Cardenal Julio en su despedida convoca a todos a compartir el pan de la vida
Santa Cruz, ANF
Cardenal Julio reafirmó que debemos saber sentarnos “para comer el pan de vida”, porque “supone que tengamos vida y no signos de muerte dentro de nosotros”, al celebrar la Homilía de la Misa de Acción de Gracias por el Cuerpo y la Sangre de Cristo en la Eucaristía.
“Saber sentarse para comer el pan de vida, supone que tengamos vida y no signos de muerte dentro de nosotros. Solo así podemos entender el gesto del Señor. Bendijo los dos panes y los cinco peces, dio gracias al Padre y les pidió a los discípulos repártanlos ahora y los repartieron, y quedaron doce canastos de restos de pan, alimentos suficiente para alimentar a los pueblos que entonces estaban esperando palabras de vida”, fueron las palabras de Cardenal Julio.
Por lo menos 30.000 fieles se dieron cita en el Estadio Ramón Tahuichi Aguilera para celebrar el Cuerpo y Sangre de Cristo en la Eucaristía, uno de los misterios centrales de la fe católica. La celebración dio inicio a las 16:00 horas y el Cardenal Julio presidió la celebración.
En la celebración de Corpus Christi se dio Gracias a Dios por los 35 años de Episcopado del Cardenal Julio, 3 años como Obispo en La Paz, 10 años en Oruro y 22 años en Santa Cruz. Por este motivo, los diferentes sectores del pueblo entre niños, jóvenes, laicos adultos, seminaristas, vida consagrada y sacerdotes, ingresaron durante el momento del ofertorio con diferentes signos de lo que ha significado el Cardenal Julio como Obispo durante estos años.
En su Homilía, Cardenal Julio reflexionó: “En esta fiesta tiene que prevalecer el paso pascual del Señor reciban el alimento de la vida, el alimento que no se echa a perder fácilmente, que no se lo acumula para cobrar más después. Es el alimento de la vida”.
Recordó que Jesús hablaba a las multitudes con claridad y “no con promesas fáciles, vacías de contenido espiritual, sino con palabras que tenían que asegurar la vida de todos y cada uno sin marginar a nadie”.
“Cuando hace años iniciamos esta convocatoria de nuestra Iglesia aquí en el estadio, no ha sido para hacer bonitas decoraciones, ha sido para que escuchemos el mensaje del Reino, del Reino del padre, que ha venido a enseñarnos Jesucristo el Señor”, dijo al ratificar que sea “una lección a nuestra celebración”.
“Para las multitudes, para los grupos grandes, para las sociedades, denles ustedes de comer, son ustedes los que tienen que partir y compartir el pan, son ustedes los que tienen que hacer alcanzar lo poco, lo mucho que haya en beneficio de todos. Son ustedes los que tienen la fuerza necesaria de la razón y de la voluntad para poder trabajar por el bien de los demás, no entra en el engaño de aquellos falsos mesías que todo lo hacen discurso, que todo lo hacen promesa y que nunca cumplen ni los discursos ni las promesas y que siguen sumiendo a las mayorías en la ignorancia de un seguimiento que no corresponde a personas dignas”, reflexionó las enseñanzas de Jesús a sus discípulos.
Este año la celebración comenzó una hora más temprano, con la procesión de entrada de los celebrantes y los signos que acompañan la liturgia. La decisión permitió a muchas personas que llegan desde barrios alejados retornar a sus casas sin ningún problema. Las puertas del Estadio se abrieron desde la 13:00 horas para facilitar el ingreso ordenado de los fieles y dos horas antes de la celebración habrá animación musical para compartir con los que lleguen temprano.
ESCENOGRAFÍA: Dando a conocer una una gran capacidad técnica y creativa el equipo de Arquitectos responsables de la escenografía convirtió el Altar en la representación del logotipo del Año de la Fe.
En el Altar (donde se realiza la consagración de la eucaristía) se representó simbólicamente la Barca que es imagen de la Iglesia; en la sede (donde se ubicaron los celebrantes durante la celebración) se representó la cruz y el monograma de Cristo y, en las graderías se representó el sol “La Eucaristía”.
Según se explicó, el significado de los símbolos que son parte del logotipo del Año de la Fe señalan: “El logotipo representa simbólicamente una barca –imagen de la Iglesia- cuyo árbol maestro es una cruz que iza las velas como signos dinámicos que realizan el monograma de Cristo (IHS). El fondo de las velas es un sol que asociado al monograma hace referencia a la Eucaristía”.
Cardenal Julio reafirmó que debemos saber sentarnos “para comer el pan de vida”, porque “supone que tengamos vida y no signos de muerte dentro de nosotros”, al celebrar la Homilía de la Misa de Acción de Gracias por el Cuerpo y la Sangre de Cristo en la Eucaristía.
“Saber sentarse para comer el pan de vida, supone que tengamos vida y no signos de muerte dentro de nosotros. Solo así podemos entender el gesto del Señor. Bendijo los dos panes y los cinco peces, dio gracias al Padre y les pidió a los discípulos repártanlos ahora y los repartieron, y quedaron doce canastos de restos de pan, alimentos suficiente para alimentar a los pueblos que entonces estaban esperando palabras de vida”, fueron las palabras de Cardenal Julio.
Por lo menos 30.000 fieles se dieron cita en el Estadio Ramón Tahuichi Aguilera para celebrar el Cuerpo y Sangre de Cristo en la Eucaristía, uno de los misterios centrales de la fe católica. La celebración dio inicio a las 16:00 horas y el Cardenal Julio presidió la celebración.
En la celebración de Corpus Christi se dio Gracias a Dios por los 35 años de Episcopado del Cardenal Julio, 3 años como Obispo en La Paz, 10 años en Oruro y 22 años en Santa Cruz. Por este motivo, los diferentes sectores del pueblo entre niños, jóvenes, laicos adultos, seminaristas, vida consagrada y sacerdotes, ingresaron durante el momento del ofertorio con diferentes signos de lo que ha significado el Cardenal Julio como Obispo durante estos años.
En su Homilía, Cardenal Julio reflexionó: “En esta fiesta tiene que prevalecer el paso pascual del Señor reciban el alimento de la vida, el alimento que no se echa a perder fácilmente, que no se lo acumula para cobrar más después. Es el alimento de la vida”.
Recordó que Jesús hablaba a las multitudes con claridad y “no con promesas fáciles, vacías de contenido espiritual, sino con palabras que tenían que asegurar la vida de todos y cada uno sin marginar a nadie”.
“Cuando hace años iniciamos esta convocatoria de nuestra Iglesia aquí en el estadio, no ha sido para hacer bonitas decoraciones, ha sido para que escuchemos el mensaje del Reino, del Reino del padre, que ha venido a enseñarnos Jesucristo el Señor”, dijo al ratificar que sea “una lección a nuestra celebración”.
“Para las multitudes, para los grupos grandes, para las sociedades, denles ustedes de comer, son ustedes los que tienen que partir y compartir el pan, son ustedes los que tienen que hacer alcanzar lo poco, lo mucho que haya en beneficio de todos. Son ustedes los que tienen la fuerza necesaria de la razón y de la voluntad para poder trabajar por el bien de los demás, no entra en el engaño de aquellos falsos mesías que todo lo hacen discurso, que todo lo hacen promesa y que nunca cumplen ni los discursos ni las promesas y que siguen sumiendo a las mayorías en la ignorancia de un seguimiento que no corresponde a personas dignas”, reflexionó las enseñanzas de Jesús a sus discípulos.
Este año la celebración comenzó una hora más temprano, con la procesión de entrada de los celebrantes y los signos que acompañan la liturgia. La decisión permitió a muchas personas que llegan desde barrios alejados retornar a sus casas sin ningún problema. Las puertas del Estadio se abrieron desde la 13:00 horas para facilitar el ingreso ordenado de los fieles y dos horas antes de la celebración habrá animación musical para compartir con los que lleguen temprano.
ESCENOGRAFÍA: Dando a conocer una una gran capacidad técnica y creativa el equipo de Arquitectos responsables de la escenografía convirtió el Altar en la representación del logotipo del Año de la Fe.
En el Altar (donde se realiza la consagración de la eucaristía) se representó simbólicamente la Barca que es imagen de la Iglesia; en la sede (donde se ubicaron los celebrantes durante la celebración) se representó la cruz y el monograma de Cristo y, en las graderías se representó el sol “La Eucaristía”.
Según se explicó, el significado de los símbolos que son parte del logotipo del Año de la Fe señalan: “El logotipo representa simbólicamente una barca –imagen de la Iglesia- cuyo árbol maestro es una cruz que iza las velas como signos dinámicos que realizan el monograma de Cristo (IHS). El fondo de las velas es un sol que asociado al monograma hace referencia a la Eucaristía”.