Maduro ofrece “asilo humanitario” a Snowden en Venezuela
El discurso del presidente contra EE UU desbarata el plan diseñado por Caracas para acercarse a Washington
Alfredo Meza
Caracas, El País
A principios de semana, en dos ocasiones anteriores, el presidente Nicolás Maduro cortejó a Edward Snowden, pero a la tercera decidió revelar lo que realmente desea. En el marco de la parada militar con motivo del 202 aniversario de la firma del Acta de la Independencia venezolana, el jefe de Estado se saltó el protocolo. Mientras el oficial responsable del desfile –un batiburrillo en el que se exhibe el poder de fuego de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y a los trabajadores desarmados de las llamadas Misiones, los programas sociales creados por el Ejecutivo con ayuda de Cuba- daba el parte formal del acto, Maduro anunció que su gobierno daría “asilo humanitario” al joven informático que sigue varado como un paria en el aeropuerto internacional de Moscú. “Para protegerlo de la persecución que se ha desatado por parte del más poderoso imperio del mundo”, dijo.
Fue un discurso muy encendido hacia Estados Unidos, país al que dedicó calificativos que evocaron los epítetos más sonoros de la era bolivariana contra lo que han llamado imperialismo. “¿Quién viola la ley internacional? ¿Un joven que ha decidido decir la verdad del espionaje contra el mundo o un poder como el de las élites imperialistas que espían al mundo entero?”, se preguntó el jefe del Estado venezolano. Maduro coronó con una alusión a la guerra civil en Siria su crítica más feroz contra Washington desde que asumió el poder en abril, e hizo recordar al primer Hugo Chávez, ese que en 2001 criticó con firmeza la ofensiva militar sobre Afganistán tras el atentado terrorista del 11 de septiembre. “¿Y quién es el delincuente mundial?”, volvió a preguntarse el delfín del comandante, “¿un joven de 29 años que denuncia planes guerreristas o aquel gobierno que lanza bombas y arma a la oposición siria para derrocar al legítimo presidente Bachar El-Asad?”.
Durante su gira a Moscú y Bielorrusia el presidente había asegurado que Snowden “no había hecho nada malo” y calificó sus acciones “como un acto de rebeldía”. La demora del vuelo del presidente Evo Morales parece haber doblado su apuesta por posicionarse como el líder antiestadounidense de la región, un puesto que dejó vacante Chávez con su muerte, de la que hoy se cumplieron cuatro meses.
El discurso desbarata de momento el armónico plan que Caracas había diseñado al procurar un acercamiento con Washington tras el controvertido resultado de las elecciones del pasado 14 de abril. Maduro había nombrado incluso un nuevo encargado de negocios –Calixto Ortega- y bajado el tono antinorteamericano de su predecesor.
El líder opositor, Henrique Capriles Radonski, criticó la oferta de Maduro y relacionó el tema con un asunto de política doméstica. Para el gobernador del estado de Miranda, el presidente pretende tapar "que se robó las elecciones" y agregó que esa oferta "no le da legitimidad ni hace que la gente olvide el desastre económico, la inseguridad que crece y la escasez".
La pregunta que cabe hacerse ahora es qué tan seguro podría estar el ex espía de la NSA en Venezuela. Los precedentes no son muy auspiciosos. En 2005 y gracias a la complicidad de militares venezolanos, Colombia ingresó a territorio venezolano para capturar a alias Rodrigo Granda, el canciller de las FARC. En aquella oportunidad Caracas llamó a consultas a su embajador de Bogotá en lo que fue el inicio de la tensa relación que tuvieron Álvaro Uribe y Chávez.
Alfredo Meza
Caracas, El País
A principios de semana, en dos ocasiones anteriores, el presidente Nicolás Maduro cortejó a Edward Snowden, pero a la tercera decidió revelar lo que realmente desea. En el marco de la parada militar con motivo del 202 aniversario de la firma del Acta de la Independencia venezolana, el jefe de Estado se saltó el protocolo. Mientras el oficial responsable del desfile –un batiburrillo en el que se exhibe el poder de fuego de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y a los trabajadores desarmados de las llamadas Misiones, los programas sociales creados por el Ejecutivo con ayuda de Cuba- daba el parte formal del acto, Maduro anunció que su gobierno daría “asilo humanitario” al joven informático que sigue varado como un paria en el aeropuerto internacional de Moscú. “Para protegerlo de la persecución que se ha desatado por parte del más poderoso imperio del mundo”, dijo.
Fue un discurso muy encendido hacia Estados Unidos, país al que dedicó calificativos que evocaron los epítetos más sonoros de la era bolivariana contra lo que han llamado imperialismo. “¿Quién viola la ley internacional? ¿Un joven que ha decidido decir la verdad del espionaje contra el mundo o un poder como el de las élites imperialistas que espían al mundo entero?”, se preguntó el jefe del Estado venezolano. Maduro coronó con una alusión a la guerra civil en Siria su crítica más feroz contra Washington desde que asumió el poder en abril, e hizo recordar al primer Hugo Chávez, ese que en 2001 criticó con firmeza la ofensiva militar sobre Afganistán tras el atentado terrorista del 11 de septiembre. “¿Y quién es el delincuente mundial?”, volvió a preguntarse el delfín del comandante, “¿un joven de 29 años que denuncia planes guerreristas o aquel gobierno que lanza bombas y arma a la oposición siria para derrocar al legítimo presidente Bachar El-Asad?”.
Durante su gira a Moscú y Bielorrusia el presidente había asegurado que Snowden “no había hecho nada malo” y calificó sus acciones “como un acto de rebeldía”. La demora del vuelo del presidente Evo Morales parece haber doblado su apuesta por posicionarse como el líder antiestadounidense de la región, un puesto que dejó vacante Chávez con su muerte, de la que hoy se cumplieron cuatro meses.
El discurso desbarata de momento el armónico plan que Caracas había diseñado al procurar un acercamiento con Washington tras el controvertido resultado de las elecciones del pasado 14 de abril. Maduro había nombrado incluso un nuevo encargado de negocios –Calixto Ortega- y bajado el tono antinorteamericano de su predecesor.
El líder opositor, Henrique Capriles Radonski, criticó la oferta de Maduro y relacionó el tema con un asunto de política doméstica. Para el gobernador del estado de Miranda, el presidente pretende tapar "que se robó las elecciones" y agregó que esa oferta "no le da legitimidad ni hace que la gente olvide el desastre económico, la inseguridad que crece y la escasez".
La pregunta que cabe hacerse ahora es qué tan seguro podría estar el ex espía de la NSA en Venezuela. Los precedentes no son muy auspiciosos. En 2005 y gracias a la complicidad de militares venezolanos, Colombia ingresó a territorio venezolano para capturar a alias Rodrigo Granda, el canciller de las FARC. En aquella oportunidad Caracas llamó a consultas a su embajador de Bogotá en lo que fue el inicio de la tensa relación que tuvieron Álvaro Uribe y Chávez.