Serena machaca a Sharapova y conserva el número uno
Madrid, EFE
Serena Williams es una montaña para todo el circuito WTA. También para Maria Sharapova, que aspiraba a arrebatarle el número uno en Madrid y se fue de la Caja Mágica con una cara que dibujaba decepción y enfado. No era para menos porque el marcador, 6-1 y 6-4 en 1h:18, no dejaba lugar a la duda. La reina sigue siendo la estadounidense que, a sus 31 años (la más mayor en llevar la corona de número uno), manda cómo y cuándo quiere.
Se presentaba Sharapova, que dentro de un par de semanas tendrá que defender el título en Roland Garros, con la esperanza de levantar un 12-2 adverso pero con la tremenda losa de que sus dos únicas victorias databan de un lejano 2004. Cinco dobles faltas en el primer set del junco ruso (acabó el partido con ocho) y la seguridad en los golpes de la estadounidense poseedora de quince títulos de Grand Slam definieron el set.
En el segundo, la lucha se recrudeció entre gritos guturales de una y otra según se sucedieron las roturas. En el primer juego para la rusa y en el sexto para la diosa de ébano. Luego, en el décimo, otra doble falta de Sharapova entregaba tres bolas de partido a una Serena que no las desaprovechó.
Mientras tarareaba ‘La vida loca’ y daba saltitos hacia el palco donde su técnico, Patrick Mouratouglu, y unas amigas cuidaban de su perrito yorkshire, el nombre de Serena Williams volvía a imprimirse en el palmarés del Mutua Madrid Open. Es la primera tenista que repite título, que hace el cincuenta de su carrera y el décimo sobre tierra. Entre risas, y en castellano, Serena encadenó un “gracias a Dios, a Maria, al estadio… y gracias” y sonrió dando gracias por su vida loca.
Serena Williams es una montaña para todo el circuito WTA. También para Maria Sharapova, que aspiraba a arrebatarle el número uno en Madrid y se fue de la Caja Mágica con una cara que dibujaba decepción y enfado. No era para menos porque el marcador, 6-1 y 6-4 en 1h:18, no dejaba lugar a la duda. La reina sigue siendo la estadounidense que, a sus 31 años (la más mayor en llevar la corona de número uno), manda cómo y cuándo quiere.
Se presentaba Sharapova, que dentro de un par de semanas tendrá que defender el título en Roland Garros, con la esperanza de levantar un 12-2 adverso pero con la tremenda losa de que sus dos únicas victorias databan de un lejano 2004. Cinco dobles faltas en el primer set del junco ruso (acabó el partido con ocho) y la seguridad en los golpes de la estadounidense poseedora de quince títulos de Grand Slam definieron el set.
En el segundo, la lucha se recrudeció entre gritos guturales de una y otra según se sucedieron las roturas. En el primer juego para la rusa y en el sexto para la diosa de ébano. Luego, en el décimo, otra doble falta de Sharapova entregaba tres bolas de partido a una Serena que no las desaprovechó.
Mientras tarareaba ‘La vida loca’ y daba saltitos hacia el palco donde su técnico, Patrick Mouratouglu, y unas amigas cuidaban de su perrito yorkshire, el nombre de Serena Williams volvía a imprimirse en el palmarés del Mutua Madrid Open. Es la primera tenista que repite título, que hace el cincuenta de su carrera y el décimo sobre tierra. Entre risas, y en castellano, Serena encadenó un “gracias a Dios, a Maria, al estadio… y gracias” y sonrió dando gracias por su vida loca.