Corea del Sur se protege ante un posible ataque con misiles del Norte
El Gobierno norcoreano ha pedido a las embajadas extranjeras, entre ellas la de Rusia, que consideren la posibilidad de evacuarlas
Jose Reinoso
Pekín, El País
Corea del Sur ha tomado medidas para atajar un posible ataque llegado del Norte en caso de que Pyongyang decida convertir su retórica bélica de las últimas semanas en hechos. Seúl ha desplazado a sus costas este y oeste sendos destructores con sistemas avanzados de seguimiento de misiles, según ha informado este viernes la prensa surcoreana. La medida ha sido adoptada en paralelo al envío por parte de Washington de un barco a la península coreana y otro al Pacífico occidental, dotados también con sistemas de defensa antimisiles, y el anuncio, el miércoles, del Pentágono de que instalará baterías terrestres THAAD, capaces de derribar misiles de largo alcance, en la isla de Guam, un territorio estadounidense en el Pacífico donde tiene importantes bases militares.
Ante la subida de tensión, el Gobierno norcoreano ha pedido a las embajadas extranjeras, entre ellas la de Rusia, que consideren la posibilidad de evacuarlas. “La propuesta ha sido hecha a las embajadas en Pyongyang, y estamos intentando aclarar la situación”, ha declarado el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, de viaje en Uzbequistán, según la agencia rusa Interfax, informa Reuters. Lavrov ha afirmado que está en contacto con China, Estados Unidos, Corea del Sur y Japón para analizar la situación.
El despliegue de buques de guerra surcoreanos se ha producido en respuesta a las repetidas amenazas y al traslado por Corea del Norte de dos misiles de alcance medio a su costa este. Kim Kwan-jin, ministro de Defensa de Corea del Sur, aseguró el jueves en una sesión parlamentaria que Corea del Norte ha desplazado un misil de “alcance considerable” a la costa este, pero la agencia surcoreana Yonhap ha afirmado hoy que en realidad son dos. “El Norte ha transportado en tren esta semana dos misiles Musudan y los ha colocado en rampas de lanzamiento móviles”, ha asegurado un alto cargo militar surcoreano, según Yonhap. La instalación de los cohetes en vehículos, que han sido escondidos, es percibida como una señal de que el Norte podría llevar a cabo un lanzamiento por sorpresa, ya sea con fines militares, como ejercicio de tiro o como prueba.
El Musudan tiene un alcance de unos 3.000 a 4.000 kilómetros, lo que significa que podría golpear Corea del Sur, Japón y Guam. Fue mostrado por primera vez en un desfile militar en octubre de 2010, pero no ha sido nunca probado en vuelo.
El ejército surcoreano está utilizando también para prevenir los movimientos de su vecino el sistema de radares en tierra Green Pine y aviones de vigilancia con radar. “Estamos monitorizando de cerca los preparativos de misiles de Corea del Norte, pero no está claro cuándo y dónde disparará”, ha afirmado Kim Min-seok, portavoz de defensa, según el diario Korea Times.
Kim ha asegurado que Pyongyang podría elegir una fecha de lanzamiento que considere “significativa”, pero no ha dado más detalles. “Significativa” puede querer decir en torno al 15 de abril, 101 aniversario del nacimiento de Kim Il-sung, primer líder de la República Popular Democrática de Corea (nombre oficial del país), abuelo de Kim Jong-un y fundador de la dinastía Kim. Un movimiento que iría destinado a fortalecer la imagen del régimen y la del joven Kim Jong-un.
Pyongyang ha amenazado en las últimas semanas con ejecutar ataques nucleares preventivos contra Corea del Sur y Estados Unidos. La escalada de tensión se ha producido tras las sanciones aplicadas por la ONU a Pyongyang por haber lanzado un cohete en diciembre, que, según Estados Unidos y sus aliados, fue el ensayo de un misil de largo alcance -algo que el Norte niega-, y la prueba atómica que efectuó el 12 de febrero. Los líderes norcoreanos están, además, furiosos por las maniobras que están realizando Corea del Sur y Estados Unidos en la península, que consideran un ensayo de invasión.
El régimen advirtió el jueves que el ejército ha recibido la autorización final para atacar a Estados Unidos con armas nucleares “más ligeras, pequeñas y diversificadas”, y que la guerra podía estallar “hoy o mañana”. La mayoría de los expertos, sin embargo, creen que Pyongyang no tiene todavía la tecnología para fabricar una bomba nuclear lo suficientemente pequeña para colocarla en un misil balístico. Corea del Norte aseguró martes pasado que va a volver a poner en funcionamiento el reactor de la central nuclear de Yongbyon –núcleo de su programa de armas atómicas- y las instalaciones de enriquecimiento de uranio.
Jose Reinoso
Pekín, El País
Corea del Sur ha tomado medidas para atajar un posible ataque llegado del Norte en caso de que Pyongyang decida convertir su retórica bélica de las últimas semanas en hechos. Seúl ha desplazado a sus costas este y oeste sendos destructores con sistemas avanzados de seguimiento de misiles, según ha informado este viernes la prensa surcoreana. La medida ha sido adoptada en paralelo al envío por parte de Washington de un barco a la península coreana y otro al Pacífico occidental, dotados también con sistemas de defensa antimisiles, y el anuncio, el miércoles, del Pentágono de que instalará baterías terrestres THAAD, capaces de derribar misiles de largo alcance, en la isla de Guam, un territorio estadounidense en el Pacífico donde tiene importantes bases militares.
Ante la subida de tensión, el Gobierno norcoreano ha pedido a las embajadas extranjeras, entre ellas la de Rusia, que consideren la posibilidad de evacuarlas. “La propuesta ha sido hecha a las embajadas en Pyongyang, y estamos intentando aclarar la situación”, ha declarado el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, de viaje en Uzbequistán, según la agencia rusa Interfax, informa Reuters. Lavrov ha afirmado que está en contacto con China, Estados Unidos, Corea del Sur y Japón para analizar la situación.
El despliegue de buques de guerra surcoreanos se ha producido en respuesta a las repetidas amenazas y al traslado por Corea del Norte de dos misiles de alcance medio a su costa este. Kim Kwan-jin, ministro de Defensa de Corea del Sur, aseguró el jueves en una sesión parlamentaria que Corea del Norte ha desplazado un misil de “alcance considerable” a la costa este, pero la agencia surcoreana Yonhap ha afirmado hoy que en realidad son dos. “El Norte ha transportado en tren esta semana dos misiles Musudan y los ha colocado en rampas de lanzamiento móviles”, ha asegurado un alto cargo militar surcoreano, según Yonhap. La instalación de los cohetes en vehículos, que han sido escondidos, es percibida como una señal de que el Norte podría llevar a cabo un lanzamiento por sorpresa, ya sea con fines militares, como ejercicio de tiro o como prueba.
El Musudan tiene un alcance de unos 3.000 a 4.000 kilómetros, lo que significa que podría golpear Corea del Sur, Japón y Guam. Fue mostrado por primera vez en un desfile militar en octubre de 2010, pero no ha sido nunca probado en vuelo.
El ejército surcoreano está utilizando también para prevenir los movimientos de su vecino el sistema de radares en tierra Green Pine y aviones de vigilancia con radar. “Estamos monitorizando de cerca los preparativos de misiles de Corea del Norte, pero no está claro cuándo y dónde disparará”, ha afirmado Kim Min-seok, portavoz de defensa, según el diario Korea Times.
Kim ha asegurado que Pyongyang podría elegir una fecha de lanzamiento que considere “significativa”, pero no ha dado más detalles. “Significativa” puede querer decir en torno al 15 de abril, 101 aniversario del nacimiento de Kim Il-sung, primer líder de la República Popular Democrática de Corea (nombre oficial del país), abuelo de Kim Jong-un y fundador de la dinastía Kim. Un movimiento que iría destinado a fortalecer la imagen del régimen y la del joven Kim Jong-un.
Pyongyang ha amenazado en las últimas semanas con ejecutar ataques nucleares preventivos contra Corea del Sur y Estados Unidos. La escalada de tensión se ha producido tras las sanciones aplicadas por la ONU a Pyongyang por haber lanzado un cohete en diciembre, que, según Estados Unidos y sus aliados, fue el ensayo de un misil de largo alcance -algo que el Norte niega-, y la prueba atómica que efectuó el 12 de febrero. Los líderes norcoreanos están, además, furiosos por las maniobras que están realizando Corea del Sur y Estados Unidos en la península, que consideran un ensayo de invasión.
El régimen advirtió el jueves que el ejército ha recibido la autorización final para atacar a Estados Unidos con armas nucleares “más ligeras, pequeñas y diversificadas”, y que la guerra podía estallar “hoy o mañana”. La mayoría de los expertos, sin embargo, creen que Pyongyang no tiene todavía la tecnología para fabricar una bomba nuclear lo suficientemente pequeña para colocarla en un misil balístico. Corea del Norte aseguró martes pasado que va a volver a poner en funcionamiento el reactor de la central nuclear de Yongbyon –núcleo de su programa de armas atómicas- y las instalaciones de enriquecimiento de uranio.