Una romería recordó los 33 años del asesinato de Luis Espinal

La Paz, ANF
Este jueves se realizó la tradicional romería que recuerda los 33 años del asesinato del sacerdote jesuita Luis Espinal Camps en la que se reivindicó su aporte para la consolidación de la democracia en el país y su legado respecto libertad de expresión y la justicia social.


La alcaldesa interinad de la ciudad de La Paz, Gabriela Niño de Guzmán, el ex defensor del Pueblo, Waldo Albarracín, estudiantes del Colegio Villamil y la Unidad Educativa 10 de Junio junto además de personas que valoran la labor que realizó el sacerdote jesuita participaron de la caminata.

“El padre (Luis) Espinal, por haber defendido la justicia social, por haber defendido la libertad de pensamiento, por haber defendido los principios básicos de los que es vivir en democracia, vivir en libertad y vivir con justicia social, por eso lo mataron pagó con su vida. Y de la manera más cobarde lo secuestraron, lo trajeron a este lugar, donde lo mataron y lo abandonaron”, relató Niño de Guzmán.

A su turno, el ex defensor del Pueblo y activista de Derechos Humanos, Waldo Albarracín, recordó que en la década del 80 e incluso durante el gobierno de Lidia Gueiler Tejada, los militares cometieron varias irregularidades, abusos de poder y delitos contra civiles e incluso contra autoridades de gobierno.

“Lo metieron a un vehículo, lo llevaron al Matadero Municipal de Achachicala. Lo torturaron toda la noche, le fracturaron varias costillas, le destrozaron el cuerpo y finalmente, le metieron como 20 balazos. Se vio el odio que exponía esa gente, que sienten desprecio por la vida. No satisfechos con eso el cuerpo lo trajeron aquí. Este era un basural, era un barrio no muy poblado y alejado del centro de la ciudad”, contó Albarracín.

Semanario Aquí.

Frente a este contexto, una de las personas que denunció esos hechos de violación a los derechos humanos, fue el P. Luis Espinal. Este sacerdote español y jesuita, fue director del semanario Aquí, que era apoyado también por varios jóvenes.

Esas denuncias de defensa de los derechos humanos y la libertad de pensamiento, eran publicados en este semanario y ello provocó varias amenazas, amedrentamientos y hechos como la explosión de una bomba en este medio escrito.

Además, esas amenazas provocaron el secuestro de Espinal, que vivía en Miraflores por parte de paramilitares el 22 de marzo de 1980.

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