¡Una más por favor! Descubren el misterio detrás de las adictivas papitas fritas
Caracas. AFP
Para muchas personas, comer papitas fritas es una adicción, por esta razón científicos alemanes han tomado la iniciativa de realizar un estudio sobre esta reacción que produce su consumo en nuestro cerebro.
“Hemos extendido el estudio a un tercer grupo de ratas alimentado con una mezcla de grasas y carbohidratos en proporciones similares a las de las patatas fritas”, explica a Sinc Tobias Hoch, investigador de la Universidad de Erlangen-Núremberg (Alemania) y autor principal.
Los resultados de las resonancias magnéticas mostraron que los animales alimentados con patatas fritas experimentaban una mayor activación de regiones del cerebro relacionadas con el sistema de recompensa, la ingesta de comida, el sueño y áreas motoras. Estas ratas reaccionaron mucho más que las alimentadas con comida estándar o con la mezcla de grasas y carbohidratos, lo cual demuestra que el efecto adictivo de las patatas fritas no puede explicarse solamente por su contenido calórico, como estudios previos sugerían.
“En futuras investigaciones intentaremos determinar cuál es el compuesto de las patatas fritas que provoca estas reacciones en el cerebro», apunta Hoch, que considera que el hecho de que a algunas personas no les atraigan estas comidas reside en que «posiblemente la intensidad con que se activan los sistemas de recompensa en los individuos varía en función de su gusto”.
Por otro lado, el científico añade que hasta ahora no hay evidencias de que se pueda hacer lo equivalente con comida sana y poco popular. Es decir, no hay planes para añadir ingredientes a las coles de Bruselas que activen positivamente zonas clave en el cerebro.
Para muchas personas, comer papitas fritas es una adicción, por esta razón científicos alemanes han tomado la iniciativa de realizar un estudio sobre esta reacción que produce su consumo en nuestro cerebro.
“Hemos extendido el estudio a un tercer grupo de ratas alimentado con una mezcla de grasas y carbohidratos en proporciones similares a las de las patatas fritas”, explica a Sinc Tobias Hoch, investigador de la Universidad de Erlangen-Núremberg (Alemania) y autor principal.
Los resultados de las resonancias magnéticas mostraron que los animales alimentados con patatas fritas experimentaban una mayor activación de regiones del cerebro relacionadas con el sistema de recompensa, la ingesta de comida, el sueño y áreas motoras. Estas ratas reaccionaron mucho más que las alimentadas con comida estándar o con la mezcla de grasas y carbohidratos, lo cual demuestra que el efecto adictivo de las patatas fritas no puede explicarse solamente por su contenido calórico, como estudios previos sugerían.
“En futuras investigaciones intentaremos determinar cuál es el compuesto de las patatas fritas que provoca estas reacciones en el cerebro», apunta Hoch, que considera que el hecho de que a algunas personas no les atraigan estas comidas reside en que «posiblemente la intensidad con que se activan los sistemas de recompensa en los individuos varía en función de su gusto”.
Por otro lado, el científico añade que hasta ahora no hay evidencias de que se pueda hacer lo equivalente con comida sana y poco popular. Es decir, no hay planes para añadir ingredientes a las coles de Bruselas que activen positivamente zonas clave en el cerebro.