Oposición siria busca unificarse de cara a diálogo de paz

Estambul, Reuters
La fragmentada oposición siria buscaba lograr un acuerdo sobre un nuevo liderazgo el viernes, en un intento por presentar un frente coherente en las conversaciones de paz que Estados Unidos y Rusia están propiciando a fin de terminar con más de dos años de cruenta guerra civil.


Un feroz ataque de las fuerzas de seguridad del presidente Bashar al-Assad contra un pueblo en manos de los rebeldes la semana pasada está transformando el conflicto, con el arribo de combatientes de Hezbolá, una milicia libanesa aliada del mandatario sirio.

El giro parece justificar el temor de que la guerra, que ha causado la muerte de 80.000 personas, pueda cruzar las fronteras en el corazón de Oriente Medio.

Washington y Moscú se han visto obligados a tratar de revivir los esfuerzos diplomáticos debido a los acontecimientos de los últimos meses, entre los que se encuentran nuevos reportes de atrocidades, acusaciones sobre uso de armas químicas y aumento en la cantidad de combatientes de Al Qaeda entre los rebeldes.

El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, y el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, se reunirán de manera privada en París el lunes para debatir sobre sus esfuerzos para llevar a las partes sirias a la mesa de negociación, indicaron funcionarios de Rusia y Estados Unidos.

Moscú dijo que el Gobierno sirio había aceptado en principio asistir a la planeada conferencia de paz, que podría realizarse en Ginebra en las próximas semanas, y agregó que había "expresado disposición" a encontrar una solución política.

Bajo una intensa presión internacional para resolver las divisiones internas para que pueda jugar un papel importante en las conversaciones, el grupo de oposición Coalición Nacional Siria se reunió en Estambul para elegir nuevos líderes y ampliar su membresía.

Importantes figuras de la oposición dijeron que la coalición probablemente asistirá a la conferencia, aunque dudaron de que eso vaya a producir un acuerdo inmediato para que Assad abandone el poder, su demanda central.

"Nos enfrentamos a una situación en la que todos piensan que habrá un matrimonio cuando la novia se está resistiendo. El régimen tiene que mostrar un mínimo de voluntad de estar dispuesta a detener el derramamiento de sangre", dijo Haitham al-Maleh, miembro de la coalición.

El viernes hubo nuevos enfrentamientos en Qusair, una localidad que controla el acceso a la costa y que las fuerzas de Assad y de Hezbolá han intentado tomar en una batalla que podría implicar una prueba importante a la capacidad del Gobierno de contener la revuelta.

Assad quiere asegurar la región costera, que alberga a la secta minoritaria alauí a la que pertenece el mandatario, y que es un desprendimiento del Islamismo chií.

Las fuerzas oficiales cuentan con el respaldo de Irán -también chií- y de Hezbolá contra los rebeldes fundamentalmente suníes, que tienen el apoyo de Arabia Saudita y Qatar.

El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, un grupo de seguimiento a favor de la oposición con sede en Londres, dijo que las fuerzas del Ejército sirio y de Hezbolá en Qusair estaban intentando eliminar a los insurgentes en la localidad cercana de Hamidiya.

Medios estatales dijeron que el Ejército sirio había destruido "guaridas terroristas" en Hamidiya y matado a ocho "terroristas" en otro pueblo, llamado Daba, cerca de Qusair.

PROBLEMAS EN LA COALICIÓN OPOSITORA

La coalición opositora tiene problemas para definir su líder desde la renuncia en marzo del respetado clérigo Moaz Alkhatib, quien había presentado dos iniciativas para que Assad deje el poder pacíficamente.

La última propuesta de Alkhatib -un plan de 16 puntos que planteaba que Assad deje el poder en manos de su vice o primer ministro y luego se exilie con 500 miembros de su círculo cercano- obtuvo escaso apoyo en Estambul, lo que resalta los obstáculos para unas negociaciones más amplias.

Washington amenazó el miércoles con incrementar el respaldo a los rebeldes si Assad se negaba a debatir un cese político a la violencia, una postura de la que se hizo eco el viernes el secretario de Relaciones Exteriores británico, William Hague.

Preocupado por la creciente influencia islámica en las filas rebeldes, Estados Unidos ha presionado a la coalición de la oposición para que resuelva sus divisiones y se expanda para incluir a más liberales.

En tanto, persisten las críticas en torno a la incapacidad de la coalición de brindar una alternativa democrática creíble frente al Gobierno de cuatro décadas de la familia Assad.

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