Los indignados turcos bajan los humos a Erdogan
El Gobierno turco recibe a los líderes de los manifestantes, que le exigen que frene la demolición del parque y que destituya a los policías que ordenaron la represión
José Miguel Calatayud / Juan Carlos Sanz
Estambul, El País
Un grupo que representa a algunos de los primeros manifestantes que se opusieron a la destrucción de un parque en el centro de Estambul ha comunicado sus demandas al viceprimer ministro turco, Bülent Arinc, que los recibió ayer en Ankara. Mantener el parque de Gezi como una zona verde y detener su transformación en centro comercial. No demoler el Centro Cultural Ataturk, situado en la plaza de Taksim y adyacente al parque. Investigar y expulsar del cuerpo a los policías responsables de la violencia. Prohibir el uso de gases lacrimógenos. Poner en libertad a los manifestantes detenidos. Eliminar todos los obstáculos que impiden la libertad de expresión.
Este es el memorial de demandas que la Plataforma de Solidaridad con Taksim ha transmitido al viceprimer ministro. En un significativo paso atrás de su Gobierno, Arinc pidió disculpas el martes a quienes iniciaron la protesta en el parque. Y lo hizo como primer ministro en funciones. El jefe del Gobierno, Recep Tayyip Erdogan, que se encuentra en el norte de África en viaje oficial, ha mantenido una retórica mucho más dura contra los indignados que han tomado las calles, que exigen al unísono su dimisión.
La plataforma que se presentó en Ankara agrupa a unas 80 ONG y colectivos, algunos de los cuales participaron en las sentadas originales que se iniciaron el pasado 27 de mayo para intentar evitar la destrucción del parque de Gezi, según explica Betul Tanbay, doctora en Matemáticas y una de las fundadoras del movimiento.
La violencia policial contra los activistas que protestaban en el parque provocó que miles de personas acabaran ocupando espontáneamente la zona verde y la plaza de Taksim en el centro de la parte europea de Estambul. “El destino de las protesta depende ahora de los próximos pasos que dé el Gobierno”, anunciaron los miembros de la plataforma tras reunirse con Arinc.
“Ellos empezaron con la iniciativa sobre el parque, pero ahora esto ha ido mucho más allá, la gente está muy enfadada con el Gobierno”, reflexionaba Efe Potoy, un cocinero de 30 años que se unió el sábado a las protestas y que se mantiene entre los ocupantes del parque de Gezi. A su espalda, un enorme grupo de gente cantaba, “Erdogan istifa! (¡Erdogan dimisión!)”, que se ha convertido en el lema más repetido por los manifestantes.
Aunque la mayoría se muestra de acuerdo con las exigencias de la plataforma, los manifestantes de Gezi Taksim que han tomado las calles van más allá y exigen la dimisión del primer ministro antes de poner fin a las protestas. Este miércoles se sumaron a su movimiento centenares de trabajadores del sector público en huelga.
“Nadie puede detener las protestas, lo que decimos es que Erdogan debe marcharse”, resumió en este sentido Tamer Dogan, un abogado de 35 años que ahora participa como voluntario en una biblioteca el Parque Gezi. “La protesta empezó aquí en Taksim, pero ahora también está en Ankara, en Esmirna, en Adana… Está en toda Turquía y es sobre democracia”.
Miles de personas seguían ocupando anoche Gezi y Taksim, cuyos accesos permanecen cerrados por barricadas, en un ambiente de fiesta y celebración, mientras las protestas continúan atrayendo apoyos. El premio Nobel de Literatura turco, Orhan Pamuk, expresó en un comunicado su solidaridad con los manifestantes, a los que calificó de “esperanza de futuro” frente a un Gobierno “represor y autoritario”.
Sin embargo, los choques entre manifestantes y policías antidisturbios continuaron durante la noche del martes al miércoles en la zona de Dolmabahçee, en Estambul, donde Erdogan tiene su oficina en la ciudad, y en otros lugares como la plaza de Kizilay de Ankara, cerca de la sede del Gobierno. La Asociación Médica Turca confirmó el miércoles la tercera muerte que se ha producido durante las protestas. Ethen Sarisuluk, que la asociación describió como un “activista”, falleció a consecuencia de las heridas que sufrió en la cabeza durante las manifestaciones en Ankara.
En total, más de 4.000 personas han resultado heridas en todo el país, según la Plataforma de Solidaridad con Taksim, y más de 3.300 han sido detenidas por la policía, según la Asociación de Derechos Humanos de Turquía.
Las protestas han dado también un salto al ciberespacio con la detención de decenas de jóvenes en Esmirna, acusados de “incitar a causar disturbios” a través de Twitter. Por su parte, los grupos de hackers Anonymous y el Ejército Electrónico de Siria (SEA, por sus siglas en inglés) han llevado a cabo ataques contra las páginas web del Gobierno y aseguran que han robado información.
El pasado día 2, Anonymous anunció en un vídeo que iba a atacar las páginas web del Gobierno turco en apoyo a los manifestantes. Por su parte, el SEA es leal al presidente sirio Bachar el Asad, mientras que Turquía ha dado su apoyo a los rebeldes enfrentados a Damasco desde el inicio del conflicto en el país vecino en marzo de 2011.
José Miguel Calatayud / Juan Carlos Sanz
Estambul, El País
Un grupo que representa a algunos de los primeros manifestantes que se opusieron a la destrucción de un parque en el centro de Estambul ha comunicado sus demandas al viceprimer ministro turco, Bülent Arinc, que los recibió ayer en Ankara. Mantener el parque de Gezi como una zona verde y detener su transformación en centro comercial. No demoler el Centro Cultural Ataturk, situado en la plaza de Taksim y adyacente al parque. Investigar y expulsar del cuerpo a los policías responsables de la violencia. Prohibir el uso de gases lacrimógenos. Poner en libertad a los manifestantes detenidos. Eliminar todos los obstáculos que impiden la libertad de expresión.
Este es el memorial de demandas que la Plataforma de Solidaridad con Taksim ha transmitido al viceprimer ministro. En un significativo paso atrás de su Gobierno, Arinc pidió disculpas el martes a quienes iniciaron la protesta en el parque. Y lo hizo como primer ministro en funciones. El jefe del Gobierno, Recep Tayyip Erdogan, que se encuentra en el norte de África en viaje oficial, ha mantenido una retórica mucho más dura contra los indignados que han tomado las calles, que exigen al unísono su dimisión.
La plataforma que se presentó en Ankara agrupa a unas 80 ONG y colectivos, algunos de los cuales participaron en las sentadas originales que se iniciaron el pasado 27 de mayo para intentar evitar la destrucción del parque de Gezi, según explica Betul Tanbay, doctora en Matemáticas y una de las fundadoras del movimiento.
La violencia policial contra los activistas que protestaban en el parque provocó que miles de personas acabaran ocupando espontáneamente la zona verde y la plaza de Taksim en el centro de la parte europea de Estambul. “El destino de las protesta depende ahora de los próximos pasos que dé el Gobierno”, anunciaron los miembros de la plataforma tras reunirse con Arinc.
“Ellos empezaron con la iniciativa sobre el parque, pero ahora esto ha ido mucho más allá, la gente está muy enfadada con el Gobierno”, reflexionaba Efe Potoy, un cocinero de 30 años que se unió el sábado a las protestas y que se mantiene entre los ocupantes del parque de Gezi. A su espalda, un enorme grupo de gente cantaba, “Erdogan istifa! (¡Erdogan dimisión!)”, que se ha convertido en el lema más repetido por los manifestantes.
Aunque la mayoría se muestra de acuerdo con las exigencias de la plataforma, los manifestantes de Gezi Taksim que han tomado las calles van más allá y exigen la dimisión del primer ministro antes de poner fin a las protestas. Este miércoles se sumaron a su movimiento centenares de trabajadores del sector público en huelga.
“Nadie puede detener las protestas, lo que decimos es que Erdogan debe marcharse”, resumió en este sentido Tamer Dogan, un abogado de 35 años que ahora participa como voluntario en una biblioteca el Parque Gezi. “La protesta empezó aquí en Taksim, pero ahora también está en Ankara, en Esmirna, en Adana… Está en toda Turquía y es sobre democracia”.
Miles de personas seguían ocupando anoche Gezi y Taksim, cuyos accesos permanecen cerrados por barricadas, en un ambiente de fiesta y celebración, mientras las protestas continúan atrayendo apoyos. El premio Nobel de Literatura turco, Orhan Pamuk, expresó en un comunicado su solidaridad con los manifestantes, a los que calificó de “esperanza de futuro” frente a un Gobierno “represor y autoritario”.
Sin embargo, los choques entre manifestantes y policías antidisturbios continuaron durante la noche del martes al miércoles en la zona de Dolmabahçee, en Estambul, donde Erdogan tiene su oficina en la ciudad, y en otros lugares como la plaza de Kizilay de Ankara, cerca de la sede del Gobierno. La Asociación Médica Turca confirmó el miércoles la tercera muerte que se ha producido durante las protestas. Ethen Sarisuluk, que la asociación describió como un “activista”, falleció a consecuencia de las heridas que sufrió en la cabeza durante las manifestaciones en Ankara.
En total, más de 4.000 personas han resultado heridas en todo el país, según la Plataforma de Solidaridad con Taksim, y más de 3.300 han sido detenidas por la policía, según la Asociación de Derechos Humanos de Turquía.
Las protestas han dado también un salto al ciberespacio con la detención de decenas de jóvenes en Esmirna, acusados de “incitar a causar disturbios” a través de Twitter. Por su parte, los grupos de hackers Anonymous y el Ejército Electrónico de Siria (SEA, por sus siglas en inglés) han llevado a cabo ataques contra las páginas web del Gobierno y aseguran que han robado información.
El pasado día 2, Anonymous anunció en un vídeo que iba a atacar las páginas web del Gobierno turco en apoyo a los manifestantes. Por su parte, el SEA es leal al presidente sirio Bachar el Asad, mientras que Turquía ha dado su apoyo a los rebeldes enfrentados a Damasco desde el inicio del conflicto en el país vecino en marzo de 2011.