La Iglesia hace llamado urgente a evitar confrontación entre hermanos

La Paz, ANF
La Iglesia Católica alza su voz para expresar su preocupación por el riesgo de enfrentamiento entre hermanos y reitera la convocatoria al reencuentro y al diálogo responsable que conduzca a una solución pacífica, evitando el derramamiento de sangre.


“No es responsable alentar la confrontación entre hermanos cuando los problemas deben ser atendidos en el único camino válido y democrático del diálogo”, señala la convocatoria de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB) y el Arzobispado de La Paz

Este viernes, el Arzobispo de La Paz, monseñor Edmundo Abastoflor, y el Secretario General Adjunto de la CEB, padre José Fuentes, manifestaron la preocupación de la Iglesia por “los anuncios de radicalización de medidas de presión y convocatoria a nuevas movilizaciones que pueden derivar en la confrontación entre hermanos bolivianos”.

El ampliado de la Central Obrera Boliviana (COB) ratificó las medidas de presión con movilizaciones de los trabajadores exigiendo rentas dignas para la jubilación. En tanto que el presidente Evo Morales convocó a los “movimientos sociales” a defender la democracia.

Al respecto el comunicado de la CEB y el Arzobispado de La Paz señala que las movilizaciones “lejos de aportar soluciones, profundizan el conflicto y prefiguran consecuencias imprevisibles que todos podemos lamentar en el futuro”.

Insistiendo que “tampoco es responsable la radicalización de medidas de presión sin atender al recurso al diálogo y sin demostrar una real predisposición a ceder posiciones atendiendo la realidad económica del país”.

Los pastores episcopales señalan que “la Palabra de Dios nos advierte, con solicitud amorosa, que la confrontación entre hermanos traerá pérdidas, ojalá no irreparables, para todos”, recurriendo a la carta de Pablo a los Galatas.

En nuestro comunicado anterior constatamos la demanda legítima de los trabajadores a una jubilación digna y suficiente. Al reducir este derecho a un escenario político se le niega legitimidad y se ahondan las incomprensiones.

“Como Iglesia, en nombre de Dios Padre que quiere el bien de todos sus hijos sin diferencias ni discriminaciones, llamamos a las autoridades nacionales y sectores movilizados a buscar caminos de encuentro, deponiendo actitudes descalificadoras y medidas de presión y violencia, usando la razón, que es un don de Dios, para sentarse a la mesa de diálogo con voluntad serena y real predisposición para flexibilizar posiciones priorizando el bien común de toda la sociedad”, insiste.

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