Neymar, Balón de Oro del torneo y Fernando Torres, Bota de Oro
La FIFA dudó poco a la hora de reconocer el partidazo de Neymar en la final de la Copa Confederaciones. El ariete brasileño fue nombrado MVP del choque tras comandar el ataque carioca durante los 90 minutos y haber sido decisivo en varios tramos. Al borde del descanso, hizo el tanto de la tranquilidad fusilando a Casillas con la izquierda. Antes, en el primer minuto, participó en el barullo de jugadores del que Fred sacó en claro el primer gol. Y, ya en la segunda parte, dejó pasar el esférico con clase para que éste llegase a Fred, en perfecta posición para hacer el tercero, y más tarde, en una contra fulgurante, le sacó la expulsión a Piqué tras driblarle y verse ya encarando a Iker Casillas.
Poco después, el reconocimiento para el nuevo jugador del Barcelona fue completo. Se apuntó el Balón de Oro de la competición, gracias a sus cuatro goles, dos asistencias, y sobre todo a su decisivo papel en el partido definitivo. Le siguió en el podio Andrés Iniesta, excelso durante todo el torneo, aunque desdibujado en la final como el resto de España. Tercero fue Paulinho, otro de los destacados del choque con su labor intensa y efectiva en el mediocampo.
Torres, máximo goleador
El consuelo español se personalizó en Fernando Torres, que se apuntó el trofeo de Bota de Oro gracias a sus cinco tantos en la competición (cuatro de ellos a Tahití). El brasileño Fred, con su doblete en la final, le igualó en el marcador, y puesto que ambos jugadores empataban también en asistencias (una), el factor diferenciador fueron los minutos disputados: Torres, con 273, se impuso al carioca, que estuvo 423 sobre el césped. Neymar, con cuatro goles, fue el Bota de Bronce. Por último, Julio César recibió el Guante de Oro: encajó tres goles en cinco partidos y cuajó una notable actuación en la final, evitando dos veces en la segunda parte el gol del honor de España a disparos de Pedro y Villa. Recogió el premio con la camiseta de Casillas, con el cual se intercambió la elástica al término del partido. El dorsal 1 y el nombre del mostoleño por delante, bien visibles mientras Julio César alzaba su reconocimiento, acompañándolo de un bonito gesto.
