El precio de la estabilidad en Ecuador
Irene Caselli
BBC
Desde que Nelson Zapata comenzó a lustrar zapatos frente al palacio presidencial de Ecuador hace 33 años, 13 jefes de Estado han gobernado este país andino.
Algunos lograron completar sus períodos. Dos fueron derrocados con revueltas populares y uno por un golpe.
"Es un buen presidente", dice. Ninguno de ellos le gustó a Zapata, hasta que Rafael Correa asumió el poder en 2007.
Zapata es uno de decenas de limpiabotas que trabajan alrededor de la vieja ciudad colonial de Quito, uno de los que suelen aparecer en las fotografías de los turistas.
BBC
Desde que Nelson Zapata comenzó a lustrar zapatos frente al palacio presidencial de Ecuador hace 33 años, 13 jefes de Estado han gobernado este país andino.
Algunos lograron completar sus períodos. Dos fueron derrocados con revueltas populares y uno por un golpe.
"Es un buen presidente", dice. Ninguno de ellos le gustó a Zapata, hasta que Rafael Correa asumió el poder en 2007.
Zapata es uno de decenas de limpiabotas que trabajan alrededor de la vieja ciudad colonial de Quito, uno de los que suelen aparecer en las fotografías de los turistas.
Muchos ecuatorianos comparten su opinión.
Después de ganar las últimas elecciones presidenciales de febrero, con una diferencia de 35 puntos frente a su principal opositor, Correa se convirtió en el primer presidente en la historia de Ecuador que ha gobernado por tres periodos consecutivos.
Viejo hallazgo
La estabilidad política que trajo Correa representa un profundo contraste con las enormes divisiones sociales y económicas del pasado y la inestabilidad económica de décadas recientes.
Esto tiene sus raíces en la transición de Ecuador, que pasó de ser un país principalmente rural con una élite minoritaria de terratenientes, a uno donde los descubrimientos petroleros en los años 60 produjeron una dinámica diferente en la economía.
Muchos campesinos pobres emigraron a la Amazonía en el oriente del país para trabajar en los campos petrolíferos y las exportaciones del crudo rápidamente se convirtieron en la primera fuente de ingresos del país, lo que lo convirtió en el segundo exportador de crudo en Sudamérica.
La economía creció pero Ecuador siguió siendo uno de los países más pobres en América del Sur. Las élites de terratenientes permanecieron en el poder.
Igual que en otros países de la región, Ecuador vivió un período de regímenes militares durante los 60 y 70, pero sin los abusos de derechos humanos a gran escala que ocurrieron en otros lugares.
A finales de la década de 1990, una combinación de factores condujo a una grave crisis económica. Los bajos precios del crudo, junto con los daños agrícolas causados por las inundaciones provocadas por El Niño golpearon duramente al país.
El resultado fue un periodo de enorme inestabilidad. En el 2000, el país se vio forzado a adoptar el dólar estadounidense para evitar la hiperinflación.
Cientos de miles de ecuatorianos emigraron, principalmente a Estados Unidos, España e Italia. Siete presidentes llegaron y salieron del poder en un periodo de diez años.
Madre naturaleza
Para 2006, las condiciones estaban dadas para que alguien que prometiera reformas sociales asumiera el poder. Rafael Correa, economista educado en Estados Unidos, fue elegido bajo la promesa de redistribuir la riqueza.
"El país siempre había estado en manos de un grupo pequeño de personas", dice Ralph Muphine, consultor político que asesoró a Correa durante la campaña electoral de 2006.
"Correa vio una gran oportunidad en esto", señala Muphine y agrega que su campaña tomó como modelo el enfoque del fallecido presidente venezolano Hugo Chávez, con quien a menudo se compara a Correa.
Gracias a los altos precios de crudo de fines de la primera década del siglo XXI, Correa construyó carreteras, escuelas y hospitales, e invirtió en programas sociales, ofreciendo educación y salud gratuitas.
También se esforzó por expandir el pago mensual de efectivo conocido como Bono del Desarrollo Humano. Cerca de 1,2 millones de personas en este país de 14,5 millones se vieron beneficiadas con el pago de US$50.
Como gesto para la población indígena ecuatoriana, que votó en grandes números por Correa, se aprobó en 2008 una nueva constitución que reconoció el derecho a la naturaleza, un concepto que surge de la noción indígena de Madre Tierra o Pachamama.
Correa también oficializó junto con el español, el quechua y el shuar, las dos lenguas indígenas más habladas en el país.
Estas fueron medidas importantes en un país con una enorme biodiversidad y con 14 etnias indígenas.
Correa ha gobernado durante tres periodos en Ecuador.
Batalla con los medios
Las políticas de Correa han tenido algunos resultados. Las tasas de pobreza se redujeron significativamente, de 37% en 2007 a 27% en 2012, según estadísticas oficiales.
Pero los críticos indicaron que la estabilidad política llegó a un precio muy alto, porque algunos principios en la constitución no fueron respetados.
Los miembros de la oposición en ambos lados del espectro político indican que Correa ha concentrado el poder en sus propias manos, que ha llenado las cortes con sus aliados y ha reprimido a sus opositores polìticos y a los medios de comunicación privados.
Según el grupo de derechos humanos Amnistía Internacional, el gobierno ha abusado de las leyes antiterroristas que datan del gobierno militar de los 70 para encarcelar a líderes indígenas que protestan contra la explotación de los recursos naturales.
Correa también ha sido motivo de titulares internacionales negativos por adelantar y ganar varios juicios por defamación contra medios privados.
El gobierno indica que está combatiendo a las organizaciones de comunicación que han tratado de socavar las reformas que amenazan los intereses de las élites.
En lo que respecta a la economía, los críticos afirman que los actuales niveles de gastos son excesivos, no son sostenibles y sólo son posibles gracias a los altos precios de petróleo.
Después de incumplir el pago de su deuda externa en 2008, Ecuador pidió dinero prestado a China. Ahora le debe al gigante asiático unos US$3.400 millones con altas tasas de interés.
Ha habido protestas por proyectos de desarrollo en el Amazonas.
Más reformas
El gobierno dice que va a desarrollar el turismo como fuente alternativa de ingresos, pero los críticos señalan que Correa no se ha movido muy lejos de un modelo económico basado en la extracción de recursos naturales.
Se esperan nuevos proyectos petroleros y mineros en áreas prístinas en la cuenca del Amazonas, lo cual ha causado enorme descontento entre líderes indígenas que apoyaron a Correa en elecciones previas.
Desde su posición bajo los portales de la Plaza Grande de Quito, Zapata señala que estas críticas no le importan.
"Correa cuida a los pobres", dice.
Recuerda la primera vez que entró al palacio presidencial, en 2010, cuando el mandatario invitó a todos los limpiabotas para almorzar con él.
Zapata nunca había entrado a la residencia antes y quedó muy agradecido.
"Aunque sea sólo una comida, él hace lo que puede. Cada vez que camina frente al palacio, nos saluda", dice.
Hasta ahora, Correa ha logrado afrontar problemas sociales y económicos de larga data, y ha tomado algunas medidas hacia un país más igualitario y moderno.
Se ha comprometido a llevar a cabo más reformas pero los críticos están preocupados porque esto, dicen, podría profundizar el control que tiene sobre los medios y los tribunales.
Su siguiente desafío será buscar a alguien que pueda sucederlo en 2017, ya que la Constitución no le permite una nueva reelección.
Hasta ahora sigue gozando una alta popularidad pero queda por verse si para cuando termine su mandato sus medidas darán a Ecuador un futuro más próspero a largo plazo.