Turquía reclama a las redes sociales información sobre los indignados

El Ministerio de Comunicación pide a Twitter que revele la identidad de usuarios con mensajes insultantes. El Gobierno dice que Facebook ha colaborado, pero la empresa lo niega.

José Miguel Calatayud
Estambul, El País
Las autoridades turcas han solicitado información a las redes sociales Facebook y Twitter sobre sus usuarios en relación con las más de tres semanas de protestas contra el Gobierno en varias ciudades de este país. Binali Yildirim, ministro de Transporte y Comunicaciones, afirmó ayer que Twitter se había negado a colaborar con el Gobierno, que ya había recibido una respuesta “positiva” de Facebook, que ya llevaría un tiempo “cooperando con el Estado”.


“Cuando se solicitan informaciones, queremos que haya alguien en Turquía que nos las pueda proporcionar. Debe haber un interlocutor a quien podamos enviar nuestras reclamaciones y que pueda corregir un error si lo hay”, puntualizó el ministro en una clara referencia a Twitter, que no tiene oficina en Turquía.

Un alto cargo del Ministerio de Comunicaciones citado por la agencia Reuters aseguró que el Gobierno había pedido a Twitter que revelara las identidades de los usuarios que habían publicado mensajes que podrían ser considerados insultantes hacia el Gobierno o el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, o que hayan afectado a los derechos de otras personas. “Hemos comunicado a todas las redes sociales que, si tienen presencia en Turquía, deben cumplir la ley turca (…) Probablemente, Twitter también la cumplirá. Esta situación no puede seguir así”, advirtió Yildirim.

Miles de personas ocuparon y cerraron los accesos a la plaza Taksim y al parque Gezi, en el centro de Estambul, entre el 31 de mayo y el 1 de junio para protestar contra la violencia policial y contra el Gobierno de Erdogan, al que los manifestantes acusaban de “autoritario”. La mayoría de los grandes medios de comunicación turcos no informaron de las protestas, por lo que los ciudadanos recurrieron a Facebook, Twitter y a otros servicios en Internet para buscar y compartir información. Las manifestaciones se acabaron extendiendo a otras ciudades del país y aún continúan de forma ocasional.

Al inicio de las revueltas, Erdogan había definido a Twitter como “problema” y “amenaza” contra la sociedad por ayudar a propagar “mentiras”. Más de 30 personas fueron detenidas en Esmirna acusadas de haber incitado a la violencia a través de esta red social.

“El Gobierno turco ha tenido mucho miedo de estas revueltas inesperadas, que deben algo a las redes sociales, pero no tanto como el Gobierno imagina”, advierte una experta

“Nosotros no decimos: `Bueno, si crees en tal cosa, entonces no puedes usar nuestra plataforma para eso”, ha asegurado en Washington, el director ejecutivo de Twitter, Dick Costolo. “Puedes usar nuestra plataforma para decir lo que tú creas, y eso es lo que la gente de Turquía está haciendo. El programa en sí no tiene ningún punto de vista sobre estas cosas”, explicó Costolo.

Esta misma semana, el alcalde de Ankara, Ibrahim Melih Gokcek, del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, en sus siglas en turco) que lidera Erdogan, recurrió precisamente a su cuenta en Twitter para acusar a Selin Girit, una periodista turca de la BBC, de “espía” y de colaborar con una conspiración internacional para “colapsar” la economía turca. Gokcek creó una etiqueta de Twitter contra esta periodista y animó a sus seguidores a que la difundieran. Sin embargo, seguidores de Girit crearon su propia etiqueta, en la que calificaban de “provocador” al alcalde, que superó en popularidad a la primera. Gokcek respondió también a través de Twitter amenazando con demandar a todas las personas que le acusaran de “provocador”.

Horas después el ministro turco de Transporte y Comunicaciones asegurara que había recibido una respuesta “positiva” de la red social Facebook a su demanda de colaboración, la empresa lo negó a través de un comunicado: “Facebook no ha proporcionado datos de sus usuarios a las autoridades turcas en respuesta a las solicitudes del Gobierno en relación con las protestas”.

“Estamos preocupados por las propuestas legislativas para requerir a las compañías de Internet que proporcionen información a los cuerpos de seguridad”, añadió Facebook. El Parlamento turco está debatiendo en la actualidad una ley para regular el uso de las redes sociales.

“El Gobierno turco ha tenido mucho miedo de estas revueltas inesperadas, que deben algo a las redes sociales, pero no tanto como el Gobierno imagina”, argumenta Gulseren Adakli, profesora de Comunicación en la Universidad de Ankara y que ha estudiado el papel de las redes sociales durante las protestas.

El mayor buscador de Internet, Google, ya abrió una oficina en Turquía el pasado octubre, después de que las autoridades turcas bloquearan durante más de dos años el acceso de usuarios turcos a su servicio de vídeos YouTube. El Gobierno de Ankara cortó el acceso a YouTube porque algunos usuarios habían publicado vídeos insultantes hacia el fundador de la República Turca, Mustafá Kemal, Atatürk.

Organizaciones defensoras de la libertad de expresión han criticado repetidamente durante los últimos años a Turquía por bloquear el acceso a miles de páginas web. En su último informe sobre la libertad en la red, la organización Freedom House define a Turquía como “parcialmente libre”, y afirma que las autoridades censuran páginas web por motivos políticos. Según este informe, en Turquía hay más de 15.000 páginas web censuradas. En diciembre del año pasado, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos dictaminó que Turquía había violado el derecho a la libertad de expresión de sus ciudadanos al bloquear también sites.google.com, otro servicio de Google con el que sus usuarios pueden crear páginas web.

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