Investigan al conductor del tren siniestrado en España: “Descarrilé, qué le voy a hacer”
España, Reuters
La policía puso bajo investigación el jueves al conductor del tren español en el que murieron al menos 80 personas tras descarrilar cerca de Santiago de Compostela, en el noroeste de España, en uno de los peores desastres ferroviarios de Europa que causó también más de un centenar de heridos.
En total, 178 personas fueron llevas al hospital luego del choque. De ellas, 95 siguen siendo asistidas, con 36 en estado grave, incluidos cuatro niños, dijo la jefa de salud del gobierno regional. La funcionaria añadió que todos los heridos habían sido identificados.
Autoridades dijeron que personas de varias nacionalidades se encontraban heridas, entre ellos al menos un ciudadano británico y algunos estadounidenses.
Dramáticas imágenes de video tomadas por una cámara de seguridad y difundidas por internet mostraron cómo el tren choca contra un muro paralelo a las vías al descarrilar en una curva la noche del miércoles.
Uno de los dos maquinistas del tren fue imputado en la investigación y tendrá que prestar declaración ante la Policía Judicial, según confirmó una portavoz del Tribunal Superior de Justicia de Galicia.
Las autoridades gallegas dijeron que el tren tenía dos conductores y que uno estaba hospitalizado, pero quedaba inmediatamente claro cuál de los maquinistas declarará como imputado.
Reportes de periódicos citaban a testigos diciendo que el conductor Francisco José Garzón, quien ayudó a rescatar víctimas, gritaba: “Descarrilé, qué le voy a hacer, qué voy a hacer”.
El País indicó que uno de los maquinistas había quedado atrapado en la cabina y que comunicó por radio a la estación ferroviaria que el tren había ingresado en la curva a 190 kilómetros por hora.
“¡Somos humanos! ¡Somos humanos!”, repetía. “Espero que no haya muertos porque caerán sobre mi conciencia”, según el relato del periódico, que citó fuentes cercanas a la investigación.
El desastre se produjo en la víspera de una importante celebración religiosa en la popular ciudad del noroeste español a las 20.41 hora local del miércoles (1841 GMT).
En el lugar del accidente, aún yacían cuerpos cubiertos por mantas alrededor del tren devastado, mientras seguía saliendo humo. Todavía se estaban retirando restos de las víctimas el jueves por la mañana, 12 horas después del descarrilamiento.
Los trabajadores de emergencia habían detenido la búsqueda de sobrevivientes, según informó la portavoz judicial.
La policía puso bajo investigación el jueves al conductor del tren español en el que murieron al menos 80 personas tras descarrilar cerca de Santiago de Compostela, en el noroeste de España, en uno de los peores desastres ferroviarios de Europa que causó también más de un centenar de heridos.
En total, 178 personas fueron llevas al hospital luego del choque. De ellas, 95 siguen siendo asistidas, con 36 en estado grave, incluidos cuatro niños, dijo la jefa de salud del gobierno regional. La funcionaria añadió que todos los heridos habían sido identificados.
Autoridades dijeron que personas de varias nacionalidades se encontraban heridas, entre ellos al menos un ciudadano británico y algunos estadounidenses.
Dramáticas imágenes de video tomadas por una cámara de seguridad y difundidas por internet mostraron cómo el tren choca contra un muro paralelo a las vías al descarrilar en una curva la noche del miércoles.
Uno de los dos maquinistas del tren fue imputado en la investigación y tendrá que prestar declaración ante la Policía Judicial, según confirmó una portavoz del Tribunal Superior de Justicia de Galicia.
Las autoridades gallegas dijeron que el tren tenía dos conductores y que uno estaba hospitalizado, pero quedaba inmediatamente claro cuál de los maquinistas declarará como imputado.
Reportes de periódicos citaban a testigos diciendo que el conductor Francisco José Garzón, quien ayudó a rescatar víctimas, gritaba: “Descarrilé, qué le voy a hacer, qué voy a hacer”.
El País indicó que uno de los maquinistas había quedado atrapado en la cabina y que comunicó por radio a la estación ferroviaria que el tren había ingresado en la curva a 190 kilómetros por hora.
“¡Somos humanos! ¡Somos humanos!”, repetía. “Espero que no haya muertos porque caerán sobre mi conciencia”, según el relato del periódico, que citó fuentes cercanas a la investigación.
El desastre se produjo en la víspera de una importante celebración religiosa en la popular ciudad del noroeste español a las 20.41 hora local del miércoles (1841 GMT).
En el lugar del accidente, aún yacían cuerpos cubiertos por mantas alrededor del tren devastado, mientras seguía saliendo humo. Todavía se estaban retirando restos de las víctimas el jueves por la mañana, 12 horas después del descarrilamiento.
Los trabajadores de emergencia habían detenido la búsqueda de sobrevivientes, según informó la portavoz judicial.