Al menos 29 personas murieron y 58 resultaron heridas en unos atentados al sureste de Somalia

Mogadiscio, EFE
Al menos 29 personas murieron y otras 58 resultaron heridas de diversa consideración en los atentados de este domingo en Mogadiscio, según el último balance de víctimas desvelado hoy por el primer ministro somalí, Abdi Farah Shirdon.
Citado por la página web de la red de medios somalí Shabelle, Shirdon, que visitó el complejo judicial atacado y un hospital capitalino, indicó que 7 de los heridos se encontraban en estado grave y que los fallecidos serían honrados con un funeral de Estado.


Asimismo alertó de la presencia de experimentados combatientes extranjeros entre los miembros de la milicia radical islámica Al Shabab, por lo que consideró que el conflicto ha alcanzado niveles internacionales.

“No dejaremos que este despreciable ataque descarrile nuestro programa de reforma”
“Estamos preocupados por la intervención extranjera en el ataque de ayer y por eso estamos trabajando duro con nuestros socios internacionales en cuestiones de seguridad y compartiendo informes de inteligencia”, señaló Shirdon.

No obstante, el primer ministro de Somalia afirmó que su Gobierno seguirá trabajando por la paz y la seguridad, las prioridades del Ejecutivo somalí.

“No dejaremos que este despreciable ataque descarrile nuestro programa de reforma. Ayer fue trágico, pero la seguridad es nuestra máxima prioridad. He ordenado una investigación para comprender cómo pudo suceder. Hemos reforzado la seguridad en torno a los edificios importantes”, agregó Shirdon.

Al Shabab se atribuyó ayer la autoría de los ataques a través de un mensaje en Twitter.

Varios radicales asaltaron el recinto capitalino que alberga los tribunales de justicia, para lo que usaron también un coche bomba.

Tras una hora de intercambio de disparos con las fuerzas de Seguridad somalíes, nueve de los atacantes se inmolaron.

En un atentado casi simultáneo, otro coche bomba atacó un vehículo de la Media Luna Roja que transportaba a trabajadores humanitarios de Turquía.

Somalia vive en un estado de guerra y caos permanente desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barré, lo que dejó al país sin un Gobierno efectivo y en manos de milicias radicales islámicas, señores de la guerra que responden a los intereses de un clan determinado y bandas de delincuentes armados.

Pese a los avances en el terreno político logrados el pasado año, el nuevo Ejecutivo todavía no cuenta con un control absoluto del territorio, con amplias zonas del centro y el sur de Somalia bajo dominio de Al Shabab.

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