Reforzar el control migratorio es el reto para evitar el ingreso de más sicarios

La Paz, Radio Fides
“Sicarios bolivianos no existen”, dice Carlos Romero y bajo esta premisa parte para dar una solución a los crímenes cometidos por encargo y que han causado pánico en la ciudad de Santa Cruz en los últimos días. El ministro de Gobierno tiene claro el panorama: mejorar los controles fronterizos y migratorios es la salida más viable para que ciudadanos de otros países no vengan a delinquir a territorio boliviano.

Romero conversó con Radio Fides sobre el delicado tema del sicariato y como su actividad ha empezado a incrementarse en Bolivia, se trata de asesinos a sueldo, personas que son contratadas para matar, es entonces un problema que merece una solución urgente.

El ministro aclara que al mejorar los controles fronterizos y regularizando la situación de los extranjeros en Bolivia no se cuestiona “a sus países ni la calidad de gente que ellos representan” sólo se está procediendo como ya lo hace todo el mundo para evitar que las facilidades migratorias sean aprovechadas en favor del crimen.

“El boliviano no es una persona que tenga tendencia, comportamiento, antecedentes de involucrarse en este tipo de delitos y hasta ahora estamos encontrando sólo sicarios extranjeros”, señala.

Los sicarios vienen de varios países, no sólo de Brasil y Colombia, y el ministro cita un ejemplo, un sicario que fugó de la cárcel de Tartagal en Argentina llegó a Santa Cruz para seguir delinquiendo, fue contratado para asesinar a una comerciante por una disputa de herencia.

“Tenemos que tomar medidas a nivel de controles migratorios, luego podemos controlar el delito, podemos hacerlo perfectamente”, considera.

Las soluciones que Romero recuerda que el control de migración en Bolivia está atrasado por décadas, con casi 7 mil kilómetros de frontera y como país de tránsito, por su condición de “corazón” de Sudamérica, apenas tiene 18 puestos fronterizo para controlar el ingreso y salida millones de personas anualmente.

“El 50% de la frontera es con Brasil y un 25% es con el Perú y ahí tenemos vulnerabilidad, en el oriente con la gente que ingresa de Brasil y en el occidente con la gente que ingresa del Perú, con esas amplias fronteras tenemos 15 controles puestos de control migratorio (terrestre) más tres en los aeropuertos internacionales, esos 18 puestos son insuficientes”, dice.

Gracias a un financiamiento de la Unión Europea se instalarán puestos móviles para que también control lacustre y pluvial. Además se mejorará la base de datos de Migración, trabajo que empezó a realizarse.

“Qué ha sido Migración en Bolivia en las últimas décadas, llenar unas tarjetitas cuando uno ingresa o sale del territorio, más de 12 millones de papeletas de migración que están archivadas en un galpón ni siquiera han sido subidas a una base de datos, ahora se ha instalado el control biométrico, una cámara saca una foto al ingresar al país y registra todos sus datos biométricos”, señaló.

Romero aseguró que se necesita conectar esta base de datos al registro de todos los movimientos de extranjeros dentro del país, lo que significa que los hoteles, agencias de viaje y de transporte aéreo deben cruzar información para que su estancia esté totalmente controlada.

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