Los cascos azules de la ONU elevan la alerta en el sur de Líbano
La UE ha declarado organización terrorista a la rama militar del partido islamista chií Hezbolá
Miguel González
Madrid, El País
Los cascos azules desplegados en el sur de Líbano han elevado el nivel de alerta ante la posibilidad de que se produzcan “actos de hostilidad” después de que la UE declarase “organización terrorista” a la rama militar del partido chií Hezbolá. En total, la Fuerza Interina de la ONU para Líbano (Unifil) cuenta con unos 10.000 efectivos, dirigidos por el general italiano Paolo Serra. Francia, Italia y España (con 560 soldados, tras haberlos reducido a la mitad) son los tres países europeos que participan en esta misión y que están más expuestos a eventuales represalias.
Fuentes militares no creen probable que se produzca un atentado (como en el que en el verano de 2007 costó la vida a seis paracaidistas españoles y cuyo autoría nunca se esclareció), pero sí alguna manifestación o protesta (por ejemplo, obstaculizando el paso de las patrullas, lo que no sería la primera vez que ocurre) que deje en evidencia el malestar de la población local con los soldados europeos.
El acuerdo de la UE ha sido un ejercicio de malabarismo diplomático, al distinguir entre las ramas política y militar de Hezbolá, para proscribir a la segunda sin romper puentes con la primera, inventando una diferencia que no existe en la realidad. “¿De qué es el jefe Nasrala, del partido político o de la organización terrorista?”, se pregunta un experto. “De ambas, porque Hizbolá es un partido-milicia”.
Aun así, la decisión ha molestado a dicha organización, que podría realizar alguna exhibición del apoyo popular con que cuenta en el sur del país, para demostrar a las potencias europeas que les trae a cuenta llevarse bien con ella si quieren que la zona donde están desplegados los cascos azules siga siendo un oasis de tranquilidad frente a las tensiones que enfrentan a chiíes y sunís en otros puntos de Líbano a propósito de sus contrapuestas alianzas en el conflicto de Siria.
Miguel González
Madrid, El País
Los cascos azules desplegados en el sur de Líbano han elevado el nivel de alerta ante la posibilidad de que se produzcan “actos de hostilidad” después de que la UE declarase “organización terrorista” a la rama militar del partido chií Hezbolá. En total, la Fuerza Interina de la ONU para Líbano (Unifil) cuenta con unos 10.000 efectivos, dirigidos por el general italiano Paolo Serra. Francia, Italia y España (con 560 soldados, tras haberlos reducido a la mitad) son los tres países europeos que participan en esta misión y que están más expuestos a eventuales represalias.
Fuentes militares no creen probable que se produzca un atentado (como en el que en el verano de 2007 costó la vida a seis paracaidistas españoles y cuyo autoría nunca se esclareció), pero sí alguna manifestación o protesta (por ejemplo, obstaculizando el paso de las patrullas, lo que no sería la primera vez que ocurre) que deje en evidencia el malestar de la población local con los soldados europeos.
El acuerdo de la UE ha sido un ejercicio de malabarismo diplomático, al distinguir entre las ramas política y militar de Hezbolá, para proscribir a la segunda sin romper puentes con la primera, inventando una diferencia que no existe en la realidad. “¿De qué es el jefe Nasrala, del partido político o de la organización terrorista?”, se pregunta un experto. “De ambas, porque Hizbolá es un partido-milicia”.
Aun así, la decisión ha molestado a dicha organización, que podría realizar alguna exhibición del apoyo popular con que cuenta en el sur del país, para demostrar a las potencias europeas que les trae a cuenta llevarse bien con ella si quieren que la zona donde están desplegados los cascos azules siga siendo un oasis de tranquilidad frente a las tensiones que enfrentan a chiíes y sunís en otros puntos de Líbano a propósito de sus contrapuestas alianzas en el conflicto de Siria.