“No aceptaremos que Bagdad trate de frenar el progreso kurdo”
El jefe de Exteriores del Kurdistán iraquí defiende que su Gobierno gestiona mejor el petróleo
Falah Mustafá muestra su apoyo total al proceso de paz entre el Ejecutivo turco y el PKK
Carlos Laorden
Madrid, El País
"Somos socios, no subordinados de Bagdad". El responsable del departamento de Exteriores del Kurdistán iraquí, Falah Mustafá Bakir, defiende con contundencia la autonomía del Gobierno regional frente al federal. En nombre del Ejecutivo autonómico de la región del norte de Irak, Mustafá critica duramente al primer ministro, Nuri El Maliki, y se opone frontalmente a que se dicten políticas desde la capital, especialmente las que tienen que ver con la explotación petrolífera. Pero, al mismo tiempo, reitera su compromiso con la Constitución y la unidad del país, "mientras siga siendo un país democrático".
Mustafá no admite que se olvide la trágica historia de los kurdos —"somos una nación dividida entre cuatro países"—, pero insiste en reafirmar la postura del Gobierno autónomo al que representa a favor de "la paz, democracia y el imperio de la ley". Por eso, celebra el proceso de paz abierto en Turquía entre el Ejecutivo de Recep Tayyip Erdogan y el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) después de que la guerrilla liderada por Abdalá Ocalan declarara un alto el fuego el pasado 21 de marzo. "Ayudaremos en todo lo que podamos".
El político, nacido en Erbil (Irak) hace 49 años, ha estado en Madrid este jueves, junto con el viceprimer ministro Ahmad Emad Sayfour y otros altos cargos en la primera visita oficial a España del Ejecutivo regional. La delegación, como su representante, ha presentado al Kurdistán iraquí como una zona moderna y en pleno desarrollo, "segura" y "llena de oportunidades". El Irak post-Sadam que funciona, frente al Irak en el que faltan "seguridad, servicios y transparencia" mientras se desangra por las tensiones sectarias.
El Kurdistán formó un Gobierno regional por primera vez en 1992, y, Mustafá atribuye a esa experiencia gubernamental propia la destacada situación de la zona. Aunque no todo es de color de rosa, y parte de la sociedad kurda se queja de que la corrupción y el enchufismo también están a la orden del día en la clase política local. Pero en su discurso, en tono promocional, el diplomático destaca todo lo que su región tiene que ofrecer, y habla de turismo, de comercio, y, por supuesto, de petróleo. Según Mustafá, las políticas energéticas kurdas han conseguido que la producción regional de crudo pase de cero a 250.000 barriles diarios y atraer a más de 50 compañías internacionales.
Estas decisiones autónomas sobre el petróleo no han gustado demasiado en la capital, donde algunos defienden que una región no puede actuar por su cuenta respecto a los recursos naturales. En este punto, Mustafá adopta un tono duro. "No aceptaremos que Bagdad trate de frenar nuestro progreso", advierte. Explica que su Gobierno cumple escrupulosamente la Constitución y que acepta la Ley de Hidrocarburos y la obligación de repartir los beneficios con el resto de las provincias del país. "No tenemos ningún problema con eso", sostiene, "pero [decidir cómo explotar la industria petrolífera] es un derecho constitucional que tenemos sobre el que no estamos preparados para hacer concesiones".
El representante kurdo critica con dureza al Gobierno federal, y aventura que "quizá algunos en Bagdad no quieren ver un Kurdistán fuerte". Tacha al Ejecutivo de El Maliki de "disfuncional", y acusa al primer ministro de no representar a todos los iraquíes. "Actúa unilateralmente, y esa actitud, y no el federalismo, es lo que amenaza verdaderamente la unidad el país".
Preguntado por su voluntad de pertenecer a un Estado kurdo, Mustafá reitera que los kurdos iraquíes —unos seis milones de los más de 30 que hay en todo el mundo— aceptaron libremente formar parte de un Irak federal. El político del Partido Democrático del Kurdistán reconoce que todo kurdo alberga esa aspiración, pero declara que, de llevarse a cabo algún día, deberá ser de acuerdo con los cuatro Estados en los que se halla dividido el pueblo kurdo —Turquía, Irán, Irak y Siria—. Y siempre, añade, "por vías pacíficas y democráticas".
Por eso Mustafá se muestra ilusionado cuando habla del proceso de paz en Turquía y recuerda que los kurdos iraquíes lo han apoyado desde el principio. Pese a todo, se resiste a celebrar nada por anticipado. "Debemos ser pacientes y realistas, será un proceso largo", vaticina". "Puede que haya dificultades y gente que esté en contra, pero el proceso debe continuar para alcanzar la paz, estabilidad y también armonía".
La comunidad internacional, que, en opinión de Mustafá, no ha ayudado tanto como le era posible a los kurdos en las últimas décadas, aún puede corregir esa omisión. "Cuando se reúnan con la oposición siria pueden asegurarse de que los kurdos están representados debidamente, hay otra oportunidad en el proceso de paz en Turquía... La comunidad internacional puede hacer más", concluye.
Falah Mustafá muestra su apoyo total al proceso de paz entre el Ejecutivo turco y el PKK
Carlos Laorden
Madrid, El País
"Somos socios, no subordinados de Bagdad". El responsable del departamento de Exteriores del Kurdistán iraquí, Falah Mustafá Bakir, defiende con contundencia la autonomía del Gobierno regional frente al federal. En nombre del Ejecutivo autonómico de la región del norte de Irak, Mustafá critica duramente al primer ministro, Nuri El Maliki, y se opone frontalmente a que se dicten políticas desde la capital, especialmente las que tienen que ver con la explotación petrolífera. Pero, al mismo tiempo, reitera su compromiso con la Constitución y la unidad del país, "mientras siga siendo un país democrático".
Mustafá no admite que se olvide la trágica historia de los kurdos —"somos una nación dividida entre cuatro países"—, pero insiste en reafirmar la postura del Gobierno autónomo al que representa a favor de "la paz, democracia y el imperio de la ley". Por eso, celebra el proceso de paz abierto en Turquía entre el Ejecutivo de Recep Tayyip Erdogan y el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) después de que la guerrilla liderada por Abdalá Ocalan declarara un alto el fuego el pasado 21 de marzo. "Ayudaremos en todo lo que podamos".
El político, nacido en Erbil (Irak) hace 49 años, ha estado en Madrid este jueves, junto con el viceprimer ministro Ahmad Emad Sayfour y otros altos cargos en la primera visita oficial a España del Ejecutivo regional. La delegación, como su representante, ha presentado al Kurdistán iraquí como una zona moderna y en pleno desarrollo, "segura" y "llena de oportunidades". El Irak post-Sadam que funciona, frente al Irak en el que faltan "seguridad, servicios y transparencia" mientras se desangra por las tensiones sectarias.
El Kurdistán formó un Gobierno regional por primera vez en 1992, y, Mustafá atribuye a esa experiencia gubernamental propia la destacada situación de la zona. Aunque no todo es de color de rosa, y parte de la sociedad kurda se queja de que la corrupción y el enchufismo también están a la orden del día en la clase política local. Pero en su discurso, en tono promocional, el diplomático destaca todo lo que su región tiene que ofrecer, y habla de turismo, de comercio, y, por supuesto, de petróleo. Según Mustafá, las políticas energéticas kurdas han conseguido que la producción regional de crudo pase de cero a 250.000 barriles diarios y atraer a más de 50 compañías internacionales.
Estas decisiones autónomas sobre el petróleo no han gustado demasiado en la capital, donde algunos defienden que una región no puede actuar por su cuenta respecto a los recursos naturales. En este punto, Mustafá adopta un tono duro. "No aceptaremos que Bagdad trate de frenar nuestro progreso", advierte. Explica que su Gobierno cumple escrupulosamente la Constitución y que acepta la Ley de Hidrocarburos y la obligación de repartir los beneficios con el resto de las provincias del país. "No tenemos ningún problema con eso", sostiene, "pero [decidir cómo explotar la industria petrolífera] es un derecho constitucional que tenemos sobre el que no estamos preparados para hacer concesiones".
El representante kurdo critica con dureza al Gobierno federal, y aventura que "quizá algunos en Bagdad no quieren ver un Kurdistán fuerte". Tacha al Ejecutivo de El Maliki de "disfuncional", y acusa al primer ministro de no representar a todos los iraquíes. "Actúa unilateralmente, y esa actitud, y no el federalismo, es lo que amenaza verdaderamente la unidad el país".
Preguntado por su voluntad de pertenecer a un Estado kurdo, Mustafá reitera que los kurdos iraquíes —unos seis milones de los más de 30 que hay en todo el mundo— aceptaron libremente formar parte de un Irak federal. El político del Partido Democrático del Kurdistán reconoce que todo kurdo alberga esa aspiración, pero declara que, de llevarse a cabo algún día, deberá ser de acuerdo con los cuatro Estados en los que se halla dividido el pueblo kurdo —Turquía, Irán, Irak y Siria—. Y siempre, añade, "por vías pacíficas y democráticas".
Por eso Mustafá se muestra ilusionado cuando habla del proceso de paz en Turquía y recuerda que los kurdos iraquíes lo han apoyado desde el principio. Pese a todo, se resiste a celebrar nada por anticipado. "Debemos ser pacientes y realistas, será un proceso largo", vaticina". "Puede que haya dificultades y gente que esté en contra, pero el proceso debe continuar para alcanzar la paz, estabilidad y también armonía".
La comunidad internacional, que, en opinión de Mustafá, no ha ayudado tanto como le era posible a los kurdos en las últimas décadas, aún puede corregir esa omisión. "Cuando se reúnan con la oposición siria pueden asegurarse de que los kurdos están representados debidamente, hay otra oportunidad en el proceso de paz en Turquía... La comunidad internacional puede hacer más", concluye.