Choque de trenes: Impericia, ineficiencia y falta de control
ANTONIO ROSSI, Clarín
Dos tragedias ferroviarias en la línea Sarmiento en un lapso de menos de un año y medio no es fruto de la casualidad, ni de la accción de "agentes destituyentes”" Es directamente el fruto de la impericia, la ineficiencia, la ausencia de controles y una política de transporte sin planificación y destinada tapar con parches los serios problemas operativos de los trenes que requieren soluciones de fondo.
Pese a haber cambiado de operador y de transferir el área de Transporte de la órbita de Julio De Vido a la cartera de Interior de Florencio Randazzo, las condiciones operativas del ferrocarril Sarmiento siguen estando casi en el mismo estado crítico que tenían en febrero de 2012 cuando se produjo de la tragedia de Once que le costó la vida a 51 personas y dejó más de 700 heridos.
Arreglos cosméticos de coches, renovación de algunos tramos de vías y la promesa de que a partir del año que viene van a llegar trenes chinos para modernizar la línea fueron los anuncios salientes que efectuó Randazzo en los últimos meses para una castigada línea Sarmiento que arrastra décadas de desinversión y desidia de los funcionarios.
Mientras tanto, dos obras claves que podrían haber evitado el nuevo accidente y que el Gobierno se ha cansado de anunciar siguen aún trabadas por falta de recursos y demoras burocráticas. Se trata del soterramiento de las vías entre Once y Moreno, proyecto paralizado desde hace un año por problemas de financiamiento , y el nuevo sistema de señalamiento, cuya licitación arrastra cinco meses de atraso por las diferencias planteadas entre los funcionarios y las empresas oferentes.
Como es costumbre de la administración kirchnerista, todas las denuncias y alertas emitidas en los últimos meses por los usuarios y especialistas ante la falta de soluciones en el Sarmiento fueron ignoradas por Randazzo. El ministro, con la ayuda de los medios oficiales y paraoficiales, salió a denostar a las voces críticas con el argumento de que respondían a maniobras de la oposición.
Ahora que otra vez las muertes, los heridos y los daños han vuelto a ensañarse con los pasajeros del Sarmiento habrá que ver que excusas esgrime el “relato oficial” para una tragedia que se venía venir y de la cual el Gobierno es el principal responsable.
Dos tragedias ferroviarias en la línea Sarmiento en un lapso de menos de un año y medio no es fruto de la casualidad, ni de la accción de "agentes destituyentes”" Es directamente el fruto de la impericia, la ineficiencia, la ausencia de controles y una política de transporte sin planificación y destinada tapar con parches los serios problemas operativos de los trenes que requieren soluciones de fondo.
Pese a haber cambiado de operador y de transferir el área de Transporte de la órbita de Julio De Vido a la cartera de Interior de Florencio Randazzo, las condiciones operativas del ferrocarril Sarmiento siguen estando casi en el mismo estado crítico que tenían en febrero de 2012 cuando se produjo de la tragedia de Once que le costó la vida a 51 personas y dejó más de 700 heridos.
Arreglos cosméticos de coches, renovación de algunos tramos de vías y la promesa de que a partir del año que viene van a llegar trenes chinos para modernizar la línea fueron los anuncios salientes que efectuó Randazzo en los últimos meses para una castigada línea Sarmiento que arrastra décadas de desinversión y desidia de los funcionarios.
Mientras tanto, dos obras claves que podrían haber evitado el nuevo accidente y que el Gobierno se ha cansado de anunciar siguen aún trabadas por falta de recursos y demoras burocráticas. Se trata del soterramiento de las vías entre Once y Moreno, proyecto paralizado desde hace un año por problemas de financiamiento , y el nuevo sistema de señalamiento, cuya licitación arrastra cinco meses de atraso por las diferencias planteadas entre los funcionarios y las empresas oferentes.
Como es costumbre de la administración kirchnerista, todas las denuncias y alertas emitidas en los últimos meses por los usuarios y especialistas ante la falta de soluciones en el Sarmiento fueron ignoradas por Randazzo. El ministro, con la ayuda de los medios oficiales y paraoficiales, salió a denostar a las voces críticas con el argumento de que respondían a maniobras de la oposición.
Ahora que otra vez las muertes, los heridos y los daños han vuelto a ensañarse con los pasajeros del Sarmiento habrá que ver que excusas esgrime el “relato oficial” para una tragedia que se venía venir y de la cual el Gobierno es el principal responsable.