Buen marcador para Barcelona, pero a un alto precio
Hubo un tiempo en el que París era la ciudad del pecado y de la locura. El Barça ayer pecó y se desató en la capital gala. En la Ville Lúmiere, todo era posible. Refugio de artistas y bohemios, París era un puzzle por completar. ¿Quién le iba a decir al Barça que iba a vivir esta sinrazón en carne propia?. Pocos partidos más locos ha vivido el Barça en los últimos años que el que sufrió ayer en el Parque de los Príncipes. El 2-2 ante el PSG apuntaría a buen resultado, pero el peaje que se pagó a cambio es doloroso. La vuelta la deberán jugar los barcelonistas sin Messi ni Mascherano, lesionados. Y visto el meneíto que recibió el Barça durante buena parte del partido por parte del PSG, la cosa sigue estando con las espadas en todo lo alto.Europa se empina, pero el Barça no se rinde. La Champions de los de Vilanova se adivina heroica. De esas en las que cada eliminatoria es una gesta.
El partido de París es de esos inclasificables. Una tortura para el cronista. Sus primeros minutos fueron claramente favorables a un PSG que comandado por Lucas Moura minimizó al Barcelona. En esas, apareció Messi, puso las cosas en su sitio con un gol y se lesionó al instante. Pavor en las filas barcelonistas. El terror aumentó en cuanto se supo que el sustituto del argentino era Cesc.
El 0-1 a favor del Barça era injusto. Era el PSG el mejor equipo sobre el terreno de juego hasta la media parte. Si el Barça ganaba era gracias a las paradas de Valdés, el trabajo de Alves y la definición de Messi. Quedaban muchas cosas por pasar.
Llega Stark. El partido era ya bastante raro, sin un dominador claro, con Messi lesionado y el PSG que a ratos parecía un equipazo y a ratos una banda. Ahí no había quien dijera este partido es mío hasta que apareció el afamado colegiado Stark, que ayudado por dos monigotes en las línea de gol la lío parda. Primero evitó que dos jugadores del Barça que habían chocado entre ellos ingresaran en el campo en una jugada de ataque de los franceses. Por tanto, se defendían 9 contra 11. Y de esa jugada llegó el empate. Y además, en un fuera de juego catedralício de Ibrahimovic ante la mirada de pasmarote de eso llamado juez de gol que se ha inventado Platini.
Con el empate del PSG y el Barça sin poder contar con Messi ni Mascherano, la cosa se ponía muy malita para los intereses de los catalanes. Pero París tiene esta locura y resultó que Alexis, que es lo más parecido a uno de esos niños pequeños que se dedican a molestar constantemente con sus carreras arriba y abajo sin aportar nada a la sociedad, chocó con el guardameta francés. Stark, con una mala consciencia que le pesaba más que una excavadora, no tuvo más remedio que señalar penalti. Xavi lo marcó y la eliminatoria parecía encaminada para el Barcelona.
Pero las noches de París guardan muchos más secretos de los que te puedes imaginar y resultó que los dos mejores jugadores del Barça hasta el momento (Alves y Valdés) fallaron en el momento menos oportuno. En el descuento, Ibra bajo un balón ante el brasileño para que Matuidi rematara ante un Víctor que hizo ñam-ñam. De la noche loca, a la noche mágica.
PSG: Sirigu; Jallet, Alex, Thiago Silva, Maxwell; Lucas, Beckham (Verratti, m.70), Matuidi, Pastore (Gameiro, m.76); Ibrahimovic, Lavezzi (Ménez, m.66)
Barcelona: Víctor Valdés; Alves, Piqué, Mascherano (Bartra, m.83), Jordi Alba; Xavi Hernández, Busquets, Iniesta; Alexis Sánchez, Messi (Messi, m.46), Villa (Tello, m.80)
Goles: 0-1, m.38: Messi; 1-1, m.80: Ibrahimovic; 1-2, m.89: Xavi (p); 2-2, m.94: Matuidi.
Árbitro: Wolfgang Stark (ALE), amonestó a Sirigu, Matuidi, Ibrahimovic y Beckham en el lado local y a Piqué, Alves, Marcherano, y Alba en el visitante.
Incidencias: Encuentro de ida de los cuartos de final de la Liga de Campeones disputado en el Parque de los Príncipes de París ante unos 45.000 espectadores, algo más de 2.000 de ellos aficionados del Barcelona.