Fórmula Uno: Rosberga ganó en el caos de Pirelli
Victoria de Rosberg en Silverstone con Webber segundo y el español tercero. Increíble carrera en Inglaterra protagonizada por los problemas con los Pirelli.
Tom Gandolfini, As
Con el miedo instalado en Silverstone y las radios pidiendo calma a los pilotos, con los ingenieros de pista rezando a los santos de sus pueblos y la orden de que huyeran de los bordillos rojos y blancos, Fernando Alonso volaba por encima de los pianos en éxtasis. Eran las vueltas finales y el piloto español parecía un torero en esos momentos en los que desaparece el mundo, era él contra todo, con siete coches por delante que pasar en busca de un podio imposible. Pero ayer tenía abierto por trabajo intenso el departamento de milagros. Y logró el objetivo de la utopía. Como no podía ser de otra manera. Como suele... Era el deber del campeón cuando huele la victoria o el título aparece más cerca de lo que el pesimismo reinante espera. 21 puntos. Ésa es la diferencia ahora. Eran 36 y el universo pensaba que ya no, que iba a ser cada vez peor y Vettel ganaría el cuarto a falta de diez carreras. Pero esto es Fórmula 1. Un deporte mágico en el que los conejos aparecen por la chistera guiñando un ojo cuando menos se les espera. Podio de Alonso, abandono de Vettel. El sueño más cerca. Ganó Rosberg. Otra vez, sí. Con Webber segundo, liberado se siente el australiano mientras ellas lloran su marcha. Cosas...
Así sucedió la carrera. Por si alguien no la vio, lean con los ojos cerrados e imaginen. Comenzó con una mala salida del asturiano y Massa vestido en el traje del español, de la novena plaza se quedó en la undécima y eso porque Webber, que partía cuarto, perdió aún más puestos con el coche medio parado. A partir de ahí, la remontada imposible era el objetivo. Una vez más...
Pasó a Button y Grosjean, Massa sufrió un problema con los neumáticos justo después del que tuvo Hamilton, los dos primeros reventones con Pirelli. Antes de su primera parada en Ferrari se dan cuenta de que al español también le pudo pasar. Como a Vettel. En la vuelta once era quinto, sale de boxes y otra vez a adelantar: Raikkonen, Grosjean otra vez y Vergne. Es cuarto detrás de Vettel, Rosberg y Sutil. Nuevo problema de neumáticos esta vez con el francés de Toro Rosso y el coche de seguridad. Alonso intenta coger a Sutil, pero no puede y por detrás se acerca Kimi, para en la 31 y sale por detrás de Raikkonen. De nuevo décimo. Pasa a Hamilton aunque por detrás llega la amenaza de un genial Mark Webber y su flecha azul. Alonso era cuarto cuando... Ve un monoplaza azul parado en mitad de la recta de meta. ¿Lo puede creer? ¿Será él? El rival sin coche. Vettel abandona y Alonso, con toda su afición repartida por el mundo, detrás sonríe. Así son las cosas. Así es este deporte. Es la vuelta 42. El coche de seguridad vuelve a salir para sacar el monoplaza de Seb. Fernando que había tenido que cambiar ruedas está octavo.
¿Podio imposible de nuevo? Con gomas nuevas. Adelanta a Button, a Pérez después del enésimo reventón del día para el mexicano, esta vez con los trozos de goma a centímetros de la cara de Alonso, puede con Ricciardo, Sutil y se va a por Raikkonen. Pasa al finlandés y ya es tercero. En ese podio imposible, en otra remontada del departamento de milagros astur entre bordillos de acero. 21 puntos. Todo puede pasar. Esto es Fórmula 1...
Con el miedo instalado en Silverstone y las radios pidiendo calma a los pilotos, con los ingenieros de pista rezando a los santos de sus pueblos y la orden de que huyeran de los bordillos rojos y blancos, Fernando Alonso volaba por encima de los pianos en éxtasis. Eran las vueltas finales y el piloto español parecía un torero en esos momentos en los que desaparece el mundo, era él contra todo, con siete coches por delante que pasar en busca de un podio imposible. Pero ayer tenía abierto por trabajo intenso el departamento de milagros. Y logró el objetivo de la utopía. Como no podía ser de otra manera. Como suele... Era el deber del campeón cuando huele la victoria o el título aparece más cerca de lo que el pesimismo reinante espera. 21 puntos. Ésa es la diferencia ahora. Eran 36 y el universo pensaba que ya no, que iba a ser cada vez peor y Vettel ganaría el cuarto a falta de diez carreras. Pero esto es Fórmula 1. Un deporte mágico en el que los conejos aparecen por la chistera guiñando un ojo cuando menos se les espera. Podio de Alonso, abandono de Vettel. El sueño más cerca. Ganó Rosberg. Otra vez, sí. Con Webber segundo, liberado se siente el australiano mientras ellas lloran su marcha. Cosas...
Así sucedió la carrera. Por si alguien no la vio, lean con los ojos cerrados e imaginen. Comenzó con una mala salida del asturiano y Massa vestido en el traje del español, de la novena plaza se quedó en la undécima y eso porque Webber, que partía cuarto, perdió aún más puestos con el coche medio parado. A partir de ahí, la remontada imposible era el objetivo. Una vez más...
Pasó a Button y Grosjean, Massa sufrió un problema con los neumáticos justo después del que tuvo Hamilton, los dos primeros reventones con Pirelli. Antes de su primera parada en Ferrari se dan cuenta de que al español también le pudo pasar. Como a Vettel. En la vuelta once era quinto, sale de boxes y otra vez a adelantar: Raikkonen, Grosjean otra vez y Vergne. Es cuarto detrás de Vettel, Rosberg y Sutil. Nuevo problema de neumáticos esta vez con el francés de Toro Rosso y el coche de seguridad. Alonso intenta coger a Sutil, pero no puede y por detrás se acerca Kimi, para en la 31 y sale por detrás de Raikkonen. De nuevo décimo. Pasa a Hamilton aunque por detrás llega la amenaza de un genial Mark Webber y su flecha azul. Alonso era cuarto cuando... Ve un monoplaza azul parado en mitad de la recta de meta. ¿Lo puede creer? ¿Será él? El rival sin coche. Vettel abandona y Alonso, con toda su afición repartida por el mundo, detrás sonríe. Así son las cosas. Así es este deporte. Es la vuelta 42. El coche de seguridad vuelve a salir para sacar el monoplaza de Seb. Fernando que había tenido que cambiar ruedas está octavo.
¿Podio imposible de nuevo? Con gomas nuevas. Adelanta a Button, a Pérez después del enésimo reventón del día para el mexicano, esta vez con los trozos de goma a centímetros de la cara de Alonso, puede con Ricciardo, Sutil y se va a por Raikkonen. Pasa al finlandés y ya es tercero. En ese podio imposible, en otra remontada del departamento de milagros astur entre bordillos de acero. 21 puntos. Todo puede pasar. Esto es Fórmula 1...