Ferguson quiere su último triunfo
Carrington, EFE
Alex Ferguson está a punto de una jubilación de viajes de lujo, carreras de caballo, buenos vinos y quizás estudiar algunos idiomas.
Pero, antes de eso, tiene un último partido el domingo contra West Bromwich Albion, el 1.500 y último de su gloriosa carrera como técnico de Manchester United.
"Mil quinientos partidos, es algo increíble", dijo Ferguson el viernes, moviendo la cabeza como maravillado por su propia longevidad.
El telón de la carrera de 39 años de Ferguson bajará en The Hawthorns, un estadio modesto en el centro de Inglaterra.
El escocés ya tuvo una emotiva despedida el domingo en Old Trafford, donde Manchester United venció 2-1 a Swansea en su último partido en el estadio que ayudó a hacer famoso.
En esa ocasión, hubo una guardia de honor, un discurso de cinco minutos a los fanáticos y un mar de banderas rojas en las gradas. También hubo un desfile en lunes por las calles de Manchester con el trofeo de campeones de la liga Premier, en el que miles de personas salieron a saludar al hombre que dirigió a United durante casi 27 años.
El encuentro del fin de semana será otro acto emotivo, aunque lo único que Ferguson quiere es un triunfo.
"Todos los equipos quieren ganar su último partido como locales, así es la vida", comentó Ferguson, elegido como el técnico del año de la liga Premier el viernes. "Y yo quiero ganar este incluso más que el del fin de semana pasado".
Su carrera como entrenador comenzó en 1974, con el East Stirlingshire de las divisiones inferiores de Escocia. Ferguson recuerda tener "ocho jugadores y ningún arquero". Ahora tiene seis porteros y unos 100 futbolistas para supervisar.
"Es una vida distinta", reconoció. "El cambio es inevitable, hay que saber administrarlo".
"Ha habido grandes cambios en este club en términos de la cantidad de personal, la ciencia del deporte, la tecnología moderna que se ha implementado. Cuando comencé como entrenador no había agente, la prensa también era diferente... los cambios están allí, integrados durante un largo período de tiempo. Pero yo no creo haber cambiado mucho".
Lo que sí cambiará será la vida de Ferguson.
Ya no tendrá que madrugar para ser la primera persona en Carrington, el enorme centro de entrenamiento de United en el oeste de Manchester. Ya no tendrá que elegir equipos, entrenar jugadores, ni hablar con la prensa.
Pero eso no significa que ahora vaya a dormir 10 horas, como hizo después del desfile del lunes.
"Es la primera vez en mi vida que duermo 10 horas. (Mi esposa) Cathy se pasó vigilándome", comentó. "Creo que estaba asegurándose que estuviese vivo".
En su nueva etapa, Ferguson probablemente estará más involucrado en su otra pasión, el hipismo, y pasará más tiempo con su familia y de viaje, especialmente a sus destinos favoritos en Nueva York y el sur de Francia. En julio será operado de la cadera.
Ferguson, quien continuará como dirigente del club una vez entregue las riendas a David Moyes, tomó la decisión de retirarse durante Navidad, después de la muerte de la hermana de su esposa. Dijo el viernes que no lo lamenta, ni siquiera después de la desilusión que sufrió tras la eliminación en marzo en la Champions League.
"Tomé la decisión hace mucho tiempo y eso fue todo. No se puede ser exitoso sin desilusiones, y creo que las desilusiones son buenas", señaló. "Es un reto para recuperarse y ver la personalidad tuya y de tus jugadores, y creo que lo hemos hecho durante los años".
Alex Ferguson está a punto de una jubilación de viajes de lujo, carreras de caballo, buenos vinos y quizás estudiar algunos idiomas.
Pero, antes de eso, tiene un último partido el domingo contra West Bromwich Albion, el 1.500 y último de su gloriosa carrera como técnico de Manchester United.
"Mil quinientos partidos, es algo increíble", dijo Ferguson el viernes, moviendo la cabeza como maravillado por su propia longevidad.
El telón de la carrera de 39 años de Ferguson bajará en The Hawthorns, un estadio modesto en el centro de Inglaterra.
El escocés ya tuvo una emotiva despedida el domingo en Old Trafford, donde Manchester United venció 2-1 a Swansea en su último partido en el estadio que ayudó a hacer famoso.
En esa ocasión, hubo una guardia de honor, un discurso de cinco minutos a los fanáticos y un mar de banderas rojas en las gradas. También hubo un desfile en lunes por las calles de Manchester con el trofeo de campeones de la liga Premier, en el que miles de personas salieron a saludar al hombre que dirigió a United durante casi 27 años.
El encuentro del fin de semana será otro acto emotivo, aunque lo único que Ferguson quiere es un triunfo.
"Todos los equipos quieren ganar su último partido como locales, así es la vida", comentó Ferguson, elegido como el técnico del año de la liga Premier el viernes. "Y yo quiero ganar este incluso más que el del fin de semana pasado".
Su carrera como entrenador comenzó en 1974, con el East Stirlingshire de las divisiones inferiores de Escocia. Ferguson recuerda tener "ocho jugadores y ningún arquero". Ahora tiene seis porteros y unos 100 futbolistas para supervisar.
"Es una vida distinta", reconoció. "El cambio es inevitable, hay que saber administrarlo".
"Ha habido grandes cambios en este club en términos de la cantidad de personal, la ciencia del deporte, la tecnología moderna que se ha implementado. Cuando comencé como entrenador no había agente, la prensa también era diferente... los cambios están allí, integrados durante un largo período de tiempo. Pero yo no creo haber cambiado mucho".
Lo que sí cambiará será la vida de Ferguson.
Ya no tendrá que madrugar para ser la primera persona en Carrington, el enorme centro de entrenamiento de United en el oeste de Manchester. Ya no tendrá que elegir equipos, entrenar jugadores, ni hablar con la prensa.
Pero eso no significa que ahora vaya a dormir 10 horas, como hizo después del desfile del lunes.
"Es la primera vez en mi vida que duermo 10 horas. (Mi esposa) Cathy se pasó vigilándome", comentó. "Creo que estaba asegurándose que estuviese vivo".
En su nueva etapa, Ferguson probablemente estará más involucrado en su otra pasión, el hipismo, y pasará más tiempo con su familia y de viaje, especialmente a sus destinos favoritos en Nueva York y el sur de Francia. En julio será operado de la cadera.
Ferguson, quien continuará como dirigente del club una vez entregue las riendas a David Moyes, tomó la decisión de retirarse durante Navidad, después de la muerte de la hermana de su esposa. Dijo el viernes que no lo lamenta, ni siquiera después de la desilusión que sufrió tras la eliminación en marzo en la Champions League.
"Tomé la decisión hace mucho tiempo y eso fue todo. No se puede ser exitoso sin desilusiones, y creo que las desilusiones son buenas", señaló. "Es un reto para recuperarse y ver la personalidad tuya y de tus jugadores, y creo que lo hemos hecho durante los años".