Los líderes de la UE activan los estímulos pero retrasan la unión bancaria

La cumbre acordará 6.000 millones contra el paro juvenil

Claudi Pérez
Bruselas, El País
Depresión en el Sur y segunda recesión en el Norte, paro galopante, una banca que genera dudas y un eurodesencanto al alza en todos lados. El inventario de daños en la UE deja un panorama preocupante camino del sexto año de crisis. La paradoja es que Europa ha dado pasos decisivos cuando ha sido necesario, y pretende seguir dándolos: los líderes se reúnen este jueves y viernes en Bruselas y la agenda de la cumbre indica que al fin llegan los estímulos y que el proyecto de unión bancaria sigue en pie. La letra pequeña, sin embargo, revela que la cumbre no va a ser el país de las maravillas. Los estímulos llegan tarde y son peccata minuta. Y la unión bancaria registra graves retrasos y un preocupante déficit de ambición, como todo lo importante a la espera de las elecciones alemanas.


Los Veintisiete aprobarán medidas contra el paro juvenil por importe de 6.000 millones, que permitirán levantar más dinero —hasta 60.000 millones— con la ingeniería financiera del Banco Europeo de Inversiones. El BEI será asimismo fundamental en el plan para evitar que las pymes españolas paguen más intereses que las austriacas. Bruselas propondrá un proyecto para desatascar el crédito de entre 60.000 y 100.000 millones en siete años. El dinero contante y sonante es inferior, pero de nuevo la ingeniería financiera permite la multiplicación de los panes y los peces.

Se trata de medidas necesarias para países en dificultades, como España, aunque nadie en Bruselas cree que vayan a ser un auténtico punto de inflexión. Alberto Alesina, de Harvard, indica que el verdadero problema de Europa “sigue estando en sus bancos”. “Y ahí no hay decisiones de calado”, dice. Al contrario: los ministros de Finanzas del euro han acordado esta semana dotar con apenas 60.000 millones el mecanismo que permitirá recapitalizar los bancos con dinero europeo, pero bajo unas condiciones muy restrictivas y con mucho retraso sobre el calendario previsto. Los aplazamientos se acumulan: los ministros de la UE no lograron acordar en la madrugada del viernes el mecanismo de resolución para cerrar entidades.

“Los retrasos en la unión bancaria obedecen al estado de negación que hay en el mandarinato europeo, que sigue empeñado en demostrar su incompetencia”, ataca el sociólogo Norman Birnbaum. Guntram Wolf, de Bruegel, apunta que la UE ha puesto el piloto automático hasta las elecciones en Alemania. “No puede haber muchos progresos hasta entonces”, afirma, “a pesar de que los problemas se acumulan”.

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