Los 763 días que nos llevaron al Tribunal de La Haya
La Paz, Radio Fides
El 23 de marzo de 2011 el presidente Evo Morales dio un giro a la estrategia boliviana de recuperar la cualidad marítima para Bolivia, durante los actos del “Día del Mar” en la plaza Avaroa de la ciudad de La Paz, sede de Gobierno, anunció al mundo que se había decidido acudir a tribunales internacionales para reclamar el derecho boliviano de volver de manera soberana a las costas del océano Pacífico.
“La comunidad internacional debe entender ahora que ha llegado el momento, para que esta inmensa herida que tenemos los bolivianos por nuestro enclaustramiento marítimo sea cerrada en base a un proceso de connotaciones históricas que con un fallo justo y certero devuelva la cualidad marítima a Bolivia. Por todo ellos la lucha de la reivindicación marítima que ha marcado la historia, ahora debe incluir otro elemento fundamental: el de acudir a los tribunales y organismos internacionales demandando en derecho de una salida libre y soberana al pacífico", dijo aquel día.
Este miércoles 24 de abril, día que previsiblemente se presentará la demanda contra Chile ante el Tribunal de La Haya, se cumplirán 763 días desde aquel anuncio y se iniciará otra historia, se pasará a los hechos y será en una instancia internacional de justicia en el que se discutirá con argumentos jurídicos la aspiración boliviana.
En estos dos año y un mes pasaron muchas cosas, la principal de ellas el enfriamiento de las relaciones bilaterales con Chile, desde el retorno de la democracia a Bolivia y luego a Chile, que nunca los nexos entre ambos países habían estado tan deteriorados, de llegar a su mejor momento con el establecimiento de la agenda de los 13 puntos se pasó a la crisis más álgida con la llegada del presidente chileno, Sebastián Piñera.
¿Pero estando Bachelet las cosas hubieran cambiado? Analistas diplomáticos creen que no, que después de los fracasos en varios temas de la agenda de 13 puntos, el Silala es un claro ejemplo, en la Cancillería de Bolivia se notó que la estrategia chilena de dilatar el tema marítimo seguía siendo ejecutada en el Gobierno de Bachelet.
Pocos días después de hacer conocer que se apelaría a tribunales internacionales el presidente Evo Morales confesó “Tal vez en este corto tiempo he caído en la trampa de Chile, (soy) sincero y muy responsable, porque cuando exigimos: ¿dónde está la propuesta?, ¿por dónde va la soberanía?; no hay (la propuesta)”, dijo en un acto en Potosí realizado el 31 de marzo de 2011.
En Chile y desde aquel momento la reacción fue tajante y no varió en los últimos 2 años: los tratados se firman para respetarse, en referencia al protocolo de 1904 que cerró la salida al mar para Bolivia, y en segundo lugar que cualquier discusión con Bolivia era bilateral y nunca incluiría el término soberanía.
Se inició entonces una serie de declaraciones de autoridades de ambos países, que incluyó a ambos presidentes, Evo Morales y Sebastián Piñera, a ambos cancilleres, David Choquehuanca y Alfredo Moreno, además de parlamentarios de las dos naciones vecinas.
"Chile tiene un tratado de límites con Bolivia del año 1904. Ese tratado fue válidamente suscrito y está plenamente vigente, y los tratados internacionales hay que cumplirlos", fueron las palabras de respuesta de Piñera al anuncio boliviano.
De parte del Gobierno de Bolivia se inició una campaña en todo el mundo para hacer conocer la demanda marítima, pero sería el presidente Evo Morales el principal impulsor de la misma desde aquel momento en todo foro internacional que participó habló de Bolivia y su derecho de regresar al mar, lo que no gustó para nada en Santiago.
En julio de 2011 el presidente Evo Morales reconoció que las relaciones con Chile estaban distanciadas entonces anunció que buscaría al presidente Piñera “para retomar las relaciones y eso no significa tampoco parar el camino que nos hemos trazado”, dejando claro que la decisión de ir a los tribunales internacionales estaba tomada.
En setiembre de aquel año ante la Asamblea de Naciones Unidas el presidente de Bolivia, Evo Morales reclama ante el mundo su apoyo para la causa boliviana, afirma que se perdió el mar en una guerra injusta. El presidente chileno, Sebastián Piñera dice que “no hay asuntos pendientes con Bolivia”.
En medio de la discusión marítima se profundizaban las diferencias con Chile, se decide aprovechar en favor de Bolivia el total de las aguas del Silala y se inician los primeros proyectos que se cristalizarían en 2013, empiezan las quejas de los transportistas e importadores bolivianos por malos tratos en puertos chilenos.
Así se llega al 23 de marzo de 2012 y se cumple un año del anuncio de ir a tribunales internacionales, a estas alturas parecía que no había muchos avances, no se conocían grandes novedades desde la Dirección de Reivindicación Marítima que había cambiado de timón, Rubén Saavedra que asumió inicialmente volvió al Ejecutivo y Juan Lanchipa ingresó en su lugar, sin embargo el trabajo se estaba realizando.
El 15 de abril de 2012 Evo y Piñera se encuentran en la Cumbre de las Américas en Cartagena, Colombia, Morales reclama ante todos los jefes de Estado de la Organización de Estados Americanos que Bolivia tiene derecho al mar, es entonces emplazado duramente por su par chileno.
"Ese tratado de 1904 fue aprobado por los Congresos de ambos países y está plenamente vigente. Por eso, le planteamos al presidente Morales que los tratados son para cumplirlos, y cumplirlos de buena fe", afirma Piñera.
En junio de 2012 la OEA vuelve a reunirse, esta vez en Cochabamba, a pesar de los esfuerzos bolivianos no se logra un pronunciamiento fuerte a favor de Bolivia y su causa marítima, el tema sigue circunscrito a lo bilateral. "Si hay alguna posición radical de Chile, es justamente (porque) hay temor a las acciones que estamos tomando”.
En septiembre de este año de nuevo el escenario es la ONU, cada presidente a su turno y cuando toma la testera repite casi lo mismo que el año anterior, a estas alturas pensar en las conversaciones es casi imposible.
Piñera es más duro que nunca y anuncia que Chile “defenderá su territorio, su mar y su soberanía”, Morales critica las declaraciones agresivas y casi belicistas durante la Cumbre de UNASUR en Lima en octubre de 2012, para calmar aguas el mandatario chileno asegura que su país es “amante de la paz”.
Un mes después vuelve a encontrarse en Cadiz, esta vez el escenario es la Cumbre Iberoamericana, es un ídem de los anteriores encuentros. El año finaliza con unas duras declaraciones del vicepresidente del Estado, Álvaro García Linera:
“En la vecindad latinoamericana en tiempos de integración (...) Chile se presenta ahí como el chico malo del barrio, como el mal vecino, como el vecino inamistoso, provocador, agresivo, que genera conflicto y que no permite y pone obstáculos a este proceso de integración continental”, dice.
El canciller chileno, Alfredo Moreno le responde en los mismos términos: “el vicepresidente de Bolivia, señor Álvaro García Linera, ha emitido comentarios faltos de fundamento sobre nuestro país”.
Llega el 2013 y con ellos el máximo momento de la tensión, primero el 22 de enero el presidente Evo Morales anuncia la agenda para el Bicentenario y se pone como meta para el 2025 regresar a las costas del océano Pacífico de forma soberana.
Según señala la meta número 13 de la Agenda Patriótica leída por el presidente Evo Morales, para el 6 de agosto de 2025 se podrá decir: “Bolivia ha retornado al mar y cuenta con puertos soberanos en el océano Pacífico, con la presencia institucional del Estado, en las costas, comunicándose con el mundo y abriendo las puertas a la prosperidad y la felicidad del pueblo boliviano, a través del disfrute de nuestro mar, del comercio, el transporte y la comunicación y el encuentro con los pueblos del mundo”.
Entonces llega un hecho determinante en esta historia. Un día antes de que se inicie la Cumbre de la CELAC en Santiago de Chile tres soldados bolivianos son detenidos mientras perseguían a un contrabandista, cruzan la frontera sin querer, son tratados como delincuentes comunes y llevados a una prisión por la justicia chilena.
Políticos y analistas chilenos aseguran que este fue el peor error que cometió el Gobierno de Chile, un conflicto que pudo ser superado mediante el diálogo se convirtió en una noticia a nivel mundial y que puso a los tres soldados bolivianos, representantes del Estado, como las víctimas del abuso chileno.
Poco antes de estallar esta crisis, en la Cumbre de la CELAC se produce otro episodio, las palabras del presidente Evo Morales son malinterpretadas y se entiende que ofrece gas por mar a Chile, cuando dijo que sólo cuando Bolivia recupere su salida marítima sería posible una discusión de ese tipo, esto es aprovechado hábilmente por Piñera que asegura que su soberanía no se discute por asuntos económicos.
Antes de la liberación de los soldados, Evo los declara como “héroes del mar” denuncia una venganza de parte de Chile asegurando que los tres conscriptos son “presos políticos” del Gobierno chileno, exige su libertad y la solidaridad de la comunidad internacional. Lo consigue, incluso se presenta un reclamo ante la ONU.
Cerca al 23 de marzo se anuncian más medidas, el presidente Evo Morales anuncia que se decide apostar por los puertos peruanos para el comercio exterior boliviano, reemplazando así los puertos chilenos para nuestras exportaciones e importaciones, anuncia inversiones en Ilo y el aprovechamiento del corredor bioceánico priorizando el Perú.
El Día del Mar, donde dos años antes hizo el anuncio de ir a la demanda el presidente anuncia: “he decidido que en los próximos días una comisión viaje a La Haya a presentar una demanda para retornar al mar con soberanía”, 10 días después da el paso definitivo, decide nombrar al ex presidente de la República, Eduardo Rodríguez Veltzé como el delegado y responsable de representar la demanda ante el Tribunal Internacional de Justicia.
Pasaron dos años intensos y en los que más que nunca se habló del mar para Bolivia, en Chile todos los medios tienen este tema en su agenda principal y es seguro que la campaña política en el vecino país también tocará este aspecto.
Como se dijo al principio este miércoles se cierra un capítulo y se abre otro nuevo, uno más apasionante y tal vez el definitivo, tras 134 años Bolivia decide tomar acciones reales para regresar al mar de manera soberana.
El 23 de marzo de 2011 el presidente Evo Morales dio un giro a la estrategia boliviana de recuperar la cualidad marítima para Bolivia, durante los actos del “Día del Mar” en la plaza Avaroa de la ciudad de La Paz, sede de Gobierno, anunció al mundo que se había decidido acudir a tribunales internacionales para reclamar el derecho boliviano de volver de manera soberana a las costas del océano Pacífico.
“La comunidad internacional debe entender ahora que ha llegado el momento, para que esta inmensa herida que tenemos los bolivianos por nuestro enclaustramiento marítimo sea cerrada en base a un proceso de connotaciones históricas que con un fallo justo y certero devuelva la cualidad marítima a Bolivia. Por todo ellos la lucha de la reivindicación marítima que ha marcado la historia, ahora debe incluir otro elemento fundamental: el de acudir a los tribunales y organismos internacionales demandando en derecho de una salida libre y soberana al pacífico", dijo aquel día.
Este miércoles 24 de abril, día que previsiblemente se presentará la demanda contra Chile ante el Tribunal de La Haya, se cumplirán 763 días desde aquel anuncio y se iniciará otra historia, se pasará a los hechos y será en una instancia internacional de justicia en el que se discutirá con argumentos jurídicos la aspiración boliviana.
En estos dos año y un mes pasaron muchas cosas, la principal de ellas el enfriamiento de las relaciones bilaterales con Chile, desde el retorno de la democracia a Bolivia y luego a Chile, que nunca los nexos entre ambos países habían estado tan deteriorados, de llegar a su mejor momento con el establecimiento de la agenda de los 13 puntos se pasó a la crisis más álgida con la llegada del presidente chileno, Sebastián Piñera.
¿Pero estando Bachelet las cosas hubieran cambiado? Analistas diplomáticos creen que no, que después de los fracasos en varios temas de la agenda de 13 puntos, el Silala es un claro ejemplo, en la Cancillería de Bolivia se notó que la estrategia chilena de dilatar el tema marítimo seguía siendo ejecutada en el Gobierno de Bachelet.
Pocos días después de hacer conocer que se apelaría a tribunales internacionales el presidente Evo Morales confesó “Tal vez en este corto tiempo he caído en la trampa de Chile, (soy) sincero y muy responsable, porque cuando exigimos: ¿dónde está la propuesta?, ¿por dónde va la soberanía?; no hay (la propuesta)”, dijo en un acto en Potosí realizado el 31 de marzo de 2011.
En Chile y desde aquel momento la reacción fue tajante y no varió en los últimos 2 años: los tratados se firman para respetarse, en referencia al protocolo de 1904 que cerró la salida al mar para Bolivia, y en segundo lugar que cualquier discusión con Bolivia era bilateral y nunca incluiría el término soberanía.
Se inició entonces una serie de declaraciones de autoridades de ambos países, que incluyó a ambos presidentes, Evo Morales y Sebastián Piñera, a ambos cancilleres, David Choquehuanca y Alfredo Moreno, además de parlamentarios de las dos naciones vecinas.
"Chile tiene un tratado de límites con Bolivia del año 1904. Ese tratado fue válidamente suscrito y está plenamente vigente, y los tratados internacionales hay que cumplirlos", fueron las palabras de respuesta de Piñera al anuncio boliviano.
De parte del Gobierno de Bolivia se inició una campaña en todo el mundo para hacer conocer la demanda marítima, pero sería el presidente Evo Morales el principal impulsor de la misma desde aquel momento en todo foro internacional que participó habló de Bolivia y su derecho de regresar al mar, lo que no gustó para nada en Santiago.
En julio de 2011 el presidente Evo Morales reconoció que las relaciones con Chile estaban distanciadas entonces anunció que buscaría al presidente Piñera “para retomar las relaciones y eso no significa tampoco parar el camino que nos hemos trazado”, dejando claro que la decisión de ir a los tribunales internacionales estaba tomada.
En setiembre de aquel año ante la Asamblea de Naciones Unidas el presidente de Bolivia, Evo Morales reclama ante el mundo su apoyo para la causa boliviana, afirma que se perdió el mar en una guerra injusta. El presidente chileno, Sebastián Piñera dice que “no hay asuntos pendientes con Bolivia”.
En medio de la discusión marítima se profundizaban las diferencias con Chile, se decide aprovechar en favor de Bolivia el total de las aguas del Silala y se inician los primeros proyectos que se cristalizarían en 2013, empiezan las quejas de los transportistas e importadores bolivianos por malos tratos en puertos chilenos.
Así se llega al 23 de marzo de 2012 y se cumple un año del anuncio de ir a tribunales internacionales, a estas alturas parecía que no había muchos avances, no se conocían grandes novedades desde la Dirección de Reivindicación Marítima que había cambiado de timón, Rubén Saavedra que asumió inicialmente volvió al Ejecutivo y Juan Lanchipa ingresó en su lugar, sin embargo el trabajo se estaba realizando.
El 15 de abril de 2012 Evo y Piñera se encuentran en la Cumbre de las Américas en Cartagena, Colombia, Morales reclama ante todos los jefes de Estado de la Organización de Estados Americanos que Bolivia tiene derecho al mar, es entonces emplazado duramente por su par chileno.
"Ese tratado de 1904 fue aprobado por los Congresos de ambos países y está plenamente vigente. Por eso, le planteamos al presidente Morales que los tratados son para cumplirlos, y cumplirlos de buena fe", afirma Piñera.
En junio de 2012 la OEA vuelve a reunirse, esta vez en Cochabamba, a pesar de los esfuerzos bolivianos no se logra un pronunciamiento fuerte a favor de Bolivia y su causa marítima, el tema sigue circunscrito a lo bilateral. "Si hay alguna posición radical de Chile, es justamente (porque) hay temor a las acciones que estamos tomando”.
En septiembre de este año de nuevo el escenario es la ONU, cada presidente a su turno y cuando toma la testera repite casi lo mismo que el año anterior, a estas alturas pensar en las conversaciones es casi imposible.
Piñera es más duro que nunca y anuncia que Chile “defenderá su territorio, su mar y su soberanía”, Morales critica las declaraciones agresivas y casi belicistas durante la Cumbre de UNASUR en Lima en octubre de 2012, para calmar aguas el mandatario chileno asegura que su país es “amante de la paz”.
Un mes después vuelve a encontrarse en Cadiz, esta vez el escenario es la Cumbre Iberoamericana, es un ídem de los anteriores encuentros. El año finaliza con unas duras declaraciones del vicepresidente del Estado, Álvaro García Linera:
“En la vecindad latinoamericana en tiempos de integración (...) Chile se presenta ahí como el chico malo del barrio, como el mal vecino, como el vecino inamistoso, provocador, agresivo, que genera conflicto y que no permite y pone obstáculos a este proceso de integración continental”, dice.
El canciller chileno, Alfredo Moreno le responde en los mismos términos: “el vicepresidente de Bolivia, señor Álvaro García Linera, ha emitido comentarios faltos de fundamento sobre nuestro país”.
Llega el 2013 y con ellos el máximo momento de la tensión, primero el 22 de enero el presidente Evo Morales anuncia la agenda para el Bicentenario y se pone como meta para el 2025 regresar a las costas del océano Pacífico de forma soberana.
Según señala la meta número 13 de la Agenda Patriótica leída por el presidente Evo Morales, para el 6 de agosto de 2025 se podrá decir: “Bolivia ha retornado al mar y cuenta con puertos soberanos en el océano Pacífico, con la presencia institucional del Estado, en las costas, comunicándose con el mundo y abriendo las puertas a la prosperidad y la felicidad del pueblo boliviano, a través del disfrute de nuestro mar, del comercio, el transporte y la comunicación y el encuentro con los pueblos del mundo”.
Entonces llega un hecho determinante en esta historia. Un día antes de que se inicie la Cumbre de la CELAC en Santiago de Chile tres soldados bolivianos son detenidos mientras perseguían a un contrabandista, cruzan la frontera sin querer, son tratados como delincuentes comunes y llevados a una prisión por la justicia chilena.
Políticos y analistas chilenos aseguran que este fue el peor error que cometió el Gobierno de Chile, un conflicto que pudo ser superado mediante el diálogo se convirtió en una noticia a nivel mundial y que puso a los tres soldados bolivianos, representantes del Estado, como las víctimas del abuso chileno.
Poco antes de estallar esta crisis, en la Cumbre de la CELAC se produce otro episodio, las palabras del presidente Evo Morales son malinterpretadas y se entiende que ofrece gas por mar a Chile, cuando dijo que sólo cuando Bolivia recupere su salida marítima sería posible una discusión de ese tipo, esto es aprovechado hábilmente por Piñera que asegura que su soberanía no se discute por asuntos económicos.
Antes de la liberación de los soldados, Evo los declara como “héroes del mar” denuncia una venganza de parte de Chile asegurando que los tres conscriptos son “presos políticos” del Gobierno chileno, exige su libertad y la solidaridad de la comunidad internacional. Lo consigue, incluso se presenta un reclamo ante la ONU.
Cerca al 23 de marzo se anuncian más medidas, el presidente Evo Morales anuncia que se decide apostar por los puertos peruanos para el comercio exterior boliviano, reemplazando así los puertos chilenos para nuestras exportaciones e importaciones, anuncia inversiones en Ilo y el aprovechamiento del corredor bioceánico priorizando el Perú.
El Día del Mar, donde dos años antes hizo el anuncio de ir a la demanda el presidente anuncia: “he decidido que en los próximos días una comisión viaje a La Haya a presentar una demanda para retornar al mar con soberanía”, 10 días después da el paso definitivo, decide nombrar al ex presidente de la República, Eduardo Rodríguez Veltzé como el delegado y responsable de representar la demanda ante el Tribunal Internacional de Justicia.
Pasaron dos años intensos y en los que más que nunca se habló del mar para Bolivia, en Chile todos los medios tienen este tema en su agenda principal y es seguro que la campaña política en el vecino país también tocará este aspecto.
Como se dijo al principio este miércoles se cierra un capítulo y se abre otro nuevo, uno más apasionante y tal vez el definitivo, tras 134 años Bolivia decide tomar acciones reales para regresar al mar de manera soberana.