San Martín le ganó a Unión y pasó a Independiente en los promedios

Buenos Aires, Clarín
Es una lucha San Martín. Una lucha que no cesa. Ahí está el equipo de San Juan, bravo, en la pelea de abajo con la intensidad de los de arriba. Anoche, de local, le ganó a Unión -otro complicado- y lo superó a Independiente en la tabla de los promedios. Y dejó un mensaje: un horizonte de Primera es posible.

La calculadora no sabe de merecimientos o ambiciones. Ella sólo refleja los datos fríos, esos malditos promedios que indican que San Martín y Unión son los peores equipos de la temporada y los que tienen todos los boletos para jugar el p
róximo Nacional.

Pero sanjuaninos y santafesinos no se dan por vencidos. En un fútbol amarrete, luchan por escapar del descenso con sus ideas claras y con armas elogiables. La principal consigna es pasarle siempre la pelota a un compañero y buscar el arco rival. Con limitaciones y errores. Pero también con virtudes.

Así, armaron en San Juan una verdadera final, pero bien jugada. Los equipos de Rubén Forestello y de Facundo Sava no se guardaron nada. Claro, tampoco tienen otras opciones. Están obligados a sumar y sumar, para soñar con mantener la categoría.

Lejos de hacerlo con los temores y la histeria que invade a Independiente, el otro equipo que ahora está descendiendo, van a buscar su salvación sin prejuicios. Así, apenas arranca el partido, el ecuatoriano Bolaños es capaz de reventar el palo tras un buen centro de García. O Cosaro, lateral izquierdo de Unión, puede definir como centrodelantero luego de que la pelota paseara de derecha a izquierda por el área sanjuanina.

Merecen aplausos esas posturas, más allá de lo que cuente el desenlace. La derrota o los descensos tienen formas distintas. Y resulta valioso que la búsqueda exceda incluso a los recursos. Es decir que la idea esté por encima de los nombres.

Lo del segundo tiempo no varió desde lo conceptual. Pero el equipo cuyano, empujado por la inevitable necesidad de victoria, se paró definitivamente en campo rival. Y así, con la constancia como principal argumento, consiguió dar vuelta el resultado: primero, a los 31, con Riaño, quien aprovechó un rebote tras un remate de Luna. Cinco minutos más tarde sucedió la polémica del partido: la jugada empezó con una infracción no cobrada de Affranchino en mitad de cancha y terminó en un zurdazo de volea del superhéroe de la noche, el ingresado Riaño. Hubo discusiones, dos expulsados (Bianchi y Franzoia), tres amonestados, una detención y mil enojos. Ese fue el hito. El principio del final. Traumático para Unión, sobre todo luego del tercer gol (convertido de cabeza por Landa). Feliz para este San Martín que, parece, ofrecerá lucha hasta el último de los suspiros.

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