Erdogan: "Que Dios preserve nuestra fraternidad y nuestra unidad"
Estambul, EP
El primer ministro de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha manifestado ante los miles de partidarios que le han recibido hoy a su llegada de Túnez que las manifestaciones contra el Gobierno que desde hace más de una semana están asolando el país deben terminar, según hizo saber en un discurso con matices religiosos en el que advirtió de que "solo Dios es capaz de detener el ascenso de Turquía".
Erdogan, acusado por sus críticos de introducir a la fuerza una agenda islamista en los sectores políticos laicos del país, declaró que "las protestas tienen que terminar inmediatamente".
"Nadie tiene derecho a atacarnos de esta manera. Que Dios preserve nuestra fraternidad y nuestra unidad. No tenemos nada que ver con los enfrentamientos y con el vandalismo. El secreto de nuestro éxito no se basa en la tensión y en la polarización", añadió el primer ministro antes de abordar las quejas contra la actuación policial.
Erdogan reconoció que las acusaciones contra la Policía por el excesivo uso de la fuerza contra los manifestantes serán investigadas, pero recalcó que "la Policía está haciendo su trabajo. Estas protestas se han convertido en vandalismo, sin ley, y deben terminar inmediatamente", añadió desde un autobús descapotable, acompañado de su esposa.
Así, ha solicitado a la población que se distancie de las protestas y ha asegurado que los participantes en las mismas han asaltado tiendas y dañado negocios. "Pido el fin inmediato de las manifestaciones, que han perdido sus credenciales democráticas y se han convertido en vandalismo", ha agregado.
En respuesta, algunos de los presentes han solicitado a Erdogan que se les permita ir a "aplastar Taksim", a lo que el primer ministro ha respondido haciendo un llamamiento a la calma y pidiendo a los presentes "que vayan a casa", según ha informado la cadena de televisión británica BBC.
El primer ministro de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha manifestado ante los miles de partidarios que le han recibido hoy a su llegada de Túnez que las manifestaciones contra el Gobierno que desde hace más de una semana están asolando el país deben terminar, según hizo saber en un discurso con matices religiosos en el que advirtió de que "solo Dios es capaz de detener el ascenso de Turquía".
Erdogan, acusado por sus críticos de introducir a la fuerza una agenda islamista en los sectores políticos laicos del país, declaró que "las protestas tienen que terminar inmediatamente".
"Nadie tiene derecho a atacarnos de esta manera. Que Dios preserve nuestra fraternidad y nuestra unidad. No tenemos nada que ver con los enfrentamientos y con el vandalismo. El secreto de nuestro éxito no se basa en la tensión y en la polarización", añadió el primer ministro antes de abordar las quejas contra la actuación policial.
Erdogan reconoció que las acusaciones contra la Policía por el excesivo uso de la fuerza contra los manifestantes serán investigadas, pero recalcó que "la Policía está haciendo su trabajo. Estas protestas se han convertido en vandalismo, sin ley, y deben terminar inmediatamente", añadió desde un autobús descapotable, acompañado de su esposa.
Así, ha solicitado a la población que se distancie de las protestas y ha asegurado que los participantes en las mismas han asaltado tiendas y dañado negocios. "Pido el fin inmediato de las manifestaciones, que han perdido sus credenciales democráticas y se han convertido en vandalismo", ha agregado.
En respuesta, algunos de los presentes han solicitado a Erdogan que se les permita ir a "aplastar Taksim", a lo que el primer ministro ha respondido haciendo un llamamiento a la calma y pidiendo a los presentes "que vayan a casa", según ha informado la cadena de televisión británica BBC.