La carrera pudo suspenderse por los reventones de los Pirelli
"Hubo un momento en el que aceleraba el coche y pensaba, que pase lo que tenga que pasar, estoy en manos de Dios”. Con el susto todavía impreso en su cara, Felipe Massa relataba así lo que sintió durante buena parte de la carrera después de que su neumático trasero izquierdo se desintegrase en plena recta. Hubo cinco reventones: el primero fue Hamilton, después Massa, más tarde Vergne, Gutiérrez y Pérez. Todos perdieron el mismo neumático trasero izquierdo, excepto Gutiérrez que tuvo problemas con el delantero izquierdo.
¿Por qué sucedió este desastre en Silverstone? Hay varias razones. La primera porque tiene, probablemente, el asfalto más abrasivo del campeonato; la segunda, porque sus curvas rápidas hacen sufrir mucho los compuestos y además son de izquierdas, en las que se necesita mucho apoyo en esa zona, lo que hace que el neumático tienda a degradarse más que en otros trazados. Ésas son la razones en cuanto a la pista. Otra es que Pirelli ha cambiado los neumáticos sin ir al fondo de la cuestión, es decir han tratado de arreglar el problema de delaminación que existía sin cambiar la carcasa de acero por otra de kevlar, tal y como era el pasado año y como ellos querían, pero los equipos no se pusieron de acuerdo para hacerlo.
Así que han variado el neumático de tal manera que ese fallo ya no existe, pero se ha creado otro aún peor. “Hemos comprobado que hay un nuevo tipo de problema, estamos analizando los datos y tenemos que entender qué ha pasado para llegar a solucionarlo. No tomamos esto muy en serio”, explicó Paul Hembery justo antes de meterse en una caseta de la FIA para reunirse con su director deportivo, Mario Isola, y con Charlie Whiting, director de carrera de la F-1.
Mientras, los técnicos hablaban, el paddock era un rumor continúo y Jean Todt se iba acosado por los periodistas y con pocas respuestas: “Tenemos que solucionar el problema, habrá una reunión esta próxima semana y hablaremos ahí”, explicaba. Se refiere a un encuentro que tendrán el miércoles en París con Pirelli y el grupo de trabajo deportivo de la FIA para encontrar una salida a la crisis. “La prioridad de la FIA es la seguridad”, zanjó Todt.
Pero lo cierto es que ayer en Silverstone pudo suceder una tragedia. No sólo por los pilotos que sufrieron los reventones, también por los que iban detrás. “Cuando alguien se haga daño harán algo al respecto. Es inaceptable, alguien pudo haber caído”, decía un enfadado Lewis Hamilton. Jenson Button también estaba en esa línea: “Si esto pasa en una curva lenta sería malo, pero cuando vas a 300 km/h puede resultar aterrador pensar en lo que pudo suceder”. De hecho varios equipos y algunos pilotos pensaron en parar la carrera de ayer. Finalmente no lo hicieron, pero si no se soluciona de ahora a Nurburgring el gran premio corre peligro de no celebrarse.