George W. Bush reaparece en la escena pública
Estados Unidos, AFP
Como manda la tradición, todos los presidentes vivos de Estados Unidos se han dado cita en Dallas (Texas) para acudir a la inauguración de la Biblioteca de George W. Bush. Desde Jimmy Carter hasta Barack Obama, pasando por George Bush padre y Bill Clinton, los mandatarios olvidan por un día sus diferencias ideológicas para honrar la presidencia del inquilino número 43 de la Casa Blanca, en un acto de enorme transcendencia quesirve de factor cohesionador para la política de este país. El estreno del edificio, que recoge, en forma de biblioteca y museo, las luces y las sombras de sus dos mandatos, ha devuelto a la escena pública al expresidente, de la que estaba prácticamente desaparecido desde que abandonara la Casa Blanca en 2008.
El Museo y Biblioteca Presidencial George W. Bush se ha erigido en el campus de la Universidad Metodista en Dallas (Texas). En poco más de 4.000 metros cuadrados, el recinto alberga una muestra de los hitos políticos de Bush: El reñido escrutinio de los votos de Florida en 2000, determinante para otorgarle la victoria; los ataques del 11 de septiembre, que transformaron su presidencia; la invasión de Iraq; la tragedia del huracán Katrina; el desastre financiero en los albores del fin de su segundo mandato...
Un resto de los andamios del World Trade Center que se puede contemplar en al Biblioteca George W. Bush. / KEVORK DJANSEZIAN (AFP)
Todos estos momentos, así como otros menos controvertidos, como su política educativa, su lucha internacional contra el sida o su intento fallido de reformar la legislación migratoria, se recogen en la Librería de Bush a través de vídeos, documentos, espacios interactivos u objetos simbólicos, como el altavoz con el que Bush se dirigió a los bomberos y miembros de los servicios de emergencia en la zona cero del World Trade Center. “Puedo oíros”, gritó a través del aparato.
Los atentados de las Torres Gemelas se explican a través de una serie de imágenes que recogen los momentos más dramáticos, junto con el nombre de las 3.000 víctimas; una mesa interactiva muestra los documentos sobre Irak y Afganistán y en un vídeo, la secretaria de Estado de Bush, Condoleezza Rice, explica la decisión de invadir Irak y la controversia sobre la ausencia de armas de destrucción masiva en ese país.
En la Biblioteca, que ha costado 250 millones de dólares (la más cara) -financiados con fondos privados, aunque su mantenimiento corre a cargo de los contribuyentes-, se han recopilado más de 70 millones de páginas relacionadas con los dos mandatos de Bush, 200 millones de correos electrónicos, cuatro millones de fotografías... El museo del 43 presidente de EE UU es el que atesora el mayor número de documentos digitalizados de todas las Bibliotecas (13) dedicadas a los mandatarios de este país.
La inauguración de la Biblioteca supone también la vuelta al primer plano de la actualidad de Bush, quien, desde que abandonó la Casa Blanca en 2008, apenas ha tenido presencia pública. El acontecimiento también ha obligado a revisar su presidencia. Él mismo se ha encargado de defender su legado en las entrevistas que ha concedido a los medios a lo largo de estos días. “Parte de mis mandatos se ha definido por acontecimientos que no tendrían por qué haber ocurrido necesariamente”, comentó al diario Dallas Morning News. A la cadena ABC le aseguró que no se sentía “obligado” a defenderse de nada y, este mismo jueves, ha defendido la invasión de Irak en el programa Today de la NBC. “Todo lo que hice fue para garantizar la seguridad de EE UU. Creo que expulsar a Sadam Husein del poder fue la decisión correcta y que el mundo está mucho mejor sin él”, ha asegurado.
Tras aterrizar en Texas para asistir a la inauguración de la Biblioteca de su predecesor, Barack Obama aseguró que “George Bush ama a su país”. Obama recalcó que "pese a nuestras diferencias políticas, el presidente Bush comparte mi misma preocupación por el pueblo americano, sin importar su signo político". Las palabras del presidente son un ejemplo del espíritu que preside las inauguraciones de las Bibliotecas de los presidentes, un evento que pone el énfasis en la unidad política y no en las diferencias ideológicas que separan a los miembros del selecto club de los presidentes vivos de EE UU. El año pasado, durante la presentación de su retrato en la Casa Blanca, el actual presidente del país también reconoció la labor de Bush.
Una mesa interactiva muestra los documentos sobre Irak y Afganistán y en un vídeo, la secretaria de Estado de Bush, Condoleezza Rice, explica la decisión de invadir Irak y la controversia sobre la ausencia de armas de destrucción masiva en ese país
Cinco años después de que abandonara el poder, las encuestas parecen más benévolas con el expresidente. Si cuando se fue de la Casa Blanca sólo aprobaba su mandato el 33% de la población, una encuesta publicada esta semana por The Washington Post y la cadena ABC, indicaba que su popularidad ha subido al 47%. A Bush no parecen importarle los números, ahora que ha encontrado en sus cuadros un lugar donde expresar sus inquietudes. “La pintura ha cambiado mi vida”, ha reconocido a ABC.
Además de los presidentes, al acto de inauguración también asistirá buena parte de los miembros que integraron su gabinete como Colin Powell, Condoleezza Rice, que se encargará de presentar a Bush antes de su intervención, Karl Rove o Dick Cheney, cuya relación durante el segundo mandato del exmandatario, ha sido cuestionada en los últimos meses, a raíz del documental El mundo según Cheney.
Como manda la tradición, todos los presidentes vivos de Estados Unidos se han dado cita en Dallas (Texas) para acudir a la inauguración de la Biblioteca de George W. Bush. Desde Jimmy Carter hasta Barack Obama, pasando por George Bush padre y Bill Clinton, los mandatarios olvidan por un día sus diferencias ideológicas para honrar la presidencia del inquilino número 43 de la Casa Blanca, en un acto de enorme transcendencia quesirve de factor cohesionador para la política de este país. El estreno del edificio, que recoge, en forma de biblioteca y museo, las luces y las sombras de sus dos mandatos, ha devuelto a la escena pública al expresidente, de la que estaba prácticamente desaparecido desde que abandonara la Casa Blanca en 2008.
El Museo y Biblioteca Presidencial George W. Bush se ha erigido en el campus de la Universidad Metodista en Dallas (Texas). En poco más de 4.000 metros cuadrados, el recinto alberga una muestra de los hitos políticos de Bush: El reñido escrutinio de los votos de Florida en 2000, determinante para otorgarle la victoria; los ataques del 11 de septiembre, que transformaron su presidencia; la invasión de Iraq; la tragedia del huracán Katrina; el desastre financiero en los albores del fin de su segundo mandato...
Un resto de los andamios del World Trade Center que se puede contemplar en al Biblioteca George W. Bush. / KEVORK DJANSEZIAN (AFP)
Todos estos momentos, así como otros menos controvertidos, como su política educativa, su lucha internacional contra el sida o su intento fallido de reformar la legislación migratoria, se recogen en la Librería de Bush a través de vídeos, documentos, espacios interactivos u objetos simbólicos, como el altavoz con el que Bush se dirigió a los bomberos y miembros de los servicios de emergencia en la zona cero del World Trade Center. “Puedo oíros”, gritó a través del aparato.
Los atentados de las Torres Gemelas se explican a través de una serie de imágenes que recogen los momentos más dramáticos, junto con el nombre de las 3.000 víctimas; una mesa interactiva muestra los documentos sobre Irak y Afganistán y en un vídeo, la secretaria de Estado de Bush, Condoleezza Rice, explica la decisión de invadir Irak y la controversia sobre la ausencia de armas de destrucción masiva en ese país.
En la Biblioteca, que ha costado 250 millones de dólares (la más cara) -financiados con fondos privados, aunque su mantenimiento corre a cargo de los contribuyentes-, se han recopilado más de 70 millones de páginas relacionadas con los dos mandatos de Bush, 200 millones de correos electrónicos, cuatro millones de fotografías... El museo del 43 presidente de EE UU es el que atesora el mayor número de documentos digitalizados de todas las Bibliotecas (13) dedicadas a los mandatarios de este país.
La inauguración de la Biblioteca supone también la vuelta al primer plano de la actualidad de Bush, quien, desde que abandonó la Casa Blanca en 2008, apenas ha tenido presencia pública. El acontecimiento también ha obligado a revisar su presidencia. Él mismo se ha encargado de defender su legado en las entrevistas que ha concedido a los medios a lo largo de estos días. “Parte de mis mandatos se ha definido por acontecimientos que no tendrían por qué haber ocurrido necesariamente”, comentó al diario Dallas Morning News. A la cadena ABC le aseguró que no se sentía “obligado” a defenderse de nada y, este mismo jueves, ha defendido la invasión de Irak en el programa Today de la NBC. “Todo lo que hice fue para garantizar la seguridad de EE UU. Creo que expulsar a Sadam Husein del poder fue la decisión correcta y que el mundo está mucho mejor sin él”, ha asegurado.
Tras aterrizar en Texas para asistir a la inauguración de la Biblioteca de su predecesor, Barack Obama aseguró que “George Bush ama a su país”. Obama recalcó que "pese a nuestras diferencias políticas, el presidente Bush comparte mi misma preocupación por el pueblo americano, sin importar su signo político". Las palabras del presidente son un ejemplo del espíritu que preside las inauguraciones de las Bibliotecas de los presidentes, un evento que pone el énfasis en la unidad política y no en las diferencias ideológicas que separan a los miembros del selecto club de los presidentes vivos de EE UU. El año pasado, durante la presentación de su retrato en la Casa Blanca, el actual presidente del país también reconoció la labor de Bush.
Una mesa interactiva muestra los documentos sobre Irak y Afganistán y en un vídeo, la secretaria de Estado de Bush, Condoleezza Rice, explica la decisión de invadir Irak y la controversia sobre la ausencia de armas de destrucción masiva en ese país
Cinco años después de que abandonara el poder, las encuestas parecen más benévolas con el expresidente. Si cuando se fue de la Casa Blanca sólo aprobaba su mandato el 33% de la población, una encuesta publicada esta semana por The Washington Post y la cadena ABC, indicaba que su popularidad ha subido al 47%. A Bush no parecen importarle los números, ahora que ha encontrado en sus cuadros un lugar donde expresar sus inquietudes. “La pintura ha cambiado mi vida”, ha reconocido a ABC.
Además de los presidentes, al acto de inauguración también asistirá buena parte de los miembros que integraron su gabinete como Colin Powell, Condoleezza Rice, que se encargará de presentar a Bush antes de su intervención, Karl Rove o Dick Cheney, cuya relación durante el segundo mandato del exmandatario, ha sido cuestionada en los últimos meses, a raíz del documental El mundo según Cheney.