Asesinados ocho jóvenes durante una fiesta en Venezuela

Versiones extraoficiales relacionan el caso con la violencia entre los sindicados de la construcción

Alfredo Meza
Caracas, El País
Muy pocas veces la remota población de Caicara del Orinoco, al occidente del Estado de Bolívar, fronteriza con Brasil, es mencionada en la prensa venezolana. Pero este domingo su nombre destacó en los titulares cuando se supo del asesinato de ocho personas durante la celebración de una fiesta.


Caicara es una ciudad situada a la orilla del Río Orinoco y distante 951 kilómetros de Caracas. A juzgar por los reportes de la prensa estatal las ocho personas estaban en una vivienda en la urbanización general Manuel Cedeño cuando llegaron cuatro hombres a bordo de dos motocicletas. Funcionarios de la policía del Estado Bolívar informaron que esos hombres, bajaron, los golpearon y luego los ajusticiaron, en lo que luce como una muerte por encargo. Las víctimas son Wikan Adrián Rodríguez Machado, de 18 años de edad; Manuel Prieto Pérez, de 18 años; Jhonny Enrique Peralta, de 35 años; Nelson Antonio Sánchez Álvarez, de 19 años; Oliver Alexander Ávila, de 28 años; Rubén Alexander González, de 20 años; un menor de edad, Pedro Rafael Morales; y otra persona que hasta ahora no ha sido identificada.

Las autoridades no han dado una explicación oficial. Sólo se han limitado a informar que el comienzo de las pesquisas ha sido comisionando a dos fiscales para dirigirlas. El diario nacional Últimas Noticias, citando fuentes anónimas, afirma que la masacre es consecuencia de las rencillas en el sector de la construcción, que desde hace varios años asolan a la región. La atomización del movimiento sindical promovida por el chavismo desde 1999 ha derivado en una cruenta lucha a pistola por el control de los empleos que se generan en la zona. En Puerto Ordaz, la ciudad más importante de esa provincia, los dirigentes sindicales hacen pintas con el nombre del sindicato que les agrupa en los portones de una obra apenas advierten los movimientos de tierra. Ese acto otorga el tácito derecho de proporcionar al constructor parte del personal obrero.

El número de fallecidos por esa disputa en Bolívar, un estado donde se asentaron las empresas básicas del hierro, el acero y el aluminio a principios de la década de los setenta, ha ido en aumento cada año. Reportes de la organización Observatorio Venezolano de Conflictividad Social indican que en 2012 mataron por ese motivo a 78 personas, más del doble de los 28 caídos durante todo 2011. Las organizaciones de derechos humanos han asegurado en sus informes que los delegados asisten armados a la obra y venden los cupos de empleo.

El diario regional Correo del Caroní admite que también las muertes obedecerían a un enfrentamiento entre delincuentes por el control de la zona. En cualquier caso, no es usual que en una misma noche caigan tantas personas en una celebración. Es una prueba, otra más, de la creciente inseguridad que azota al país. Cifras del Observatorio Venezolano de Violencia indican que en 2012 asesinaron a 21.692 personas, una media de 73 por cada 100 mil habitantes. El más reciente informe de la organización Provea asegura que la tasa es de 78 por cada 100 mil. El gobierno de Nicolás Maduro ha reconocido la gravedad del asunto, que su antecesor, Hugo Chávez, apenas mencionó en sus copiosos discursos. Recientemente se puso en práctica el plan 'Patria Segura' para intentar reducir los índices de criminalida

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