Una comisión de investigación muestra imágenes de torturas cometidas por soldados británicos en Irak

Londres, EP
La comisión de investigación independiente Al Sweady, encargada de analizar las supuestas torturas y ejecuciones cometidas por militares británicos en Irak en mayo de 2004, ha exhibido este lunes imágenes de detenidos mutilados y con síntomas de haber sido torturados.


Creada por orden del Gobierno británico en 2009 para averiguar todo lo sucedido tras la batalla registrada el 14 de mayo de 2004 en el puesto de control Danny Boy en Irak, la comisión Al Sweady ha comenzado hoy la fase de audiencias tras tres años de investigación.

Los militares británicos están acusados de haber capturado a un grupo de iraquíes durante la batalla en ese puesto de control, situado a unos cinco kilómetros de la localidad de Majar al Kabir, y de haberlos trasladado para torturarlos y en algunos casos ejecutarlos en la base Camp Abu Naji.

Las Fuerzas Armadas británicas han negado haber cometido ninguna irregularidad y que los militares hayan ejecutado o torturado a detenidos iraquíes tras la batalla.

La comisión Al Sweady, que ya ha supuesto un coste de quince millones de libras esterlinas (17,4 millones de euros), se encuentra en la fase preliminar. En su primera jornada de comparecencias, la comisión ha leído un resumen con los certificados de fallecimiento de más de 20 personas cuyos cadáveres fueron entregados a la población local en la puerta de la base Camp Abu Naji el 15 de mayo de 2004.

Según estos documentos, tres de los cuerpos tenían signos de torturas, con lesiones como amputación de un ojo o del pene o huesos fracturados. Tras la lectura de los certificados de fallecimiento, la comisión ha exhibido varias fotografías de cadáveres con heridas ensangrentadas. Una de las imágenes muestra a un hombre con un reloj en la muñeca y con la mano amputada. Varios de los cadáveres están completamente desfigurados.

No hay cifra oficial de muertos en la batalla del puesto de control de Danny Boy ni en la base Camp Abu Naji. La comisión de investigación ha explicado que su objetivo es determinar las circunstancias en las que perdieron la vida 28 personas.

Se prevé que la fase de audiencias en la comisión Al Sweady se prolongue durante un año, con la comparecencia de unos 60 testigos iraquíes en los próximos meses desde Londres o por videoconferencia desde la Embajada británica en Beirut (Líbano), así como 200 militares británicos que vivieron lo sucedido.

Los hechos sucedidos en la batalla del puesto de control Danny Boy no son nada habituales, toda vez que los militares no suelen recoger los cuerpos de las bajas del bando enemigo. En este caso, los británicos recibieron la orden de identificar a los enemigos muertos para saber si entre ellos estaba el presunto asesino de seis militares británicos en junio de 2003 en la localidad de Majar al Kabir.

Las Fuerzas Armadas británicas han asegurado que la labor de identificación de ese presunto asesino fue el motivo por el que decidieron llevarse 20 cuerpos del campo de batalla a la base Camp Abu Naji. Otros nueve prisioneros también fueron trasladados a esa misma base y, posteriormente, a un centro de detención de la base logística Shaibá, antes de ser entregados a las autoridades iraquíes el 23 de septiembre de 2004.

Cinco de los nueve detenidos han denunciado que fueron torturados cuando estuvieron bajo custodia de los militares británicos. La comisión de investigación toma su nombre de uno de los iraquíes que murieron a manos de militares británicos en la base militar, Hamid al Sweady.

En el caso de que la comisión, que tiene previsto publicar sus conclusiones a finales de 2014, confirme las acusaciones contra los militares británicos, todo lo sucedido tras el final de la batalla se hará público y podría suponer una de las mayores atrocidades cometidas en una guerra por las Fuerzas Armadas británicas.

La comisión Al Sweady es la segunda mayor investigación pública sobre la actuación de los militares británicos en la guerra de Irak. La primera investigación analizó la muerte del recepcionista de hotel Baha Mousa, que murió en Basora en 2003 por "un horrible episodio de violencia gratuita" de las tropas británicas.

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