La valoración del Gobierno se derrumba
La velocidad en la erosión de la confianza de los empresarios es mayor que en la era Zapatero
David Fernández / Alicia González
Madrid, El País
Dicen que del amor al odio hay un paso. En el poco más de año y medio que lleva en el poder, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha dilapidado buena parte de la confianza que los empresarios depositaron en él tras ganar las elecciones en noviembre de 2011.
José Luis Rodríguez Zapatero dejó La Moncloa con el apoyo más bajo por parte de los directivos desde que se realiza el Barómetro de Empresas: solo un 6% de los encuestados calificaba de buena la política económica del entonces líder de los socialistas. En la oleada siguiente a la formación del nuevo Gobierno del Partido Popular (enero de 2012), la percepción de las élites corporativas del país sobre la situación política mejoró sustancialmente, ya que el 50% de los empresarios decían tener una buena valoración del equipo de Rajoy. Este voto de confianza, sin embargo, se ha evaporado. En el barómetro correspondiente al primer semestre de 2013, más de la mitad de los panelistas tienen una visión negativa de la trayectoria del Gobierno (el 39% la considera mala, y 14%, muy mala), para el 32% es indiferente y solo el 15% la califica de buena o muy buena.
Llama la atención lo rápido que se ha evaporado la confianza. Si bien el actual Gobierno conserva todavía más apoyo que el de la última legislatura de Zapatero, el empeoramiento en la valoración del Ejecutivo socialista fue mucho más paulatina.
El Gobierno, en el ojo del huracán en las últimas semanas por el caso Bárcenas, repite como una letanía que su agenda es la más reformista de las últimas décadas y que esas medidas son las que han permitido rebajar la prima de riesgo y con ello diluir la posibilidad de un rescate, al tiempo que están sentando las bases para la recuperación económica. Este relato casi idílico de la situación no concuerda con la visión que tienen los empresarios españoles. El 85% de los encuestados por Deloitte califican de “insuficientes” las reformas del PP.
Entre las actuaciones realizadas por Rajoy y su equipo económico, la mejor valorada sigue siendo la liberalización del mercado laboral, con un 38% de apoyos, aunque por debajo del 47% de la oleada anterior. A continuación le sigue la política para el fomento de las exportaciones con un 33% de las opiniones favorables (en el segundo semestre de 2012, esta reforma ocupaba el sexto puesto con solo el 27% de valoraciones positivas). Las medidas donde los empresarios muestran un mayor grado de desacuerdo son la política de investigación y desarrollo del Gobierno (un 67% opina en contra) y los temas relativos a la fiscalidad (un 80% de oposición).
Los empresarios creen que la economía española no es, en cierta medida, dueña de su destino. Y es que cuando se les pregunta qué variable afecta más a la economía local, la respuesta que más se repite es el impacto de la evolución económica del resto de países europeos, mientras que las medidas económicas y fiscales del Gobierno ocupan el segundo lugar por importancia. La tercera variable que más peso tiene es lo que pueda ocurrir con la economía estadounidense. El impacto de la evolución del precio del dinero, de los tipos de cambio o del precio del crudo quedan relegados al final de la lista.
Ficha técnica
En la presente edición del Barómetro de Empresas han participado 269 compañías cuya facturación conjunta supera el billón de euros y emplean a más de un millón de personas. El equipo de Deloitte está dirigido por Félix Losada y coordinado por Elena Rey. Juan Carlos Cid, Alejandro González de Aguilar y Juan Manuel Martínez, con la participación de Patricia García Escamilla, Susana Cid, Isabel Beltrán de Heredia y María Álvarez González, realizan el desarrollo técnico. El asesoramiento en la sección sexta de esta edición, Operaciones Corporativas, lo han aportado Enrique Gutiérrez, Jesús Valero y Fernando Baldellou, de Deloitte Corporate Finance.
La información facilitada por cada uno de los integrantes del panel es absolutamente confidencial, y se han mantenido en el anonimato las empresas que así lo han solicitado. Se adjunta una relación nominal autorizada de los integrantes del panel.
Uno de los grandes lastres para dejar atrás la recesión es que el crédito no acaba de llegar a las empresas y muchas se ven abocadas al cierre, con el consiguiente aumento del paro. Esta situación se perpetúa a pesar de las ingentes ayudas públicas que se han destinado para sanear el sector financiero. El crédito bancario a las familias tampoco repunta, lo que acentúa la caída del consumo interno. De acuerdo con los datos que contiene el barómetro, el problema de liquidez afecta más sobre todo a las pequeñas y medianas empresas que a las corporaciones de mayor tamaño (que son las que participan en esta muestra).
El 55% de las empresas encuestadas afirman que han logrado renovar líneas de crédito en el primer semestre del año, el 13% no lo han conseguido, mientras que un 32% no saben o no contestan a esta pregunta. En línea con estas respuestas, el 63% de los participantes en el barómetro aseguran que su compañía no ha sufrido problemas de acceso al crédito, el 26% sí se han encontrado con alguna traba, mientras que el 11% no saben o no contestan.
A la pregunta: “¿En qué grado le preocupan los problemas financieros de su empresa?”, las respuestas tampoco dejan entrever una situación demasiado alarmante. El 28% de los directivos reconocen que los temas financieros les preocupan mucho a corto plazo (preocupación que disminuye al 23% de las respuestas a largo plazo), los que aseguran que tienen una inquietud de grado medio a corto plazo representan el 25% (un 37% a largo plazo), mientras que los que dicen tener poca o nula preocupación en el corto plazo suman el 47% de las respuestas (el 40% a largo plazo).
En el primer semestre del año, la volatilidad ha sido la tónica en el mercado de divisas. En la primera parte del año, el tipo de cambio del euro ha sufrido fuertes oscilaciones, llegando a alcanzar una cotización máxima de 1,36 dólares para luego caer a un mínimo de 1,27 dólares. El tipo de cambio medio en el periodo fue de 1,31 dólares por euro. En este contexto, un 56% de los empresarios encuestados consideran que en los próximos meses la cotización del euro se mantendrá en los niveles actuales, frente a un 12% que apuestan porque se apreciará frente al billete verde y un 32% que creen que se depreciará.
El protagonismo de los bancos centrales en el devenir económico no ha hecho más que aumentar desde que estalló la crisis. Por ejemplo, las palabras hace un año del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi —“El BCE hará todo lo necesario para sostener el euro. Y, créanme, eso será suficiente”—, han sido claves para enfriar la prima de riesgo de los países de la periferia europea. En línea con esta política, en mayo pasado Draghi decidía recortar los tipos de interés hasta situarlos en el mínimo histórico del 0,5%, en un intento por impulsar la alicaída economía europea. Además, tras la reunión de julio sorprendía a los mercados al asegurar que los tipos de interés se mantendrán en los niveles actuales o incluso más bajos durante un largo periodo de tiempo, lo que dejaba la puerta abierta a abaratar aún más el precio del dinero.
Este mensaje de Draghi, sin embargo, todavía no se refleja en el resultado de la encuesta, ya que se reduce el número de participantes que esperan una bajada de los tipos de interés para el segundo semestre de 2013 hasta el 30% desde el 40% que así lo auguraban en la anterior oleada para el primer semestre. Además, un 64% esperan que los tipos se mantengan igual cuando seis meses antes representaban solo el 56%.
El miedo a una desaceleración económica mundial tuvo un impacto claro en el precio del crudo en el primer semestre. El barril de brent, petróleo de referencia en Europa, llegó a alcanzar a finales de enero una cotización máxima de 118 dólares, para poco después estar cerca de perder la barrera de los 100 dólares. El precio medio en el periodo fue de 107,9 dólares, y la mayor parte de los empresarios españoles (56%) piensan que la cotización se mantendrá entre 100 y 110 dólares en los próximos meses.
David Fernández / Alicia González
Madrid, El País
Dicen que del amor al odio hay un paso. En el poco más de año y medio que lleva en el poder, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha dilapidado buena parte de la confianza que los empresarios depositaron en él tras ganar las elecciones en noviembre de 2011.
José Luis Rodríguez Zapatero dejó La Moncloa con el apoyo más bajo por parte de los directivos desde que se realiza el Barómetro de Empresas: solo un 6% de los encuestados calificaba de buena la política económica del entonces líder de los socialistas. En la oleada siguiente a la formación del nuevo Gobierno del Partido Popular (enero de 2012), la percepción de las élites corporativas del país sobre la situación política mejoró sustancialmente, ya que el 50% de los empresarios decían tener una buena valoración del equipo de Rajoy. Este voto de confianza, sin embargo, se ha evaporado. En el barómetro correspondiente al primer semestre de 2013, más de la mitad de los panelistas tienen una visión negativa de la trayectoria del Gobierno (el 39% la considera mala, y 14%, muy mala), para el 32% es indiferente y solo el 15% la califica de buena o muy buena.
Llama la atención lo rápido que se ha evaporado la confianza. Si bien el actual Gobierno conserva todavía más apoyo que el de la última legislatura de Zapatero, el empeoramiento en la valoración del Ejecutivo socialista fue mucho más paulatina.
El Gobierno, en el ojo del huracán en las últimas semanas por el caso Bárcenas, repite como una letanía que su agenda es la más reformista de las últimas décadas y que esas medidas son las que han permitido rebajar la prima de riesgo y con ello diluir la posibilidad de un rescate, al tiempo que están sentando las bases para la recuperación económica. Este relato casi idílico de la situación no concuerda con la visión que tienen los empresarios españoles. El 85% de los encuestados por Deloitte califican de “insuficientes” las reformas del PP.
Entre las actuaciones realizadas por Rajoy y su equipo económico, la mejor valorada sigue siendo la liberalización del mercado laboral, con un 38% de apoyos, aunque por debajo del 47% de la oleada anterior. A continuación le sigue la política para el fomento de las exportaciones con un 33% de las opiniones favorables (en el segundo semestre de 2012, esta reforma ocupaba el sexto puesto con solo el 27% de valoraciones positivas). Las medidas donde los empresarios muestran un mayor grado de desacuerdo son la política de investigación y desarrollo del Gobierno (un 67% opina en contra) y los temas relativos a la fiscalidad (un 80% de oposición).
Los empresarios creen que la economía española no es, en cierta medida, dueña de su destino. Y es que cuando se les pregunta qué variable afecta más a la economía local, la respuesta que más se repite es el impacto de la evolución económica del resto de países europeos, mientras que las medidas económicas y fiscales del Gobierno ocupan el segundo lugar por importancia. La tercera variable que más peso tiene es lo que pueda ocurrir con la economía estadounidense. El impacto de la evolución del precio del dinero, de los tipos de cambio o del precio del crudo quedan relegados al final de la lista.
Ficha técnica
En la presente edición del Barómetro de Empresas han participado 269 compañías cuya facturación conjunta supera el billón de euros y emplean a más de un millón de personas. El equipo de Deloitte está dirigido por Félix Losada y coordinado por Elena Rey. Juan Carlos Cid, Alejandro González de Aguilar y Juan Manuel Martínez, con la participación de Patricia García Escamilla, Susana Cid, Isabel Beltrán de Heredia y María Álvarez González, realizan el desarrollo técnico. El asesoramiento en la sección sexta de esta edición, Operaciones Corporativas, lo han aportado Enrique Gutiérrez, Jesús Valero y Fernando Baldellou, de Deloitte Corporate Finance.
La información facilitada por cada uno de los integrantes del panel es absolutamente confidencial, y se han mantenido en el anonimato las empresas que así lo han solicitado. Se adjunta una relación nominal autorizada de los integrantes del panel.
Uno de los grandes lastres para dejar atrás la recesión es que el crédito no acaba de llegar a las empresas y muchas se ven abocadas al cierre, con el consiguiente aumento del paro. Esta situación se perpetúa a pesar de las ingentes ayudas públicas que se han destinado para sanear el sector financiero. El crédito bancario a las familias tampoco repunta, lo que acentúa la caída del consumo interno. De acuerdo con los datos que contiene el barómetro, el problema de liquidez afecta más sobre todo a las pequeñas y medianas empresas que a las corporaciones de mayor tamaño (que son las que participan en esta muestra).
El 55% de las empresas encuestadas afirman que han logrado renovar líneas de crédito en el primer semestre del año, el 13% no lo han conseguido, mientras que un 32% no saben o no contestan a esta pregunta. En línea con estas respuestas, el 63% de los participantes en el barómetro aseguran que su compañía no ha sufrido problemas de acceso al crédito, el 26% sí se han encontrado con alguna traba, mientras que el 11% no saben o no contestan.
A la pregunta: “¿En qué grado le preocupan los problemas financieros de su empresa?”, las respuestas tampoco dejan entrever una situación demasiado alarmante. El 28% de los directivos reconocen que los temas financieros les preocupan mucho a corto plazo (preocupación que disminuye al 23% de las respuestas a largo plazo), los que aseguran que tienen una inquietud de grado medio a corto plazo representan el 25% (un 37% a largo plazo), mientras que los que dicen tener poca o nula preocupación en el corto plazo suman el 47% de las respuestas (el 40% a largo plazo).
En el primer semestre del año, la volatilidad ha sido la tónica en el mercado de divisas. En la primera parte del año, el tipo de cambio del euro ha sufrido fuertes oscilaciones, llegando a alcanzar una cotización máxima de 1,36 dólares para luego caer a un mínimo de 1,27 dólares. El tipo de cambio medio en el periodo fue de 1,31 dólares por euro. En este contexto, un 56% de los empresarios encuestados consideran que en los próximos meses la cotización del euro se mantendrá en los niveles actuales, frente a un 12% que apuestan porque se apreciará frente al billete verde y un 32% que creen que se depreciará.
El protagonismo de los bancos centrales en el devenir económico no ha hecho más que aumentar desde que estalló la crisis. Por ejemplo, las palabras hace un año del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi —“El BCE hará todo lo necesario para sostener el euro. Y, créanme, eso será suficiente”—, han sido claves para enfriar la prima de riesgo de los países de la periferia europea. En línea con esta política, en mayo pasado Draghi decidía recortar los tipos de interés hasta situarlos en el mínimo histórico del 0,5%, en un intento por impulsar la alicaída economía europea. Además, tras la reunión de julio sorprendía a los mercados al asegurar que los tipos de interés se mantendrán en los niveles actuales o incluso más bajos durante un largo periodo de tiempo, lo que dejaba la puerta abierta a abaratar aún más el precio del dinero.
Este mensaje de Draghi, sin embargo, todavía no se refleja en el resultado de la encuesta, ya que se reduce el número de participantes que esperan una bajada de los tipos de interés para el segundo semestre de 2013 hasta el 30% desde el 40% que así lo auguraban en la anterior oleada para el primer semestre. Además, un 64% esperan que los tipos se mantengan igual cuando seis meses antes representaban solo el 56%.
El miedo a una desaceleración económica mundial tuvo un impacto claro en el precio del crudo en el primer semestre. El barril de brent, petróleo de referencia en Europa, llegó a alcanzar a finales de enero una cotización máxima de 118 dólares, para poco después estar cerca de perder la barrera de los 100 dólares. El precio medio en el periodo fue de 107,9 dólares, y la mayor parte de los empresarios españoles (56%) piensan que la cotización se mantendrá entre 100 y 110 dólares en los próximos meses.