La fiscalía congela los fondos de los líderes de los Hermanos Musulmanes
La fiscalía ordena congelar los bienes de 14 dirigentes de los Hermanos Musulmanes.
El Baradei jura como vicepresidente encargado de asuntos exteriores
David Alandete
El Cairo, El País
Incrementando su presión sobre los líderes de la sociedad de los Hermanos Musulmanes, la fiscalía de Egipto ordenó el domingo el bloqueo de los fondos de 14 de sus cabecillas, incluido el líder supremo Mohamed Badie y varios dirigentes de su brazo político, el Partido Libertad y Justicia. A Mohamed Morsi, el presidente depuesto en el golpe de Estado, se le interrogó el domingo sobre su escape de prisión en 2011, en los últimos días de gobierno de Hosni Mubarak, después de que un juzgado pidiera en junio al ministerio público que investigue si en esa huida le ayudaron operativos de los grupos islamistas Hamás, que rige la franja de Gaza, y Hezbolá, que controla el gobierno de Líbano.
El nuevo vicepresidente de asuntos internacionales, el premio Nobel de la Paz Mohamed el Baradei, tomó el domingo posesión de su cargo. El primer ministro interino, Hazem el Beblaui, eligió además como ministro de Exteriores a Nabil Fahmi, quien fuera embajador en Washington entre 1999 y 2008, con Mubarak en el poder. Ocupará la cartera de Finanzas Ahmed Galal, un economista doctorado por la universidad de Boston y con experiencia en el Banco Mundial. Su labor será ahora negociar un préstamo de 4.800 millones de dólares que el Fondo Monetario Internacional condiciona a una serie de reformas de austeridad.
Después de mantener detenidos a Morsi y su círculo más cercano y dictar órdenes de detención contra algunos de los líderes de los Hermanos Musulmanes, el nuevo Gobierno ha congelado las cuentas de 14 de estos últimos, como Essam el Erian y Mohamed Beltagi, vicepresidente y secretario general respectivamente del Partido Libertad y Justicia, brazo político de la hermandad. “Es el aborto completo del primer proceso democrático de este país”, opina este último. “Tenemos a un presidente encarcelado y a una organización legítima acosada y perseguida. Todos son elementos dentro de este sangriento golpe de Estado militar. Y no hay que verlo sólo como un ataque a la hermandad, sino contra la democracia y la legitimidad de las urnas”.
Se les investiga por supuesta incitación a la violencia en dos incidentes separados. El 30 de junio una turba asaltó la sede de la hermandad en El Cairo y desde dentro se abrió fuego. Murieron al menos ocho personas, sin que intervinieran el Ejército o la policía. El 8 de julio las fuerzas del orden cargaron contra una manifestación pro Morsi en el cuartel de la Guardia Republicana y murieron al menos 55 personas. Las fuerzas armadas mantienen que fueron provocadas y atacadas por lo que califican de “terroristas”.
Fuentes de la fiscalía dijeron el domingo que además han comenzado a interrogar al presidente depuesto por diversos supuestos delitos, entre ellos el de haber sido asistido por operativos islamistas extranjeros en su huida de prisión. Morsi pasó dos días en la cárcel, entre el 28 y 30 de enero de 2011, encerrado por motivos políticos junto a otros líderes de la hermandad. Mubarak se apeó del poder el 11 de febrero. El 23 de junio de este año un juzgado egipcio pidió a la fiscalía que investigara las circunstancias del escape de Morsi y otros 33 líderes de la hermandad, y que pidiera la ayuda de Interpol para detener a operativos de Hamás y Hezbolá implicados en él.
Además, el ministerio público dice haber recibido demandas contra Morsi por espionaje, incitación a la violencia y destrucción de la economía egipcia durante su mandato. “Son cargos inventados, no podemos considerar ninguno de ellos válidos”, opina Mohamed Gharib Abdel Aziz, abogado de los Hermanos Musulmanes. “El nuevo fiscal general [Hisham Barakat] ni siquiera tiene legitimidad, pues ha sido elegido por un gobierno golpista, y se está inventado cargos que no existen”, añade.
El general Abdel Fatah al Sisi, que orquestó el golpe de Estado del 3 de julio, dijo el domingo en un discurso en un repaso de tropas en El Cairo que no cierra la puerta a que los Hermanos Musulmanes participen en el nuevo proceso político, algo a lo que los líderes de la sociedad se han opuesto en días recientes. Justificando la deposición de Morsi, añadió: “Le envié delegados para pedirle que convocara un referéndum y su respuesta fue un rechazo completo”.
El Baradei jura como vicepresidente encargado de asuntos exteriores
David Alandete
El Cairo, El País
Incrementando su presión sobre los líderes de la sociedad de los Hermanos Musulmanes, la fiscalía de Egipto ordenó el domingo el bloqueo de los fondos de 14 de sus cabecillas, incluido el líder supremo Mohamed Badie y varios dirigentes de su brazo político, el Partido Libertad y Justicia. A Mohamed Morsi, el presidente depuesto en el golpe de Estado, se le interrogó el domingo sobre su escape de prisión en 2011, en los últimos días de gobierno de Hosni Mubarak, después de que un juzgado pidiera en junio al ministerio público que investigue si en esa huida le ayudaron operativos de los grupos islamistas Hamás, que rige la franja de Gaza, y Hezbolá, que controla el gobierno de Líbano.
El nuevo vicepresidente de asuntos internacionales, el premio Nobel de la Paz Mohamed el Baradei, tomó el domingo posesión de su cargo. El primer ministro interino, Hazem el Beblaui, eligió además como ministro de Exteriores a Nabil Fahmi, quien fuera embajador en Washington entre 1999 y 2008, con Mubarak en el poder. Ocupará la cartera de Finanzas Ahmed Galal, un economista doctorado por la universidad de Boston y con experiencia en el Banco Mundial. Su labor será ahora negociar un préstamo de 4.800 millones de dólares que el Fondo Monetario Internacional condiciona a una serie de reformas de austeridad.
Después de mantener detenidos a Morsi y su círculo más cercano y dictar órdenes de detención contra algunos de los líderes de los Hermanos Musulmanes, el nuevo Gobierno ha congelado las cuentas de 14 de estos últimos, como Essam el Erian y Mohamed Beltagi, vicepresidente y secretario general respectivamente del Partido Libertad y Justicia, brazo político de la hermandad. “Es el aborto completo del primer proceso democrático de este país”, opina este último. “Tenemos a un presidente encarcelado y a una organización legítima acosada y perseguida. Todos son elementos dentro de este sangriento golpe de Estado militar. Y no hay que verlo sólo como un ataque a la hermandad, sino contra la democracia y la legitimidad de las urnas”.
Se les investiga por supuesta incitación a la violencia en dos incidentes separados. El 30 de junio una turba asaltó la sede de la hermandad en El Cairo y desde dentro se abrió fuego. Murieron al menos ocho personas, sin que intervinieran el Ejército o la policía. El 8 de julio las fuerzas del orden cargaron contra una manifestación pro Morsi en el cuartel de la Guardia Republicana y murieron al menos 55 personas. Las fuerzas armadas mantienen que fueron provocadas y atacadas por lo que califican de “terroristas”.
Fuentes de la fiscalía dijeron el domingo que además han comenzado a interrogar al presidente depuesto por diversos supuestos delitos, entre ellos el de haber sido asistido por operativos islamistas extranjeros en su huida de prisión. Morsi pasó dos días en la cárcel, entre el 28 y 30 de enero de 2011, encerrado por motivos políticos junto a otros líderes de la hermandad. Mubarak se apeó del poder el 11 de febrero. El 23 de junio de este año un juzgado egipcio pidió a la fiscalía que investigara las circunstancias del escape de Morsi y otros 33 líderes de la hermandad, y que pidiera la ayuda de Interpol para detener a operativos de Hamás y Hezbolá implicados en él.
Además, el ministerio público dice haber recibido demandas contra Morsi por espionaje, incitación a la violencia y destrucción de la economía egipcia durante su mandato. “Son cargos inventados, no podemos considerar ninguno de ellos válidos”, opina Mohamed Gharib Abdel Aziz, abogado de los Hermanos Musulmanes. “El nuevo fiscal general [Hisham Barakat] ni siquiera tiene legitimidad, pues ha sido elegido por un gobierno golpista, y se está inventado cargos que no existen”, añade.
El general Abdel Fatah al Sisi, que orquestó el golpe de Estado del 3 de julio, dijo el domingo en un discurso en un repaso de tropas en El Cairo que no cierra la puerta a que los Hermanos Musulmanes participen en el nuevo proceso político, algo a lo que los líderes de la sociedad se han opuesto en días recientes. Justificando la deposición de Morsi, añadió: “Le envié delegados para pedirle que convocara un referéndum y su respuesta fue un rechazo completo”.