Papa Francisco: “Un poco de misericordia cambia al mundo”
Ciudad del Vaticano, ANF
El papa Francisco dijo este domingo en su primer Ángelus en la Plaza de San Pedro que “un poco de misericordia cambia el mundo, lo hace menos frío y más justo”.
Antes del Ángelus, el Papa celebró una misa en la iglesia de Santa Ana del Vaticano, durante la cual también subrayó la importancia de la misericordia: "Para mí, lo digo humildemente, el mensaje más fuerte del Señor es la misericordia", sostuvo.
Más de 150.000 personas, según cálculos oficiales, colmaron la Plaza de San Pedro para recibir la bendición y escuchar las palabras del nuevo Pontífice, quien sorprendió nuevamente a su audiencia con anécdotas y reflexiones fuera de guión.
Francisco contó a los fieles que estos días ha leído un libro sobre la misericordia escrito por el cardenal alemán Walter Kasper, "un teólogo bueno, ¿eh?".
"No creáis que hago publicidad de los libros de mis cardenales... Pero me ha hecho tanto bien ese libro. El cardenal Kasper dice que sentir misericordia cambia todo. Un poco de misericordia cambia el mundo, lo hace menos frío y más justos", afirmó.
El Papa centró su reflexión en el evangelio del día, el pasaje en el que Jesús evita que una adúltera sea lapidada con la frase: "El que esté libre de pecado que tire la primera piedra", y señaló que al igual que Jesús, que ni condena ni desprecia a esa mujer, Dios tampoco condena.
"El rostro de Dios es el de un padre misericordioso que siempre tiene paciencia.¿Habéis pensado a la paciencia que Dios tiene con cada uno de nosotros? Nos comprende, nos espera, no se cansa de perdonarnos", dijo.
"Jesús nunca se cansa de perdonarnos, nunca. El problema es que nosotros nos cansamos de pedir perdón", subrayó.
Francisco contó una anécdota sobre una anciana muy humilde, de más de 80 años, que un día acudió a confesarse con él. "Abuela, ¿quiere usted confesarse?", le dije. "Pero si usted no tiene pecados". Ella respondió que todos tenemos pecados y que si el Señor no perdonase el mundo no existiría. "Yo quise preguntarle si había estudiado en la Gregoriana, porque eso es la sabiduría", reflexionó.
Durante la misa que celebró previamente en la iglesia de Santa Ana, el papa Francisco presentó a los asistentes a Gonzalo, "un sacerdote argentino que trabaja en Uruguay con chicos de la calle, con drogadictos”. “Rezad por él", pidió.
Al término de la celebración eucarística, Francisco saludó uno por uno a todos los asistentes, a los que dio la mano, abrazó o besó. "Reza por mí. Pero a favor, ¿eh?, no en contra", le dijo a un niño. El Papa se mezcló entre los cientos de personas congregadas frente al templo, en medio de gritos de "¡Francisco, Francisco!" y "¡Viva el Papa!".
El papa Francisco dijo este domingo en su primer Ángelus en la Plaza de San Pedro que “un poco de misericordia cambia el mundo, lo hace menos frío y más justo”.
Antes del Ángelus, el Papa celebró una misa en la iglesia de Santa Ana del Vaticano, durante la cual también subrayó la importancia de la misericordia: "Para mí, lo digo humildemente, el mensaje más fuerte del Señor es la misericordia", sostuvo.
Más de 150.000 personas, según cálculos oficiales, colmaron la Plaza de San Pedro para recibir la bendición y escuchar las palabras del nuevo Pontífice, quien sorprendió nuevamente a su audiencia con anécdotas y reflexiones fuera de guión.
Francisco contó a los fieles que estos días ha leído un libro sobre la misericordia escrito por el cardenal alemán Walter Kasper, "un teólogo bueno, ¿eh?".
"No creáis que hago publicidad de los libros de mis cardenales... Pero me ha hecho tanto bien ese libro. El cardenal Kasper dice que sentir misericordia cambia todo. Un poco de misericordia cambia el mundo, lo hace menos frío y más justos", afirmó.
El Papa centró su reflexión en el evangelio del día, el pasaje en el que Jesús evita que una adúltera sea lapidada con la frase: "El que esté libre de pecado que tire la primera piedra", y señaló que al igual que Jesús, que ni condena ni desprecia a esa mujer, Dios tampoco condena.
"El rostro de Dios es el de un padre misericordioso que siempre tiene paciencia.¿Habéis pensado a la paciencia que Dios tiene con cada uno de nosotros? Nos comprende, nos espera, no se cansa de perdonarnos", dijo.
"Jesús nunca se cansa de perdonarnos, nunca. El problema es que nosotros nos cansamos de pedir perdón", subrayó.
Francisco contó una anécdota sobre una anciana muy humilde, de más de 80 años, que un día acudió a confesarse con él. "Abuela, ¿quiere usted confesarse?", le dije. "Pero si usted no tiene pecados". Ella respondió que todos tenemos pecados y que si el Señor no perdonase el mundo no existiría. "Yo quise preguntarle si había estudiado en la Gregoriana, porque eso es la sabiduría", reflexionó.
Durante la misa que celebró previamente en la iglesia de Santa Ana, el papa Francisco presentó a los asistentes a Gonzalo, "un sacerdote argentino que trabaja en Uruguay con chicos de la calle, con drogadictos”. “Rezad por él", pidió.
Al término de la celebración eucarística, Francisco saludó uno por uno a todos los asistentes, a los que dio la mano, abrazó o besó. "Reza por mí. Pero a favor, ¿eh?, no en contra", le dijo a un niño. El Papa se mezcló entre los cientos de personas congregadas frente al templo, en medio de gritos de "¡Francisco, Francisco!" y "¡Viva el Papa!".