crisis política a Humala, con protestas que dejaron cinco muertos, por la oposición de las autoridades locales y comunidades a la destrucción de cuatro lagunas para explotar oro.

El manejo de la economía, el impulso a programas sociales y la reducción de la pobreza a 25 % son algunos de los logros de la gestión de Humala.

El líder del partido Gana Perú ha mantenido una política económica de disciplina fiscal, defensa de las inversiones y un crecimiento del 6 % por el alza del consumo interno y la construcción.

Sin embargo, el gobernante se enfrenta a una creciente inseguridad ciudadana en las ciudades que viven un alza en su actividad comercial, inmobiliaria e industrial.

Los más sonados casos de secuestros y asaltos han elevado las críticas contra el ministerio del Interior y la Policía Nacional, una institución atenazada por constantes denuncias de corrupción.

Humala ha decidido mantener en sus puestos a los cuestionados ministros del Interior, Wilfredo Pedraza, y de Defensa, Pedro Cateriano, y ha optado esta semana por realizar tres cambios ministeriales para permitir el ingreso de tecnócratas y una exfuncionaria del gobierno de su aliado político, el expresidente Alejandro Toledo.

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