La joven rescatada del edificio derrumbado en Bangladesh se recupera en el hospital
Dacca, EP
Reshma Begum, la joven de 19 años rescatada ayer de entre los escombros a que quedó reducido el pasado 24 de abril el Rana Plaza, se recupera en el hospital de la deshidratación que presentaba, mientras su familia sigue sin creerse la buena noticia de su rescate, ya que hacía tiempo que su única esperanza era que apareciera su cuerpo para poder enterrarla.
Cuando su hermano, Zahidul Islam, de 33 años, fue acompañado al hospital militar en el que está ingresada su hermana, se vio ahogado por las lágrimas. "'Hermano no llores', me dijo Reshma", ha relatado Islam en declaraciones por teléfono a Reuters.
Ante la atenta mirada de médicos y militares, Islam dejó de lado su vergüenza, dio un paso adelante y abrazó a su hermana pequeña. "A continuación me desmayé y fui sacado por el personal militar", ha añadido. "Lo mismo le ocurrió a mi madre cuando supo que Reshma estaba viva", ha precisado.
El mayor Moazzem Hossain, que ha participado en el rescate, ha señalado que la joven ha conseguido decir algunas palabras más este sábado sobre su dura experiencia, después de que ayer expresara su alegría por volver a "ver la luz".
"En un momento dado, me dormí pero de repente me desperté y era difícil saber si era de día o de noche", han sido sus palabras, según Hossain. Según éste, la mujer no llevaba su almuerzo para ese día sino que había optado por cuatro pequeños paquetes de galletas y una botella de agua, unas provisiones que le han salvado la vida.
ESTÁ BIEN
El teniente coronel Hassan Morshed, médico del Ejército, ha precisado que Begum se está recuperando bien. "Sus riñones y otros órganos esenciales funcionan con normalidad, si bien padece deshidratación aguda", ha precisado a Morshed a Reuters.
La familia de Reshma, como la de otros de los desaparecidos en la tragedia, había viajado desde su localidad natal hasta Savar, la localidad próxima a Dacca donde estaba el edificio, a la espera de poder conocer la suerte de la joven.
Horas antes del rescate de Reshma, los equipos de emergencia habían recuperado a la víctima número 1.000 del derrumbe del Rana Plaza, una cifra que, según han informado este sábado las autoridades, asciende ya 1.089, lo que la convierte en la peor tragedia industrial mundial desde la de Bhopal en India en 1984.
Cuando comenzó a circular la noticia de que una mujer, identificada primero por los medios solo como "Reshma" había sido encontrada, su familia empezó a pensar en lo impensable.
BÚSQUEDA DE UNA NUEVA VIDA
La trayectoria de Begum hasta llegar a la fábrica textil en la que trabajaba cuando se produjo el derrumbe es típica de una generación de jóvenes mujeres bangladeshíes que han tratado de escapar de la vida rural obteniendo un empleo en la boyante industria textil, tentadas por la perspectiva de tener un salario propio.
Según Islam, su familia vivía en una localidad llamada Koshi Gari, 414 kilómetros al norte de Dacca. Aquí, él se ganaba la vida vendiendo dulces a los niños, pero Reshma soñaba con una nueva vida en una gran ciudad. Hace tres años, la joven se trasladó a Dacca, según su hermano.
Tras encontrar su primer empleo, se casó, pero su marido comenzó a despilfarrar sus ganancias, por lo que le abandonó, ha precisado. "La golpeaba brutalmente, lo que la llevó a divorciarse de él", ha añadido Islam. El 2 de abril de este año, la joven encontró un empleo en New Wave Bottoms, un taller textil en la segunda planta de Rana Plaza.
Islam ha reconocido que la familia había perdido la esperanza de encontrar a Reshma con vida y solo confíaban en encontrar su cuerpo para poder enterrarla. "Durante los últimos 17 días, habíamos estado esperando conseguir su cuerpo para llevarlo de vuelta a casa y enterrarlo en nuestra tumba familiar", ha afirmado.
"Esto es increíble, significa que cualquier cosa puede ocurrir", ha subrayado el feliz hermano de Reshma tras el milagro vivido por ésta.
Reshma Begum, la joven de 19 años rescatada ayer de entre los escombros a que quedó reducido el pasado 24 de abril el Rana Plaza, se recupera en el hospital de la deshidratación que presentaba, mientras su familia sigue sin creerse la buena noticia de su rescate, ya que hacía tiempo que su única esperanza era que apareciera su cuerpo para poder enterrarla.
Cuando su hermano, Zahidul Islam, de 33 años, fue acompañado al hospital militar en el que está ingresada su hermana, se vio ahogado por las lágrimas. "'Hermano no llores', me dijo Reshma", ha relatado Islam en declaraciones por teléfono a Reuters.
Ante la atenta mirada de médicos y militares, Islam dejó de lado su vergüenza, dio un paso adelante y abrazó a su hermana pequeña. "A continuación me desmayé y fui sacado por el personal militar", ha añadido. "Lo mismo le ocurrió a mi madre cuando supo que Reshma estaba viva", ha precisado.
El mayor Moazzem Hossain, que ha participado en el rescate, ha señalado que la joven ha conseguido decir algunas palabras más este sábado sobre su dura experiencia, después de que ayer expresara su alegría por volver a "ver la luz".
"En un momento dado, me dormí pero de repente me desperté y era difícil saber si era de día o de noche", han sido sus palabras, según Hossain. Según éste, la mujer no llevaba su almuerzo para ese día sino que había optado por cuatro pequeños paquetes de galletas y una botella de agua, unas provisiones que le han salvado la vida.
ESTÁ BIEN
El teniente coronel Hassan Morshed, médico del Ejército, ha precisado que Begum se está recuperando bien. "Sus riñones y otros órganos esenciales funcionan con normalidad, si bien padece deshidratación aguda", ha precisado a Morshed a Reuters.
La familia de Reshma, como la de otros de los desaparecidos en la tragedia, había viajado desde su localidad natal hasta Savar, la localidad próxima a Dacca donde estaba el edificio, a la espera de poder conocer la suerte de la joven.
Horas antes del rescate de Reshma, los equipos de emergencia habían recuperado a la víctima número 1.000 del derrumbe del Rana Plaza, una cifra que, según han informado este sábado las autoridades, asciende ya 1.089, lo que la convierte en la peor tragedia industrial mundial desde la de Bhopal en India en 1984.
Cuando comenzó a circular la noticia de que una mujer, identificada primero por los medios solo como "Reshma" había sido encontrada, su familia empezó a pensar en lo impensable.
BÚSQUEDA DE UNA NUEVA VIDA
La trayectoria de Begum hasta llegar a la fábrica textil en la que trabajaba cuando se produjo el derrumbe es típica de una generación de jóvenes mujeres bangladeshíes que han tratado de escapar de la vida rural obteniendo un empleo en la boyante industria textil, tentadas por la perspectiva de tener un salario propio.
Según Islam, su familia vivía en una localidad llamada Koshi Gari, 414 kilómetros al norte de Dacca. Aquí, él se ganaba la vida vendiendo dulces a los niños, pero Reshma soñaba con una nueva vida en una gran ciudad. Hace tres años, la joven se trasladó a Dacca, según su hermano.
Tras encontrar su primer empleo, se casó, pero su marido comenzó a despilfarrar sus ganancias, por lo que le abandonó, ha precisado. "La golpeaba brutalmente, lo que la llevó a divorciarse de él", ha añadido Islam. El 2 de abril de este año, la joven encontró un empleo en New Wave Bottoms, un taller textil en la segunda planta de Rana Plaza.
Islam ha reconocido que la familia había perdido la esperanza de encontrar a Reshma con vida y solo confíaban en encontrar su cuerpo para poder enterrarla. "Durante los últimos 17 días, habíamos estado esperando conseguir su cuerpo para llevarlo de vuelta a casa y enterrarlo en nuestra tumba familiar", ha afirmado.
"Esto es increíble, significa que cualquier cosa puede ocurrir", ha subrayado el feliz hermano de Reshma tras el milagro vivido por ésta.