Martino: método y bielsismo contra inexperiencia en Europa

Barcelona, As
Lo que más le toca de cerca al fútbol español de Gerardo Martino (ni él, cuenta, sabe el porqué del apodo Tata) como entrenador sucedió en el Mundial 2010, en Sudáfrica. Entonces una selección de perfil bajo como Paraguay pero que optimizaba con mucho tino Martino y había sido sensación en la fase de clasificación, estuvo a punto de dejar fuera a España en Johannesburgo. Un equipo rocoso y con numerosos conceptos tácticos que apretó a los de Del Bosque hasta el final. De aquel partido, además del gol de Villa, se recuerda que Casillas salvó el partido porque Paraguay, entre otras cosas, tenía un juego de estrategia bien trabajado que obtuvo un penalti de Piqué. Cardozo lo falló. A Nelson Haedo Valdez también se le anuló un gol y Casillas volvió a salvar in extremis el partido con una doble parada al final. He ahí, en un estudio de aquel partido, una de las mejores cartas de presentación para Martino. El Barça, que en los últimos tiempos había relajado la táctica, volverá a contar, o eso llega desde Argentina con un entrenador con método. Distinto y lejos de la escuela holandesa de la que tanto ha bebido el Barcelona, pero con método. Paraguay fue una de las selecciones más respetadas en Sudamérica gracias a su fase de clasificación.


Es imposible separar a este rosarino, ídolo en Newell’s Old Boys, de Marcelo Bielsa. A las órdenes de Bielsa se proclamó campeón en el famoso “Newell’s carajo” de principios de los 90 que también rozó la Libertadores. Martino, el líder en el terreno de juego. Bielsa, el gurú que ha sido influencia en Martino, que jugó 509 partidos. Entonces ya era un futbolista en madurez. Una de las personas a las que hizo especialmente feliz fue a Jorge Messi, padre de Lionel, seguidor de Newell’s, equipo al que devolvió a la gloria y del que se ha alabado su buen gusto por el juego. Martino siguió las huellas de Bielsa y, como él, se quedó a las puertas de la Libertadores. Esta vez, en semifinales (Bielsa fue finalista) pero con el aplauso generalizado. Que Martino sea más cartesiano que el modelo algo más ornamental que ha extremado el Barça no signifique que desprecie el balón. Al contrario, forma parte de su librillo.

Metódico, estudioso, se ha declarado en antiguas entrevistas notablemente admirador del Barcelona que construyó Guardiola: “Ese Barça marcó referencia, los argentinos nos estamos preocupando demasiado por ganar”. El Tata, que como jugador llegó a pasar por Tenerife a las órdenes de Indio Solari, ha llegado a declarar que le costaría hablar con Messi: “Cuando lo ve tan dimensionado, sabiéndolo todo casi, resulta difícil pensarlo de vuelta aquí”. Martino, que empezó dirigiendo al Almirante Brown de Arrecifes, ganó títulos en Paraguay con Libertad y Cerro Porteño y luego volvió a Colón de Santa Fe. En Argentina también también ha ganado, concretamente con Newell’s, al que dio un estilo reconocible que ha sido aplaudido en Argentina y Sudamérica.

Martino no tiene experiencia en Europa pero a cambio tiene unas cuantas credenciales que deberían valerle para mitigar en parte el escepticismo con el que se le recibe: ha construido buenos equipos de fútbol. La grandeza del Barça, en comparación con los clubes en los que jugó y entrenó, le queda lejos. Ese es su gran reto: adaptarse a un equipo que ha hecho historia y convencer a los jugadores con su perfil sincero pero firme. Y con un detalle importante que habrá llamado la atención en Barcelona: su atención a la cantera.

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