Francia investiga si hubo sabotaje en el accidente de tren
Una aguja defectuosa pudo ser la causa del accidente de tren francés, según la empresa ferroviaria. Seis personas han muerto tras descarrilar un tren cerca de Brétigny-sur-Orge, a unos 40 kilómetros de París el viernes
Miguel Mora / EP
París, El País
El equipo de investigación del descarrilamiento de ayer en Essonne, que causó la muerte a seis personas el viernes tras descarrilar un tren cerca de Brétigny-sur-Orge, a unos 40 kilómetros de París, contempla la posibilidad de que el incidente se haya debido a un sabotaje. Los investigadores barajan esta posibilidad tras hallar una pieza de vía suelta que sostienen que difícilmente se podría haber desenganchado del raíl de manera accidental. "Esta pieza estaba unida por cuatro pernos y parece extraño que todos los pernos se hayan soltado al mismo tiempo. Hay todo tipo de conjeturas y no se puede descartar un acto malicioso", declaró a France Info el presidente del Consejo Regional de Ile de France, Jean-Paul Huchon.
Mientras, la compañía de ferrocarriles francesa SNCF ha aportado los primeros datos sobre las posibles causas del accidente. Una aguja defectuosa pudo ser la causa del siniestro, según informó la SNCF y publican hoy los medios franceses. Una suerte de traviesa que unía dos raíles "se soltó y se salió de su lugar", precisó Pierre Izard, director general de Infraestructuras de la empresa pública. La SNCF va a poner marcha una campaña de verificación de 5.000 agujas similares.
Media hora antes del accidente, otro tren transitó por el lugar exacto del accidente, sin que se produejra ninguna anomalía. La supuesta aguja defectuosa había sido revisada el pasado 4 de julio. Respecto al tren accidentado, el director general de la seguridad ferroviaria, Alain Krakovitch, no ofreció datos sobre cuándo fue la última revisión.
Un tren de largo recorrido que llevaba 370 personas a bordo descarriló a las 17.14 horas del viernes cuando se disponía a atravesar la estación de Brétigny-sur-Orge, una localidad situada en la provincia de Essonne. El descarrilamiento causó seis víctimas mortales y 30 heridos, ocho de ellos se encuentran en estado grave, según informó a última hora del viernes el primer ministro francés, Jean-Marc Ayrault. El presidente de la República, François Hollande, visitó el lugar del siniestro a las pocas horas.
El tren, un Intercity Teoz de la compañía pública SNCF, llevaba 370 pasajeros a bordo, viajaba desde París-Austerlitz hasta Limoges (al sur del país), cuando, según dijeron varios testigos, “entró en la estación a gran velocidad y se partió en dos trozos”. Hollande ha anunciado la apertura de tres investigaciones paralelas: una judicial, otra del ministerio de Transportes y otra de la propia SNCF.
Una fuente de SNCF explicó que el accidente no fue provocado por un choque sino por un exceso de velocidad, y señaló que la parte delantera del convoy cambió de vía mientras los seis coches de cola descarrilaban. Las imágenes aéreas mostraron que uno de los vagones voló sobre el andén y chocó contra una marquesina, antes de acabar tumbado sobre un costado encima de las vías.
Mehdi Bazgua, de 19 años, que viajaba en un tren de cercanías que estaba parado en la estación en el momento del accidente, relató así el suceso al diario Le Parisien: "Oí mucho ruido y vi una nube de polvo. Pensé que era un tren de mercancías, hasta que vi los primeros heridos. Ahí empezó el pánico y mucha gente se bajó del tren donde yo iba. Vi a un hombre inconsciente con el cráneo abierto. Muchos heridos, muchos atrapados...”.
La línea permanecerá cerrada hasta la tarde del sábado, aunque Hollande ha afirmado que el tráfico en la estación de Brétigny no se reestablecerá como mínimo hasta el lunes. El accidente ha cortado la línea de ferrocarril convencional París - Burdeos, que conecta la capital francesa con el sudoeste del país. Los servicios internacionales que conectan Francia con España también utilizan la línea; el trenhotel entre Barcelona y París se ha suspendido en ambos sentidos.
La tragedia es la más grave sucedida en los ferrocarriles franceses desde 1988, cuando 56 personas murieron en la estación de Lyon de la capital, al estrellarse un convoy descontrolado por el mal uso de los frenos de emergencia.
Miguel Mora / EP
París, El País
El equipo de investigación del descarrilamiento de ayer en Essonne, que causó la muerte a seis personas el viernes tras descarrilar un tren cerca de Brétigny-sur-Orge, a unos 40 kilómetros de París, contempla la posibilidad de que el incidente se haya debido a un sabotaje. Los investigadores barajan esta posibilidad tras hallar una pieza de vía suelta que sostienen que difícilmente se podría haber desenganchado del raíl de manera accidental. "Esta pieza estaba unida por cuatro pernos y parece extraño que todos los pernos se hayan soltado al mismo tiempo. Hay todo tipo de conjeturas y no se puede descartar un acto malicioso", declaró a France Info el presidente del Consejo Regional de Ile de France, Jean-Paul Huchon.
Mientras, la compañía de ferrocarriles francesa SNCF ha aportado los primeros datos sobre las posibles causas del accidente. Una aguja defectuosa pudo ser la causa del siniestro, según informó la SNCF y publican hoy los medios franceses. Una suerte de traviesa que unía dos raíles "se soltó y se salió de su lugar", precisó Pierre Izard, director general de Infraestructuras de la empresa pública. La SNCF va a poner marcha una campaña de verificación de 5.000 agujas similares.
Media hora antes del accidente, otro tren transitó por el lugar exacto del accidente, sin que se produejra ninguna anomalía. La supuesta aguja defectuosa había sido revisada el pasado 4 de julio. Respecto al tren accidentado, el director general de la seguridad ferroviaria, Alain Krakovitch, no ofreció datos sobre cuándo fue la última revisión.
Un tren de largo recorrido que llevaba 370 personas a bordo descarriló a las 17.14 horas del viernes cuando se disponía a atravesar la estación de Brétigny-sur-Orge, una localidad situada en la provincia de Essonne. El descarrilamiento causó seis víctimas mortales y 30 heridos, ocho de ellos se encuentran en estado grave, según informó a última hora del viernes el primer ministro francés, Jean-Marc Ayrault. El presidente de la República, François Hollande, visitó el lugar del siniestro a las pocas horas.
El tren, un Intercity Teoz de la compañía pública SNCF, llevaba 370 pasajeros a bordo, viajaba desde París-Austerlitz hasta Limoges (al sur del país), cuando, según dijeron varios testigos, “entró en la estación a gran velocidad y se partió en dos trozos”. Hollande ha anunciado la apertura de tres investigaciones paralelas: una judicial, otra del ministerio de Transportes y otra de la propia SNCF.
Una fuente de SNCF explicó que el accidente no fue provocado por un choque sino por un exceso de velocidad, y señaló que la parte delantera del convoy cambió de vía mientras los seis coches de cola descarrilaban. Las imágenes aéreas mostraron que uno de los vagones voló sobre el andén y chocó contra una marquesina, antes de acabar tumbado sobre un costado encima de las vías.
Mehdi Bazgua, de 19 años, que viajaba en un tren de cercanías que estaba parado en la estación en el momento del accidente, relató así el suceso al diario Le Parisien: "Oí mucho ruido y vi una nube de polvo. Pensé que era un tren de mercancías, hasta que vi los primeros heridos. Ahí empezó el pánico y mucha gente se bajó del tren donde yo iba. Vi a un hombre inconsciente con el cráneo abierto. Muchos heridos, muchos atrapados...”.
La línea permanecerá cerrada hasta la tarde del sábado, aunque Hollande ha afirmado que el tráfico en la estación de Brétigny no se reestablecerá como mínimo hasta el lunes. El accidente ha cortado la línea de ferrocarril convencional París - Burdeos, que conecta la capital francesa con el sudoeste del país. Los servicios internacionales que conectan Francia con España también utilizan la línea; el trenhotel entre Barcelona y París se ha suspendido en ambos sentidos.
La tragedia es la más grave sucedida en los ferrocarriles franceses desde 1988, cuando 56 personas murieron en la estación de Lyon de la capital, al estrellarse un convoy descontrolado por el mal uso de los frenos de emergencia.