Jackson compara a Kobe y Jordan
Nueva York, AP
Phil Jackson siempre había estado renuente a comparar a Michael Jordan y Kobe Bryant. Hasta ahora. En su nuevo libro, en coautoría con Hugh Delehanty, y titulado "Eleven Rings: The Soul of Success", Jackson desmenuza qué separó a Jordan de Bryant, las dos figuras y personalidades más grandes que él dirigió durante su estelar carrera.
El diario Los Angeles Times, que recibió una copia del libro de 339 páginas, aportó algunos detalles de la comparación entre Jordan y Bryant.
En términos de ventajas, la mayor que Jordan tiene sobre Bryant llega en el departamento de liderazgo, según Jackson.
"Una de las mayores diferencias entre las dos estrellas, desde mi perspectiva, era que Michael tenía habilidades superiores como líder", escribe Jackson. "Aunque a veces podía ser muy duro con sus compañeros, Michael era un maestro para controlar el clima emocional del equipo con el poder de su presencia. Kobe tuvo que recorrer mucho camino antes de poder decir lo mismo. Él llevaba un buen partido, pero todavía le faltaba experimentar la gélida verdad de liderazgo en sus huesos, como Michael tenía en los suyos".
Jackson, quien dirigió a Jordan en seis campeonatos con los Chicago Bulls y a Bryant en cinco con Los Angeles Lakers, también comparó las habilidades defensivas y precisión de los jugadores. Una vez más, Jackson apoyó a Jordan.
"Sin duda, Michael era un defensor más duro, más intimidante", escribe Jackson. "Él podía romper virtualmente cualquier pantalla y anular a casi todos los jugadores con su estilo intenso y enfocado para defender".
Mencionando que Bryant aprendió algunos de los trucos defensivos de Jordan, Jackson agregó: "En general, Kobe tiende a apoyarse más en su flexibilidad y su habilidad, pero toma muchos riesgos a la defensiva, y a veces paga el precio".
A la ofensiva, Jackson dijo: "Jordan tenía una inclinación más natural para dejar que el juego llegara hacia él, y no sobrejugar su mano, mientras que Kobe tiende a forzar la acción, especialmente cuando el juego no le favorece. Cuando no es certero con sus tiros, Kobe presionará hasta que su suerte cambie. Por otra parte, Michael cambia su atención hacia la defensiva, o el pase, o preparar pantallas para que el equipo gane".
Jackson también tocó la diferencia en personalidades.
"Michael era más carismático y gregario que Kobe", escribe Jackson. "Le gustaba convivir con sus compañeros y con los guardias de seguridad, jugando cartas, fumando habanos y bromeando.
"Kobe es diferente. Era reservado en la adolescencia, en parte porque era más joven que los otros jugadores y no había desarrollado sus habilidades sociales en la universidad. Pero cuando Kobe llegó por primera vez a los Lakers, evitó convivir con sus compañeros. Pero su introversión fue desapareciendo conforme creció. Ponía más energía para conocer a los otros jugadores, especialmente cuando el equipo estaba en las giras".
Jackson también reveló que los cargos por abuso sexual que fueron presentados contra Kobe en 2003 temporalmente nublaron su percepción acerca de la estrella de los Lakers. La situación "abrió una vieja herida", porque la hija de Jackson, Brooke, había sido abusada sexualmente por un atleta en la universidad.
"El incidente de Kobe detonó toda mi ira sin procesar y dañó mi percepción sobre él. Distorsionó mi visión de Kobe a lo largo de la campaña 2003-04", escribe Jackson. "No importaba qué hiciera para extinguirlo, la ira todavía seguía ardiendo".
El Times también reveló otros fragmentos del libro, que saldrá a la venta el martes.
--El interés de Jackson por el Zen se incrementó luego que conoció a un practicante del budismo, que era trabajador de la construcción y que le ayudó en el proceso para construir su casa en los años 70.
--Las palabras de Jackson a Jordan, cuando este último llegó a la oficina del entrenador en 1995, esperando volver al baloncesto tras un intento fallido por hacer carrera en el béisbol: "Bueno, creo que tenemos un uniforme por aquí que podría servirte".
--Jackson considera la victoria de los Lakers en el séptimo juego de las Finales NBA 2010 sobre los Boston Celtics como la más satisfactoria de su carrera.
Phil Jackson siempre había estado renuente a comparar a Michael Jordan y Kobe Bryant. Hasta ahora. En su nuevo libro, en coautoría con Hugh Delehanty, y titulado "Eleven Rings: The Soul of Success", Jackson desmenuza qué separó a Jordan de Bryant, las dos figuras y personalidades más grandes que él dirigió durante su estelar carrera.
El diario Los Angeles Times, que recibió una copia del libro de 339 páginas, aportó algunos detalles de la comparación entre Jordan y Bryant.
En términos de ventajas, la mayor que Jordan tiene sobre Bryant llega en el departamento de liderazgo, según Jackson.
"Una de las mayores diferencias entre las dos estrellas, desde mi perspectiva, era que Michael tenía habilidades superiores como líder", escribe Jackson. "Aunque a veces podía ser muy duro con sus compañeros, Michael era un maestro para controlar el clima emocional del equipo con el poder de su presencia. Kobe tuvo que recorrer mucho camino antes de poder decir lo mismo. Él llevaba un buen partido, pero todavía le faltaba experimentar la gélida verdad de liderazgo en sus huesos, como Michael tenía en los suyos".
Jackson, quien dirigió a Jordan en seis campeonatos con los Chicago Bulls y a Bryant en cinco con Los Angeles Lakers, también comparó las habilidades defensivas y precisión de los jugadores. Una vez más, Jackson apoyó a Jordan.
"Sin duda, Michael era un defensor más duro, más intimidante", escribe Jackson. "Él podía romper virtualmente cualquier pantalla y anular a casi todos los jugadores con su estilo intenso y enfocado para defender".
Mencionando que Bryant aprendió algunos de los trucos defensivos de Jordan, Jackson agregó: "En general, Kobe tiende a apoyarse más en su flexibilidad y su habilidad, pero toma muchos riesgos a la defensiva, y a veces paga el precio".
A la ofensiva, Jackson dijo: "Jordan tenía una inclinación más natural para dejar que el juego llegara hacia él, y no sobrejugar su mano, mientras que Kobe tiende a forzar la acción, especialmente cuando el juego no le favorece. Cuando no es certero con sus tiros, Kobe presionará hasta que su suerte cambie. Por otra parte, Michael cambia su atención hacia la defensiva, o el pase, o preparar pantallas para que el equipo gane".
Jackson también tocó la diferencia en personalidades.
"Michael era más carismático y gregario que Kobe", escribe Jackson. "Le gustaba convivir con sus compañeros y con los guardias de seguridad, jugando cartas, fumando habanos y bromeando.
"Kobe es diferente. Era reservado en la adolescencia, en parte porque era más joven que los otros jugadores y no había desarrollado sus habilidades sociales en la universidad. Pero cuando Kobe llegó por primera vez a los Lakers, evitó convivir con sus compañeros. Pero su introversión fue desapareciendo conforme creció. Ponía más energía para conocer a los otros jugadores, especialmente cuando el equipo estaba en las giras".
Jackson también reveló que los cargos por abuso sexual que fueron presentados contra Kobe en 2003 temporalmente nublaron su percepción acerca de la estrella de los Lakers. La situación "abrió una vieja herida", porque la hija de Jackson, Brooke, había sido abusada sexualmente por un atleta en la universidad.
"El incidente de Kobe detonó toda mi ira sin procesar y dañó mi percepción sobre él. Distorsionó mi visión de Kobe a lo largo de la campaña 2003-04", escribe Jackson. "No importaba qué hiciera para extinguirlo, la ira todavía seguía ardiendo".
El Times también reveló otros fragmentos del libro, que saldrá a la venta el martes.
--El interés de Jackson por el Zen se incrementó luego que conoció a un practicante del budismo, que era trabajador de la construcción y que le ayudó en el proceso para construir su casa en los años 70.
--Las palabras de Jackson a Jordan, cuando este último llegó a la oficina del entrenador en 1995, esperando volver al baloncesto tras un intento fallido por hacer carrera en el béisbol: "Bueno, creo que tenemos un uniforme por aquí que podría servirte".
--Jackson considera la victoria de los Lakers en el séptimo juego de las Finales NBA 2010 sobre los Boston Celtics como la más satisfactoria de su carrera.