Máxima tensión en península coreana; Rusia ve una situación “explosiva”
Corea, AFP
Corea del Norte bloqueó este miércoles el acceso al complejo industrial conjunto que tiene con Corea del Sur y ésta advirtió de que protegerá la seguridad de sus trabajadores allí incluso con las armas, llevando la tensión regional a un punto juzgado “explosivo” por Rusia.
Corea del Sur indicó que los 861 surcoreanos presentes en el complejo de Kaesong eran libres de partir, pero se dijo dispuesta a encarar una “acción militar” para proteger en caso de necesidad la seguridad de sus ciudadanos en esas instalaciones, situadas en territorio norcoreano, a diez km de la frontera. “Tenemos preparado un plan de emergencia, incluyendo una posible acción militar”, dijo el ministro de Defensa surcoreano, Kim Kwan-Jin.
Previamente, el Gobierno surcoreano había dado parte de la decisión de Pyongyang de bloquear el acceso a Kaesong. “El Norte nos notificó esta mañana que sólo estaban autorizados los viajes de regreso desde Kaesong y quedaba prohibida la ent
rada al complejo”, indicó el portavoz del Ministerio surcoreano de Unificación, a cargo de las relaciones entre los dos países separados desde la guerra intercoreana de 1950-1953.
El sitio, abierto en 2004, simboliza la cooperación intercoreana y constituye una fuente esencial de divisas para Corea del Norte, un país comunista que mantuvo prácticamente intactas sus estructuras políticas y económicas de la época de la Guerra Fría. El lugar, donde trabajan 53.000 norcoreanos, siempre se mantuvo abierto a pesar de las repetidas crisis en la península, exceptuando un solo día, en 2009.
El bloqueo de Kaesong se inscribe en una escalada de tensiones que se inició en diciembre, con el lanzamiento de un cohete norcoreano -considerado por Occidente como un ensayo de misil de largo alcance- seguido en febrero del tercer ensayo nuclear norcoreano. La ONU impuso acto seguido nuevas sanciones al régimen de Pyongyang, en tanto que EEUU y Corea del Sur realizaban maniobras militares conjuntas durante las cuales Washington movilizó aviones B-52, con capacidad de transporte de armas nucleares.
En respuesta, Corea del Norte amenazó con desencadenar ataques de misiles y bombardeos nucleares contra Corea del Sur y contra posesiones estadounidenses en el Pacífico. El sábado, Pyongayng se declaró en “estado de guerra” con el Sur y el martes anunció su intención de reactivar un reactor nuclear detenido en 2007, desafiando las resoluciones de la ONU prohibiéndole todo programa atómico.
EE.UU. prometió ese mismo día que defenderá y protegerá a sus aliados surcoreanos, y el secretario de Estado, John Kerry, calificó de “peligroso” e “irresponsable” el comportamiento del máximo dirigente norcoreano, Kim Jong-un.
Las tensiones encendieron las alarmas regionales. Rusia expresó el miércoles su preocupación por una situación que considera “explosiva”. “Lo que está pasando preocupa sin lugar a dudas a Rusia porque es una situación explosiva cerca de nuestras fronteras en Extremo Oriente”, declaró el viceministro ruso de Relaciones Exteriores, Igor Morgulov.
“En la situación actual muy tensa, basta con un error humano banal o un fallo técnico para que la situación quede fuera de control”, advirtió. China, principal aliado de Corea del Norte, instó por su lado a “la calma y la moderación” a “todas las partes” implicadas en el conflicto. rancia, otro miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, instó a China a ejercer toda su influencia sobre su aliado norcoreano.
“Hemos pedido una reunión del Consejo de Seguridad y pedimos en particular a los chinos, que tienen poder sobre Corea del Norte, que intervengan”, reveló el ministro de Exteriores francés, Laurent Fabius, en declaraciones televisadas. Cuando le preguntaron si temía que los norcoreanos desencadenen un ataque nuclear, Fabius respondió: “Es gente tan imprevisible, que no podemos descartar nada”.
Corea del Norte bloqueó este miércoles el acceso al complejo industrial conjunto que tiene con Corea del Sur y ésta advirtió de que protegerá la seguridad de sus trabajadores allí incluso con las armas, llevando la tensión regional a un punto juzgado “explosivo” por Rusia.
Corea del Sur indicó que los 861 surcoreanos presentes en el complejo de Kaesong eran libres de partir, pero se dijo dispuesta a encarar una “acción militar” para proteger en caso de necesidad la seguridad de sus ciudadanos en esas instalaciones, situadas en territorio norcoreano, a diez km de la frontera. “Tenemos preparado un plan de emergencia, incluyendo una posible acción militar”, dijo el ministro de Defensa surcoreano, Kim Kwan-Jin.
Previamente, el Gobierno surcoreano había dado parte de la decisión de Pyongyang de bloquear el acceso a Kaesong. “El Norte nos notificó esta mañana que sólo estaban autorizados los viajes de regreso desde Kaesong y quedaba prohibida la ent
rada al complejo”, indicó el portavoz del Ministerio surcoreano de Unificación, a cargo de las relaciones entre los dos países separados desde la guerra intercoreana de 1950-1953.
El sitio, abierto en 2004, simboliza la cooperación intercoreana y constituye una fuente esencial de divisas para Corea del Norte, un país comunista que mantuvo prácticamente intactas sus estructuras políticas y económicas de la época de la Guerra Fría. El lugar, donde trabajan 53.000 norcoreanos, siempre se mantuvo abierto a pesar de las repetidas crisis en la península, exceptuando un solo día, en 2009.
El bloqueo de Kaesong se inscribe en una escalada de tensiones que se inició en diciembre, con el lanzamiento de un cohete norcoreano -considerado por Occidente como un ensayo de misil de largo alcance- seguido en febrero del tercer ensayo nuclear norcoreano. La ONU impuso acto seguido nuevas sanciones al régimen de Pyongyang, en tanto que EEUU y Corea del Sur realizaban maniobras militares conjuntas durante las cuales Washington movilizó aviones B-52, con capacidad de transporte de armas nucleares.
En respuesta, Corea del Norte amenazó con desencadenar ataques de misiles y bombardeos nucleares contra Corea del Sur y contra posesiones estadounidenses en el Pacífico. El sábado, Pyongayng se declaró en “estado de guerra” con el Sur y el martes anunció su intención de reactivar un reactor nuclear detenido en 2007, desafiando las resoluciones de la ONU prohibiéndole todo programa atómico.
EE.UU. prometió ese mismo día que defenderá y protegerá a sus aliados surcoreanos, y el secretario de Estado, John Kerry, calificó de “peligroso” e “irresponsable” el comportamiento del máximo dirigente norcoreano, Kim Jong-un.
Las tensiones encendieron las alarmas regionales. Rusia expresó el miércoles su preocupación por una situación que considera “explosiva”. “Lo que está pasando preocupa sin lugar a dudas a Rusia porque es una situación explosiva cerca de nuestras fronteras en Extremo Oriente”, declaró el viceministro ruso de Relaciones Exteriores, Igor Morgulov.
“En la situación actual muy tensa, basta con un error humano banal o un fallo técnico para que la situación quede fuera de control”, advirtió. China, principal aliado de Corea del Norte, instó por su lado a “la calma y la moderación” a “todas las partes” implicadas en el conflicto. rancia, otro miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, instó a China a ejercer toda su influencia sobre su aliado norcoreano.
“Hemos pedido una reunión del Consejo de Seguridad y pedimos en particular a los chinos, que tienen poder sobre Corea del Norte, que intervengan”, reveló el ministro de Exteriores francés, Laurent Fabius, en declaraciones televisadas. Cuando le preguntaron si temía que los norcoreanos desencadenen un ataque nuclear, Fabius respondió: “Es gente tan imprevisible, que no podemos descartar nada”.