Las inundaciones se llevan por delante la austeridad alemana

Merkel destina 8.000 millones a los damnificados por las crecidas en el sur y el este del país

Juan Gómez
Berlín, El País
El Gobierno federal y los Estados alemanes acordaron el jueves un fondo de reconstrucción con 8.000 millones de euros para las regiones afectadas por las graves inundaciones de las últimas dos semanas. La mitad del dinero saldrá de las arcas federales y el resto, de los länder. La canciller Angela Merkel, que habló de “un paso importante” para la reconstrucción tras el desastre, admitió no obstante que las ayudas rompen los criterios de austeridad que impone la Ley Fundamental alemana. Explicó la canciller que la situación tras la riada “cumple las condiciones de excepcionalidad” que permiten aumentar el endeudamiento. Se ahorra así el mal trago de subir impuestos a tres meses de las elecciones.


La cantidad aprobada supera en 1.500 millones de euros a la de 2002, cuando la todavía conocida como “inundación del siglo” asoló grandes zonas del Este del país. El nuevo fondo quedará instituido antes del próximo 5 de julio, que será la fecha del último pleno de la Cámara alta parlamentaria (Bundesrat), donde debe aprobarse el desembolso. Las crecidas de dos de los grandes ríos alemanes, el Danubio y el Elba, han causado ocho muertes y enormes daños materiales aún por cuantificar. Berlín ya ha dado luz verde a los 100 millones de euros en “ayuda rápida y no burocrática” que prometió la canciller Merkel.

Además de esto, los Estados planean solicitar fondos estructurales de la Unión Europea para reconstruir los inmuebles y las infraestructuras arrasadas por el agua. Según los expertos, los 8.000 millones de euros del fondo no alcanzarán para cubrir todos los gastos en ciernes. La tremenda masa de agua que ha ido inundando regiones enteras desde las implacables lluvias de hace dos semanas ya ha llegado a Hamburgo, muy cerca del mar del Norte. No se espera que cause daños en la ciudad hanseática.

La última víctima mortal del Elba ha sido un hombre de 61 años que el miércoles sufrió una descarga eléctrica cuando trataba de poner a punto una bomba para de su sótano en la localidad de Aken, en el land oriental de Sajonia-Anhalt. Está bajando el nivel de todos los ríos crecidos, pero muchas localidades permanecen en estado de máxima alerta por la posible rotura de los diques de contención, que soportan enormes presiones desde hace semanas. En los lugares, casi todos rurales, donde el agua se bate en retirada, las fuerzas de emergencia y los vecinos se encuentran casas llenas de fango, animales ahogados y calles y vías de ferrocarril impracticables.

La rotura de un dique a la altura de la ciudad de Stendal, el pasado lunes, salvó de mayores perjuicios a localidades situadas algunos kilómetros al norte, como Wittenberge. La gran brecha abrió una suerte de río paralelo al Elba que avanzó unos 30 kilómetros llevándose por delante cientos de casas, vehículos y ganado. Decenas de miles de personas tuvieron que ser evacuadas. El ejército se afanaba el jueves por desviar el agua hacia el río Havel. Este la devolverá al Elba, del que es afluente en Brandeburgo. Según el ministro de Defensa Thomas de Maizière, que ha visitado profusamente las zonas afectadas, la misión interna del ejército ha costado unos 50 millones de euros en dos semanas.

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