Maduro tacha a Rajoy de “corrupto” y “padrino” de la oposición venezolana
El presidente venezolano tachó al mandatario español de "corrupto" al referirse al 'caso Bárcenas'
Ewald Scharfenberg
Caracas, El País
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, tildó hoy de “corrupto” y “padrino político y brazo financiero de la derecha venezolana” al presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, poniendo en entredicho las relaciones, ya de por sí frágiles, entre Caracas y Madrid.
La mención tuvo lugar en un acto en el que el mandatario venezolano concedió reconocimientos a los jefes militares de las Regiones de Defensa Integral (Redi), comandos recientemente constituidos siguiendo el modelo cubano. “Hay que informar más al pueblo sobre la verdad de lo que es el desmoronamiento de una clase política absolutamente corrompida”, insistió el sucesor de Hugo Chávez, refiriéndose al caso que implica al extesorero del gobernante Partido Popular (PP) español, Luis Bárcenas. “Están privatizando la salud, la educación, las pensiones. ¡un 25% de desempleo, un 53% de desempleo entre los jóvenes!”.
Recordó que el diputado de la oposición venezolana, Julio Borges, líder del centroderechista partido Primero Justicia (PJ), se había fotografiado en alguna oportunidad con “esos bandidos que ahora están presos”, en alusión a funcionarios del partido oficialista español.
Además de la afinidad ideológica que el chavismo cree rastrear entre Primero Justicia —agrupación a la que está afiliado el excandidato presidencial Henrique Capriles Radonski— y el Partido Popular, el gobierno de Caracas viene denunciando a través de su red de medios de información y propaganda que el empresario gallego Manuel Jove Capellán —al que identifica como “gran financista” del PP— y el grupo empresarial Veta constituirían una fuente de financiamiento para las acciones de desestabilización contra el régimen.
En abril pasado, el gobierno de Rajoy pareció vacilar de dar el reconocimiento a la presidencia que Maduro acababa de asumir el día 19 de ese mes. Maduro fue proclamado ganador de las elecciones presidenciales con un escaso uno por ciento de ventaja sobre Capriles Radonski, un resultado que la oposición impugnó. Cuando el canciller español García-Margallo dio señales de que preferiría esperar a que la situación política en Venezuela se aclarara, el nuevo presidente chavista exigió a Madrid rectificación y disculpas so pena de “darle la respuesta adecuada”.
La intervención de este sábado de Maduro representa una verdadera escalada del bolivarianismo revolucionario en su frente internacional. Durante el evento militar, el presidente venezolano criticó la recepción ofrecida en Santiago de Chile por el presidente Sebastián Piñera y personalidades a las que calificó de “pinochetistas”.
Aún más tajante lució ante Estados Unidos. Advirtió al gobierno de Obama que daría por terminadas “las relaciones con Estados Unidos y me planto ante el imperio”. La reacción obedece a las recientes declaraciones de la nueva embajadora de Washington ante las Naciones Unidas, Samantha Power, en las que anunció que lucharía “contra las políticas represivas” de los gobiernos de Cuba y Venezuela. “Mi política es tolerancia cero frente a las agresiones de los gringos […] Hagan con su imperio lo que quieran pero con Venezuela no se metan más”, expresó Maduro.
Casi en simultáneo, el ministerio de Relaciones Exteriores emitió un comunicado en el que anuncia que “La República Bolivariana de Venezuela da por terminados los procesos iniciados en las conversaciones de Guatemala [con el secretario de Estado, John Kerry], que tenían por fin la regularización de nuestras relaciones diplomáticas” con Washington.
Los medios oficiales en Venezuela dieron enseguida gran difusión a las amenazas vertidas por Maduro, lo que parece indicar que se trata de un giro deliberado en la política exterior y no de un rapto momentáneo del mandatario.
Ewald Scharfenberg
Caracas, El País
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, tildó hoy de “corrupto” y “padrino político y brazo financiero de la derecha venezolana” al presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, poniendo en entredicho las relaciones, ya de por sí frágiles, entre Caracas y Madrid.
La mención tuvo lugar en un acto en el que el mandatario venezolano concedió reconocimientos a los jefes militares de las Regiones de Defensa Integral (Redi), comandos recientemente constituidos siguiendo el modelo cubano. “Hay que informar más al pueblo sobre la verdad de lo que es el desmoronamiento de una clase política absolutamente corrompida”, insistió el sucesor de Hugo Chávez, refiriéndose al caso que implica al extesorero del gobernante Partido Popular (PP) español, Luis Bárcenas. “Están privatizando la salud, la educación, las pensiones. ¡un 25% de desempleo, un 53% de desempleo entre los jóvenes!”.
Recordó que el diputado de la oposición venezolana, Julio Borges, líder del centroderechista partido Primero Justicia (PJ), se había fotografiado en alguna oportunidad con “esos bandidos que ahora están presos”, en alusión a funcionarios del partido oficialista español.
Además de la afinidad ideológica que el chavismo cree rastrear entre Primero Justicia —agrupación a la que está afiliado el excandidato presidencial Henrique Capriles Radonski— y el Partido Popular, el gobierno de Caracas viene denunciando a través de su red de medios de información y propaganda que el empresario gallego Manuel Jove Capellán —al que identifica como “gran financista” del PP— y el grupo empresarial Veta constituirían una fuente de financiamiento para las acciones de desestabilización contra el régimen.
En abril pasado, el gobierno de Rajoy pareció vacilar de dar el reconocimiento a la presidencia que Maduro acababa de asumir el día 19 de ese mes. Maduro fue proclamado ganador de las elecciones presidenciales con un escaso uno por ciento de ventaja sobre Capriles Radonski, un resultado que la oposición impugnó. Cuando el canciller español García-Margallo dio señales de que preferiría esperar a que la situación política en Venezuela se aclarara, el nuevo presidente chavista exigió a Madrid rectificación y disculpas so pena de “darle la respuesta adecuada”.
La intervención de este sábado de Maduro representa una verdadera escalada del bolivarianismo revolucionario en su frente internacional. Durante el evento militar, el presidente venezolano criticó la recepción ofrecida en Santiago de Chile por el presidente Sebastián Piñera y personalidades a las que calificó de “pinochetistas”.
Aún más tajante lució ante Estados Unidos. Advirtió al gobierno de Obama que daría por terminadas “las relaciones con Estados Unidos y me planto ante el imperio”. La reacción obedece a las recientes declaraciones de la nueva embajadora de Washington ante las Naciones Unidas, Samantha Power, en las que anunció que lucharía “contra las políticas represivas” de los gobiernos de Cuba y Venezuela. “Mi política es tolerancia cero frente a las agresiones de los gringos […] Hagan con su imperio lo que quieran pero con Venezuela no se metan más”, expresó Maduro.
Casi en simultáneo, el ministerio de Relaciones Exteriores emitió un comunicado en el que anuncia que “La República Bolivariana de Venezuela da por terminados los procesos iniciados en las conversaciones de Guatemala [con el secretario de Estado, John Kerry], que tenían por fin la regularización de nuestras relaciones diplomáticas” con Washington.
Los medios oficiales en Venezuela dieron enseguida gran difusión a las amenazas vertidas por Maduro, lo que parece indicar que se trata de un giro deliberado en la política exterior y no de un rapto momentáneo del mandatario.