Ola de atentados en Irak deja más de 20 muertos
Bagdad, AFP
Una veintena de atentados en varios puntos de Irak dejaron este lunes más de 20 muertos en una nueva ola de violencia a pocos días de las elecciones provinciales, las primeras en el país desde la retirada de las tropas estadounidenses.
La ola de violencia, que tuvo lugar en la hora punta de la mañana y dejó al menos 200 heridos, pone en duda la capacidad de las autoridades para garantizar la seguridad de los comicios del 20 abril, una elecciones que serán un ensayo clave para poner a prueba la estabilidad de Irak y la capacidad de sus fuerzas de seguridad.
En las últimas semanas, fueron asesinados 14 candidatos a las elecciones, que sólo se celebrarán en 12 de las 18 provincias de Irak.
Una veintena de coches bomba estallaron en todo el país, en Bagdad, la capital, pero también en las ciudades de Kirkuk y Tuz Jurmatu (norte), Tikrit y Samarra (centro) y Hilla y Nasiriya (sur de Bagdad).
Tres bombas camufladas al borde de una carretera estallaron también en Baquba (norte de la capital).
Aunque los atentados no han sido todavía reivindicados, militantes sunitas vinculados a Al Qaida atacan regularmente objetivos gubernamentales y civiles con el objetivo de desestabilizar el país e intimidar a candidatos y responsables de organizar las elecciones.
Los ataques más mortíferos se registraron en Bagdad, donde seis coches bomba estallaron en cinco barrios de la capital a pesar de los retenes de control reforzados.
Al menos once personas murieron y 57 resultaron heridas en la capital, indicaron fuentes médicas y responsables de seguridad.
Los atentados también dejaron al menos once muertos en Kirkuk y Tuz Jurmatu, ciudades que son objeto de una disputa territorial, entre el kurdistán autónomo y el gobierno central, en una zona que se extiende desde la frontera con Irán, en el este, hasta el límite con Siria, en el oeste.
Este territorio está reivindicado por el gobierno central en Bagdad pero también por las tres provincias autónomas del Kurdistán, en el norte del país.
Varios responsables iraquíes y diplomáticos aseguran que esta disputa es una amenaza a largo plazo para la estabilidad de Irak.
Las fuerzas de seguridad votaron el sábado por adelantado para estas elecciones provinciales, las primeras desde marzo de 2010 y también los primeros comicios desde la retirada de las tropas estadounidenses de Irak en diciembre de 2011.
Las tres provincias autónomas kurdas no celebrarán elecciones. La de Kirkuk no votará por problemas con las listas electorales, mientras que el gobierno chiita de Nuri al Maliki aplazó los comicios de Anbar (oeste) y de Nínive (norte) evocando la inestabilidad de esas dos provincias, donde la minoría sunita protesta desde hace cuatro meses por su "marginación".
Los comicios renovarán las cámaras provinciales que a su vez deberán elegir a los gobernadores. El gobernador está a cargo de la reconstrucción, de las finanzas y de la administración provincial.
Más de 8.000 candidatos se disputan 378 escaños en los consejos provinciales. Unos 16,2 millones de iraquíes están habilitados para votar, además de los 650.000 miembros de las fuerzas de seguridad.
Las elecciones se celebran tras un largo conflicto entre el primer ministro Al Maliki y varios de sus antiguos aliados en el gobierno, una disputa que según responsables políticos y diplomáticos favorece a los insurgentes.
La violencia en Irak, aunque siga siendo diaria, bajó significativamente en comparación con el conflicto interreligioso de los años 2006 y 2007, cuando miles de personas morían cada mes. No obstante, 271 personas murieron en marzo, el mes más mortífero desde agosto, según un balance elaborado por la AFP.
Una veintena de atentados en varios puntos de Irak dejaron este lunes más de 20 muertos en una nueva ola de violencia a pocos días de las elecciones provinciales, las primeras en el país desde la retirada de las tropas estadounidenses.
La ola de violencia, que tuvo lugar en la hora punta de la mañana y dejó al menos 200 heridos, pone en duda la capacidad de las autoridades para garantizar la seguridad de los comicios del 20 abril, una elecciones que serán un ensayo clave para poner a prueba la estabilidad de Irak y la capacidad de sus fuerzas de seguridad.
En las últimas semanas, fueron asesinados 14 candidatos a las elecciones, que sólo se celebrarán en 12 de las 18 provincias de Irak.
Una veintena de coches bomba estallaron en todo el país, en Bagdad, la capital, pero también en las ciudades de Kirkuk y Tuz Jurmatu (norte), Tikrit y Samarra (centro) y Hilla y Nasiriya (sur de Bagdad).
Tres bombas camufladas al borde de una carretera estallaron también en Baquba (norte de la capital).
Aunque los atentados no han sido todavía reivindicados, militantes sunitas vinculados a Al Qaida atacan regularmente objetivos gubernamentales y civiles con el objetivo de desestabilizar el país e intimidar a candidatos y responsables de organizar las elecciones.
Los ataques más mortíferos se registraron en Bagdad, donde seis coches bomba estallaron en cinco barrios de la capital a pesar de los retenes de control reforzados.
Al menos once personas murieron y 57 resultaron heridas en la capital, indicaron fuentes médicas y responsables de seguridad.
Los atentados también dejaron al menos once muertos en Kirkuk y Tuz Jurmatu, ciudades que son objeto de una disputa territorial, entre el kurdistán autónomo y el gobierno central, en una zona que se extiende desde la frontera con Irán, en el este, hasta el límite con Siria, en el oeste.
Este territorio está reivindicado por el gobierno central en Bagdad pero también por las tres provincias autónomas del Kurdistán, en el norte del país.
Varios responsables iraquíes y diplomáticos aseguran que esta disputa es una amenaza a largo plazo para la estabilidad de Irak.
Las fuerzas de seguridad votaron el sábado por adelantado para estas elecciones provinciales, las primeras desde marzo de 2010 y también los primeros comicios desde la retirada de las tropas estadounidenses de Irak en diciembre de 2011.
Las tres provincias autónomas kurdas no celebrarán elecciones. La de Kirkuk no votará por problemas con las listas electorales, mientras que el gobierno chiita de Nuri al Maliki aplazó los comicios de Anbar (oeste) y de Nínive (norte) evocando la inestabilidad de esas dos provincias, donde la minoría sunita protesta desde hace cuatro meses por su "marginación".
Los comicios renovarán las cámaras provinciales que a su vez deberán elegir a los gobernadores. El gobernador está a cargo de la reconstrucción, de las finanzas y de la administración provincial.
Más de 8.000 candidatos se disputan 378 escaños en los consejos provinciales. Unos 16,2 millones de iraquíes están habilitados para votar, además de los 650.000 miembros de las fuerzas de seguridad.
Las elecciones se celebran tras un largo conflicto entre el primer ministro Al Maliki y varios de sus antiguos aliados en el gobierno, una disputa que según responsables políticos y diplomáticos favorece a los insurgentes.
La violencia en Irak, aunque siga siendo diaria, bajó significativamente en comparación con el conflicto interreligioso de los años 2006 y 2007, cuando miles de personas morían cada mes. No obstante, 271 personas murieron en marzo, el mes más mortífero desde agosto, según un balance elaborado por la AFP.