Un tiroteo en un campus de Santa Mónica deja cinco muertos


  • Uno de los fallecidos es el autor de los disparos
  • Hay cinco heridos hospitalizados
  • La policía ha detenido a una persona relacionada con el suceso


Eva Saiz
Washington, El País
Al menos cinco personas han fallecido en una sucesión de acontecimientos que se inició en una vivienda cerca del campus de la universidad de Santa Mónica y que ha concluido con un tiroteo en el interior del centro, donde el autor de los disparos ha sido abatido por la policía. Otras cinco personas se encuentran hospitalizadas. En la primera rueda de prensa, la jefa de la policía de la localidad, Jacqueline Seabrooks, confirmó siete muertes, pero en la segunda, las autoridades redujeron el número a cinco.


Al filo del mediodía de este viernes, el autor del tiroteo entró en una vivienda cercana al campus, mató a dos personas y prendió fuego a la casa. Acto seguido, salió a la calle y empezó a disparar de manera aleatoria a los vehículos -trató de subirse por la fuerza en uno y disparó en el brazo a su conductora, que está fuera de peligro- y personas que encontraba en su camino, allí pudo haber muerto la tercera. El sospechoso se dirigió a la universidad y, camino del la biblioteca, disparó a una estudiante -que falleció tras ser trasladada al hospital-. Una vez allí, siguió disparando contra los alumnos que se encontraban estudiando para los exámenes finales, hasta que fue abatido por la policía.

Los heridos han sido distribuidos en dos hospitales de la localidad. Una de las tres que fueron trasladadas al Centro Médico Ronald Reagan es la que falleció tras ser disparada en los pasillos de la universidad. De las otras dos, una está muy grave, ha confirmado su portavoz, Marshall Morgan. El resto de las tres víctimas se encuentran en buen estado en Centro Médico de Santa Mónica. La policía no ha identificado al autor del tiroteo pero lo ha descrito como un hombre blanco de entre 25 y 30 años que iba vestido completamente de negro y llevaba un chaleco antibalas. Tampoco se ha confirmado el número o el tipo de armas que había enfundado, aunque varios testigos coinciden en que se trataba de rifles de asalto. En la primera rueda de prensa se informó de que la policía había detenido a una persona que podía estar relacionada con el suceso, pero en la siguiente se indicó que había sido liberado.

El tiroteo ha sucedido a menos de cinco kilómetros de donde el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, atendía a un acto de recaudación de fondos antes de reunirse con su homólogo chino, Xi Jinping. Tras la matanza de la escuela de Newtown, Obama se comprometió para evitar que masacres como aquella, en la que fallecieron 20 niños y siete adultos, se volvieran a repetir. El tiroteo de San Mónica de este viernes no se ha cobrado el mismo número de víctimas del atentado de Newtown, pero las escenas de pánico y desconcierto han sido muy semejantes a las que se contemplaron el pasado 14 de noviembre en la localidad de Connecticut.

El presidente se embarcó entonces en una ofensiva para arrancar del Congreso una legislación más dura sobre el control de armas. Finalmente, la iniciativa más ambiciosa para erradicar la violencia por las armas presentada en el Senado en los últimos 20 años, naufragó el pasado mes de abril y con ella buena parte de las esperanzas del presidente por hacer realidad una de sus apuestas más firmes de su segunda legislatura. El tiroteo de este viernes volverá a reabrir el debate sobre el control de armas, pero parece difícil que vuelva a trasladarse al Capitolio en los próximos meses.

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