Homenaje de Carlos Mesa a Lorenzo Carri (11/XI/12).
Don Lorenzo
Carlos Mesa
Lorenzo Carri atraviesa un momento crucial de su vida. Quizás mira el final, el trance más
importante para cualquier ser humano, quizás no todavía.
Pienso que merece una palabra de agradecimiento de esta tierra a la que le ha dedicado la
mayor parte de sus desvelos. Pienso también que lo frecuente es el panegírico tardío, aquel
que quien lo recibe no puede escuchar.
Quiero decirle ahora, gracias.
Al final de los años sesenta del siglo pasado, apasionado por el fútbol, descubrí en una
radio japonesa que hoy calificaría de kitsh el programa “Sexta edición deportiva” que
conducía entonces. Me convertí en devoto seguidor de esa media hora de deportes porque
encontraba información, análisis y una peculiar mirada en profundidad de partidos,
campeonatos, jugadores…había un alma detrás, algo más trascendente que el solo recuento
de los hechos deportivos del día.
En 1969 el azar hizo que pudiese iniciar una pasantía de tres meses en radio Universo cuya
dirección de noticias estaba a su cargo. Fue la escuela de periodismo que me sirvió por
siempre. Como simple “colgandijo” asumía como el privilegio mayor la sagrada hora del
te. Por alguna razón, siendo apenas un muchachito, me dedicaba varios minutos de
conversación, casi siempre para hablar de fútbol, la pasión compartida. Pero es allí donde
aprendí lo que era hacer un buen “lead”, redactar un párrafo conciso, ser fiel a la
información tal como ocurrió, reescribir una nota de nuevo si no reflejaba adecuadamente
las ideas básicas que se debían transmitir…
Nunca olvidaré una tarde de aguacero en el patio interior de la casona que albergaba a
Universo (era ya 1976. Yo conducía un programa de música que se llamaba Posdata),
cuando mirando caerse el cielo me dijo “No creo que haya cosa más hermosa en la vida que
fumar un cigarrillo después de hacer el amor con la mujer que amas mientras escuchas la
lluvia golpeando los vidrios de tu habitación”.
Años después, en 1979 en radio Cristal bajo la batuta de Mario Castro, ensayamos una
modalidad que terminó por definir mi estilo personal en radio y televisión, la noticia en
contexto, la noticia analizada y comentada. Se dice más fácil de lo que se hace. Se requiere
un ritmo, los tiempos medidos, el silencio en el segundo adecuado, el ancla que te ata a
tierra, el pie para comenzar el comentario, las modulaciones necesarias. Con Lorenzo la
sintonía se daba siempre, tanto como cuando condujimos juntos más de un vertiginoso
proceso electoral.
Carlos Mesa
Lorenzo Carri atraviesa un momento crucial de su vida. Quizás mira el final, el trance más
importante para cualquier ser humano, quizás no todavía.
Pienso que merece una palabra de agradecimiento de esta tierra a la que le ha dedicado la
mayor parte de sus desvelos. Pienso también que lo frecuente es el panegírico tardío, aquel
que quien lo recibe no puede escuchar.
Quiero decirle ahora, gracias.
Al final de los años sesenta del siglo pasado, apasionado por el fútbol, descubrí en una
radio japonesa que hoy calificaría de kitsh el programa “Sexta edición deportiva” que
conducía entonces. Me convertí en devoto seguidor de esa media hora de deportes porque
encontraba información, análisis y una peculiar mirada en profundidad de partidos,
campeonatos, jugadores…había un alma detrás, algo más trascendente que el solo recuento
de los hechos deportivos del día.
En 1969 el azar hizo que pudiese iniciar una pasantía de tres meses en radio Universo cuya
dirección de noticias estaba a su cargo. Fue la escuela de periodismo que me sirvió por
siempre. Como simple “colgandijo” asumía como el privilegio mayor la sagrada hora del
te. Por alguna razón, siendo apenas un muchachito, me dedicaba varios minutos de
conversación, casi siempre para hablar de fútbol, la pasión compartida. Pero es allí donde
aprendí lo que era hacer un buen “lead”, redactar un párrafo conciso, ser fiel a la
información tal como ocurrió, reescribir una nota de nuevo si no reflejaba adecuadamente
las ideas básicas que se debían transmitir…
Nunca olvidaré una tarde de aguacero en el patio interior de la casona que albergaba a
Universo (era ya 1976. Yo conducía un programa de música que se llamaba Posdata),
cuando mirando caerse el cielo me dijo “No creo que haya cosa más hermosa en la vida que
fumar un cigarrillo después de hacer el amor con la mujer que amas mientras escuchas la
lluvia golpeando los vidrios de tu habitación”.
Años después, en 1979 en radio Cristal bajo la batuta de Mario Castro, ensayamos una
modalidad que terminó por definir mi estilo personal en radio y televisión, la noticia en
contexto, la noticia analizada y comentada. Se dice más fácil de lo que se hace. Se requiere
un ritmo, los tiempos medidos, el silencio en el segundo adecuado, el ancla que te ata a
tierra, el pie para comenzar el comentario, las modulaciones necesarias. Con Lorenzo la
sintonía se daba siempre, tanto como cuando condujimos juntos más de un vertiginoso
proceso electoral.