Crece violencia en México ante comicios locales, una tendencia cíclica

MEXICO, AFP
A medida que se acerca el 7 de julio, cuando se celebrarán elecciones locales en 14 estados de México, la violencia se recrudece contra candidatos y líderes de partidos, una tendencia que parece resurgir en cada coyuntura electoral, en este país asolado por el crimen organizado.
Sólo durante la jornada del sábado se registraron dos ataques presuntamente relacionados con los comicios locales, en el que fallecieron tres personas y una candidata a diputada resultó herida.



En Sinaloa (noroeste) fue hallado muerto el hijo de 19 años de Antonio Loaiza, un coordinador municipal de campaña; mientras que en Oaxaca (suroeste), la aspirante a diputada para el Congreso local Rosalía Palma resultó herida tras sufrir un ataque armado, en el que murieron su esposo y su asistente.

Estos hechos se suman a una larga lista de episodios violentos ocurridos desde que comenzó la campaña electoral de cara a las elecciones locales, en las que 14 de los 32 estados mexicanos elegirán un total de 1.348 ediles, 441 diputados locales y un gobernador.

LA VIOLENCIA DE SIEMPRE

También este mes, pero el día 12, fue hallado muerto con impactos de bala Jaime Orozco, candidato por el oficialista Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la alcaldía de Guadalupe y Calvo, un municipio de Chihuahua (norte).

Ese lugar se encuentra en el llamado Triángulo Dorado, una zona fronteriza con Durango (norte) y Sinaloa donde proliferan los cultivos de adormidera y marihuana, que es considerado feudo del cártel de Sinaloa del capo Joaquín "El Chapo" Guzmán.

"Siempre ha habido violencia" en tiempos de comicios, comentó a la AFP Leonardo Curzio, periodista, catedrático e investigador de la pública Universidad Nacional Autónoma de México y experto en temas de seguridad.

El hecho de que esa tendencia se repita a cada elección "me parece inquietante, quiere decir que la presión del crimen organizado contra los gobiernos locales es cada vez mayor", y que este fenómeno se extiende en todo el país, opinó.

Según datos oficiales, 5.296 personas murieron en hechos relacionados con el crimen organizado durante los primeros cuatro meses de gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, una cifra que ascendió a más de 70.000 durante todo el mandato del expresidente Felipe Calderón (2006-2012).

En el sureste de México, asolado por el cártel Los Zetas -formado por militares de élite que desertaron-, hubo conmoción el 27 de junio, cuando fue hallado en Oaxaca el cuerpo baleado de Nicolás Estrada, dirigente del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD).

Al otro extremo de la costa mexicana del Pacífico, en Sinaloa, el domingo pasado fue asesinado a balazos Eleazar Armenta, un coordinador de campaña y candidato a suplente de regidor municipal.

SOLIDARIDAD O GUERRA SUCIA


Tras la muerte de Armenta, se cerraron las puertas de las oficinas de su coalición política "Unidos Ganas Tú", formada por el PRD, Partido Acción Nacional (PAN, conservador) y Partido del Trabajo (PT, izquierdista).

Incluso los candidatos a la alcaldía y una diputación del municipio de Sinaloa por esa coalición decidieron suspender sus campañas y proponen postergar las elecciones en la zona.

En ese mismo municipio también disminuyeron las actividades proselitistas de los candidatos de la alianza "Transformemos Sinaloa", conformada por el PRI, Partido Verde Ecologista de México y Nueva Alianza.

"Aunque la violencia no es novedad, no había esa solidaridad de suspender campañas", apuntó Curzio, quien recordó el asesinato en 2010 del candidato a gobernador de Tamaulipas (noreste) Rodolfo Torre Cantú (PRI), a una semana de los comicios en los que era favorito.

Ese ataque es considerado el de mayor connotación política en México desde el asesinato en 1994 del candidato presidencial Luis Donaldo Colosio (PRI) en Tijuana, fronteriza con Estados Unidos.

Pero el elemento dominante de las actuales elecciones locales en México es sin duda el de una guerra sucia, en la que los partidos no dudan en desprestigiarse entre sí y recurrir al clientelismo para obtener los preciados votos.

En Aguascalientes (centro), gobernantes y oposición se acusan mutuamente de estar financiados por el cártel narcotraficante La Familia Michoacana; mientras en Veracruz (este) se alega que los recursos de programas sociales están siendo manipulados con fines electorales.

Por su parte, en el estado de Baja California (noroeste), donde se disputará la única gubernatura de las elecciones, han surgido escándalos de corrupción e incluso de pederastia.

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