La oposición siria ve "obvia" la participación de Hezbolá en el conflicto
Madrid, EP
La Coalición Nacional para las Fuerzas de la Oposición y de la Revolución Sirias (CNFORS) ha manifestado este viernes que la participación del partido-milicia chií libanés Hezbolá en el conflicto en el país "no es nueva" y ha dicho que "es obvia desde los primeros meses de la revolución".
La formación ha hecho referencia a la entrevista concedida el jueves por el presidente sirio, Bashar al Assad, a la cadena de televisión libanesa Al Manar, en la que defendió su alianza con Hezbolá y aseguró que se había unido a los combates en únicamente en torno a la localidad de Qusair, ubicada en la frontera común.
En respuesta, la CNFORS ha resaltado que "la participación de Irán y sus milicias en la guerra sistemática contra el pueblo sirio no surgió en la batalla de Qusair o cuando (el secretario general de Hezbolá, Hasán) Nasralá anunció oficialmente que se unía a la batalla", lo que hizo la semana pasada.
"Sin embargo, con la escalada de las operaciones del Ejército Libre Sirio (ELS), sus avances sobre el terreno y el colapso de las fuerzas del régimen, los aliados de Al Assad se han visto forzados a poner las cartas sobre la mesa", ha argumentado.
En este sentido, ha puntualizado que todo ello se ha llevado a cabo "a pesar del hecho de que su intervención supone un peligro para la unidad nacional, implica que la crisis siria podría internacionalizarse y representa un intento de arrastrar al país hacia un baño de sangre sectario".
"A pesar de que Al Assad afirma que es el guardián de la unidad nacional, como hizo su padre (Hafez al Assad) antes que él, es responsable de rasgar la tela nacional a través de un posicionamiento sectario", ha añadido la CNFORS.
"Es más, ha invitado a Irán a ser un actor activo en Siria, donde han masacrado a la población, creado operaciones de limpieza sectaria y destruido la estructura del Estado", ha valorado.
Así, ha manifestado que "la revolución siria ha arrancado la fachada de resistencia y liberación edificada por Hezbolá e Irán y ha mostrado que la milicia sectaria ha sido una herramienta de Irán y, de hecho, un elemento central, al atacar al pueblo sirio".
Por otra parte, ha dicho que el hecho de que Damasco recurra a la ayuda de Moscú "indica que partes del régimen se están derrumbando, pese a que quiera asegurar a las brigadas asesinas para reforzar su debilitada moral". "Asimismo, demuestra la verdadera posición de Rusia, que no es neutral, ya que ha elegido apoyar a Al Assad", ha apuntado.
Por último, la CNFORS ha reiterado su petición de que Al Assad abandone el poder y detenga las operaciones militares en el país y ha recalcado que el presidente "usará a Hezbolá e Irán como principales herramientas para ganar tiempo de cara a la conferencia de Ginebra para aumentar la destrucción, el asesinato y el terrorismo organizado".
PAPEL DE HEZBOLÁ
Hezbolá ha mantenido durante el conflicto en Siria su apoyo al presidente y ha abogado públicamente por la resolución política del conflicto y por la introducción de reformas democráticas en el país.
Sin embargo, el vicepresidente del consejo ejecutivo del partido-milicia, Nabil Kauq, manifestó a finales de abril que la intervención de la formación en el conflicto sirio "es un deber nacional y moral para la defensa de los libaneses que residen en las localidades fronterizas".
La semana pasada, el Nasralá aseguró que su grupo está dispuesto a asumir "todos los sacrificios y consecuencias" de su "implicación" en el conflicto sirio y denunció la guerra política y económica lanzada contra el Gobierno de Al Assad.
El dirigente de Hezbolá aprovechó además para hacer un llamamiento a la conciliación en Siria y pidió reformas en el sistema político del país vecino. "Desde el principio de la guerra hemos dicho que el régimen de Al Assad tiene aspectos positivos y negativos. Es necesaria una reforma y la única forma de alcanzarla es a través del diálogo político", indicó.
En ese sentido reveló que él mismo se ha puesto en contacto con el presidente sirio y con la insurgencia para intentar impulsar una solución. "Me he puesto en contacto con Al Assad y con miembros de la oposición para alcanzar un acuerdo, pero juro que el presidente ha aceptado y que la oposición ha rechazado mi petición", explicó.
El Observatorio Sirio por los Derechos Humanos ha cifrado en 141 el número de combatientes de Hezbolá fallecidos en los últimos meses en los combates registrados en las provincias sirias de Reef Dimashq y Homs, 99 de ellos en la batalla por la ciudad de Qusair.
Qusair, con más de 20.000 habitantes, se encuentra en una posición estratégica, segregada entre localidades suníes y chiíes, estas últimas afines al presidente sirio, cuya confesión alauí es una escisión de la rama chií del Islam.
Para las fuerzas gubernamentales resulta crucial mantener abierto un paso entre el valle de la Bekaa y la costa del Mediterráneo, en el caso de que caiga Damasco, que en las últimas semanas ha sido objeto del asedio rebelde.
CONFERENCIA DE GINEBRA
Respecto a la asistencia de la oposición en la conferencia de Ginebra, el presidente en funciones de la CNFORS, George Sabra, ha asegurado este mismo viernes que no participará en una conferencia internacional de paz mientras Hezbolá siga combatiendo en Siria junto a las fuerzas de Al Assad.
"La Coalición Siria no participará en conferencias internacionales y no apoyará ningún esfuerzo en vista de la invasión de Hezbolá y de milicias de Irán de Siria", ha aseverado Sabra.
No obstante, no está claro si las palabras de Sabra constituyen la última palabra de la fragmentada organización opositora. Rusia y Estados Unidos están tratando de organizar una conferencia en Ginebra en la que participen Gobierno y oposición con el fin de formar un gobierno de transición que ponga fin a la guerra civil.
El miércoles, la CNFORS condicionó su asistencia a la reunión de paz a que, en dicho foro, quede garantizado un calendario para la salida del poder del presidente de Siria.
En este sentido, aunque agradeció los "esfuerzos internacionales para encontrar una solución política" al conflicto, la coalición consideró esencial "la retirada del jefe del régimen y de los mandos de seguridad y militares" y exigió que todos ellos "sean excluidos del proceso político".
Así, la CNFORS manifestó que ello es necesario para "detener el asesinato y la destrucción perpetrados por el régimen, empoderar a las fuerzas revolucionarias en su defensa del oprimido pueblo sirio y detener la invasión de Irán y Hezbolá de Siria y expulsarlos del país".
POSTURA DE AL ASSAD
Por su parte, Al Assad reiteró la intención de su Gobierno de acudir a la próxima cumbre de Ginebra, para la que todavía no se ha fijado ninguna fecha.
El presidente sirio subrayó que la asistencia a la cumbre no está condicionada a ninguna contraprestación, en contraposición a la postura adoptada por la oposición.
El mandatario planteó como "única condición" que cualquier debe ser refrendado posteriormente por la "opinión pública siria" y sugirió la posibilidad de celebrar un referéndum.
Para Al Assad, las conversaciones de Ginebra serían no tanto con la oposición siria como con los países que la apoyan, ya que, según su punto de vista, "cuando se negocia con el esclavo, en realidad se está negociando con el capataz".
La Coalición Nacional para las Fuerzas de la Oposición y de la Revolución Sirias (CNFORS) ha manifestado este viernes que la participación del partido-milicia chií libanés Hezbolá en el conflicto en el país "no es nueva" y ha dicho que "es obvia desde los primeros meses de la revolución".
La formación ha hecho referencia a la entrevista concedida el jueves por el presidente sirio, Bashar al Assad, a la cadena de televisión libanesa Al Manar, en la que defendió su alianza con Hezbolá y aseguró que se había unido a los combates en únicamente en torno a la localidad de Qusair, ubicada en la frontera común.
En respuesta, la CNFORS ha resaltado que "la participación de Irán y sus milicias en la guerra sistemática contra el pueblo sirio no surgió en la batalla de Qusair o cuando (el secretario general de Hezbolá, Hasán) Nasralá anunció oficialmente que se unía a la batalla", lo que hizo la semana pasada.
"Sin embargo, con la escalada de las operaciones del Ejército Libre Sirio (ELS), sus avances sobre el terreno y el colapso de las fuerzas del régimen, los aliados de Al Assad se han visto forzados a poner las cartas sobre la mesa", ha argumentado.
En este sentido, ha puntualizado que todo ello se ha llevado a cabo "a pesar del hecho de que su intervención supone un peligro para la unidad nacional, implica que la crisis siria podría internacionalizarse y representa un intento de arrastrar al país hacia un baño de sangre sectario".
"A pesar de que Al Assad afirma que es el guardián de la unidad nacional, como hizo su padre (Hafez al Assad) antes que él, es responsable de rasgar la tela nacional a través de un posicionamiento sectario", ha añadido la CNFORS.
"Es más, ha invitado a Irán a ser un actor activo en Siria, donde han masacrado a la población, creado operaciones de limpieza sectaria y destruido la estructura del Estado", ha valorado.
Así, ha manifestado que "la revolución siria ha arrancado la fachada de resistencia y liberación edificada por Hezbolá e Irán y ha mostrado que la milicia sectaria ha sido una herramienta de Irán y, de hecho, un elemento central, al atacar al pueblo sirio".
Por otra parte, ha dicho que el hecho de que Damasco recurra a la ayuda de Moscú "indica que partes del régimen se están derrumbando, pese a que quiera asegurar a las brigadas asesinas para reforzar su debilitada moral". "Asimismo, demuestra la verdadera posición de Rusia, que no es neutral, ya que ha elegido apoyar a Al Assad", ha apuntado.
Por último, la CNFORS ha reiterado su petición de que Al Assad abandone el poder y detenga las operaciones militares en el país y ha recalcado que el presidente "usará a Hezbolá e Irán como principales herramientas para ganar tiempo de cara a la conferencia de Ginebra para aumentar la destrucción, el asesinato y el terrorismo organizado".
PAPEL DE HEZBOLÁ
Hezbolá ha mantenido durante el conflicto en Siria su apoyo al presidente y ha abogado públicamente por la resolución política del conflicto y por la introducción de reformas democráticas en el país.
Sin embargo, el vicepresidente del consejo ejecutivo del partido-milicia, Nabil Kauq, manifestó a finales de abril que la intervención de la formación en el conflicto sirio "es un deber nacional y moral para la defensa de los libaneses que residen en las localidades fronterizas".
La semana pasada, el Nasralá aseguró que su grupo está dispuesto a asumir "todos los sacrificios y consecuencias" de su "implicación" en el conflicto sirio y denunció la guerra política y económica lanzada contra el Gobierno de Al Assad.
El dirigente de Hezbolá aprovechó además para hacer un llamamiento a la conciliación en Siria y pidió reformas en el sistema político del país vecino. "Desde el principio de la guerra hemos dicho que el régimen de Al Assad tiene aspectos positivos y negativos. Es necesaria una reforma y la única forma de alcanzarla es a través del diálogo político", indicó.
En ese sentido reveló que él mismo se ha puesto en contacto con el presidente sirio y con la insurgencia para intentar impulsar una solución. "Me he puesto en contacto con Al Assad y con miembros de la oposición para alcanzar un acuerdo, pero juro que el presidente ha aceptado y que la oposición ha rechazado mi petición", explicó.
El Observatorio Sirio por los Derechos Humanos ha cifrado en 141 el número de combatientes de Hezbolá fallecidos en los últimos meses en los combates registrados en las provincias sirias de Reef Dimashq y Homs, 99 de ellos en la batalla por la ciudad de Qusair.
Qusair, con más de 20.000 habitantes, se encuentra en una posición estratégica, segregada entre localidades suníes y chiíes, estas últimas afines al presidente sirio, cuya confesión alauí es una escisión de la rama chií del Islam.
Para las fuerzas gubernamentales resulta crucial mantener abierto un paso entre el valle de la Bekaa y la costa del Mediterráneo, en el caso de que caiga Damasco, que en las últimas semanas ha sido objeto del asedio rebelde.
CONFERENCIA DE GINEBRA
Respecto a la asistencia de la oposición en la conferencia de Ginebra, el presidente en funciones de la CNFORS, George Sabra, ha asegurado este mismo viernes que no participará en una conferencia internacional de paz mientras Hezbolá siga combatiendo en Siria junto a las fuerzas de Al Assad.
"La Coalición Siria no participará en conferencias internacionales y no apoyará ningún esfuerzo en vista de la invasión de Hezbolá y de milicias de Irán de Siria", ha aseverado Sabra.
No obstante, no está claro si las palabras de Sabra constituyen la última palabra de la fragmentada organización opositora. Rusia y Estados Unidos están tratando de organizar una conferencia en Ginebra en la que participen Gobierno y oposición con el fin de formar un gobierno de transición que ponga fin a la guerra civil.
El miércoles, la CNFORS condicionó su asistencia a la reunión de paz a que, en dicho foro, quede garantizado un calendario para la salida del poder del presidente de Siria.
En este sentido, aunque agradeció los "esfuerzos internacionales para encontrar una solución política" al conflicto, la coalición consideró esencial "la retirada del jefe del régimen y de los mandos de seguridad y militares" y exigió que todos ellos "sean excluidos del proceso político".
Así, la CNFORS manifestó que ello es necesario para "detener el asesinato y la destrucción perpetrados por el régimen, empoderar a las fuerzas revolucionarias en su defensa del oprimido pueblo sirio y detener la invasión de Irán y Hezbolá de Siria y expulsarlos del país".
POSTURA DE AL ASSAD
Por su parte, Al Assad reiteró la intención de su Gobierno de acudir a la próxima cumbre de Ginebra, para la que todavía no se ha fijado ninguna fecha.
El presidente sirio subrayó que la asistencia a la cumbre no está condicionada a ninguna contraprestación, en contraposición a la postura adoptada por la oposición.
El mandatario planteó como "única condición" que cualquier debe ser refrendado posteriormente por la "opinión pública siria" y sugirió la posibilidad de celebrar un referéndum.
Para Al Assad, las conversaciones de Ginebra serían no tanto con la oposición siria como con los países que la apoyan, ya que, según su punto de vista, "cuando se negocia con el esclavo, en realidad se está negociando con el capataz".