La CIA utilizó "rutinariamente" a los mercenarios de Blackwater en sus misiones
Madrid, EP
El fundador de la compañía militar privada Blackwater, Erick Prince, ha asegurado que su firma de mercenarios llegó a actuar como "una extensión" de la Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA) en misiones que la agencia no podía cumplir por las restricciones legales con las que trabajan sus agentes.
"La compañía se convirtió en una extensión virtual de la CIA porque nos pedían una y otra vez que hiciéramos misiones peligrosas que la agencia no podía o no quería hacer", ha asegurado Prince, en declaraciones por escrito remitidas a la publicación electrónica 'The Daily Beast'.
"El trabajo de la CIA empezó cuando le proporcionamos instructores especializados e instalaciones que la agencia no tenía", ha explicado. Un ejemplo de la estrecha colaboración de esta empresa de mercenarios con la CIA tuvo lugar el 19 de marzo de 2005, cuando Prince y varios oficiales de la CIA se reunieron con el rey Abdalá II de Jordania y varios de sus hermanos durante una visita a la sede de la compañía en Moyock (Carolina del Norte), según han explicado abogados de la empresa y varios exresponsables de la misma.
En esa ocasión, el Rey Abdalá, que fue oficial de las Fuerzas Especiales jordanas, y Prince, exmiembro de la unidad militar de élite estadounidense SEAL, participaron en un simulacro de emboscada, en el que condujeron vehículos a gran velocidad y asaltaron un edificio especialmente diseñado para el entrenamiento de combate cuerpo a cuerpo, según ha recordado Prince.
Al término de esa jornada, los directivos de Blackwater le regalaron al monarca un fusil modificado Bushmaster AR15 y una escopeta Remington con los logos de la compañía. También entregaron a los hermanos del rey varias pistolas Glock con el logo de Blackwater.
Posteriormente, la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos de Estados Unidos (ATF) registró la sede de Blackwater en el marco de una investigación sobre la procedencia de las armas que poseía y la compañía argumentó que regaló las armas al monarca jordano y su familia actuando "en nombre" del Gobierno estadounidense y de la CIA.
Un documento entregado por la defensa de Blackwater durante la investigación menciona al exdirector de Operaciones de la CIA José Rodríguez y al exdirector ejecutivo de la agencia Buzzy Krongard como dos de los altos cargos que tenían pleno conocimiento de las actividades de Blackwater en cooperación con la Agencia Central de Inteligencia. En ese mismo documento, uno de los nombres de oficiales de la CIA que conocían las actividades de la compañía de mercenarios aparece identificado como 'Erik P'.
"La CIA utilizaba rutinariamente a Blackwater en sus misiones en todo el mundo", sostiene el documento de la defensa de la compañía militar privada. "Estos esfuerzos se hicieron de acuerdo a contratos escritos y no escritos y por solicitudes informales. En muchas ocasiones, la CIA no pagó nada a Blackwater por su asesoramiento. Blackwater también empleó a oficiales y agentes de la CIA en misiones clandestinas y encubiertas. En muchos aspectos, Blackwater o al menos algunas partes de Blackwater era una extensión de la CIA", mantiene el escrito de defensa de la empresa.
El fundador de la compañía militar privada Blackwater, Erick Prince, ha asegurado que su firma de mercenarios llegó a actuar como "una extensión" de la Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA) en misiones que la agencia no podía cumplir por las restricciones legales con las que trabajan sus agentes.
"La compañía se convirtió en una extensión virtual de la CIA porque nos pedían una y otra vez que hiciéramos misiones peligrosas que la agencia no podía o no quería hacer", ha asegurado Prince, en declaraciones por escrito remitidas a la publicación electrónica 'The Daily Beast'.
"El trabajo de la CIA empezó cuando le proporcionamos instructores especializados e instalaciones que la agencia no tenía", ha explicado. Un ejemplo de la estrecha colaboración de esta empresa de mercenarios con la CIA tuvo lugar el 19 de marzo de 2005, cuando Prince y varios oficiales de la CIA se reunieron con el rey Abdalá II de Jordania y varios de sus hermanos durante una visita a la sede de la compañía en Moyock (Carolina del Norte), según han explicado abogados de la empresa y varios exresponsables de la misma.
En esa ocasión, el Rey Abdalá, que fue oficial de las Fuerzas Especiales jordanas, y Prince, exmiembro de la unidad militar de élite estadounidense SEAL, participaron en un simulacro de emboscada, en el que condujeron vehículos a gran velocidad y asaltaron un edificio especialmente diseñado para el entrenamiento de combate cuerpo a cuerpo, según ha recordado Prince.
Al término de esa jornada, los directivos de Blackwater le regalaron al monarca un fusil modificado Bushmaster AR15 y una escopeta Remington con los logos de la compañía. También entregaron a los hermanos del rey varias pistolas Glock con el logo de Blackwater.
Posteriormente, la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos de Estados Unidos (ATF) registró la sede de Blackwater en el marco de una investigación sobre la procedencia de las armas que poseía y la compañía argumentó que regaló las armas al monarca jordano y su familia actuando "en nombre" del Gobierno estadounidense y de la CIA.
Un documento entregado por la defensa de Blackwater durante la investigación menciona al exdirector de Operaciones de la CIA José Rodríguez y al exdirector ejecutivo de la agencia Buzzy Krongard como dos de los altos cargos que tenían pleno conocimiento de las actividades de Blackwater en cooperación con la Agencia Central de Inteligencia. En ese mismo documento, uno de los nombres de oficiales de la CIA que conocían las actividades de la compañía de mercenarios aparece identificado como 'Erik P'.
"La CIA utilizaba rutinariamente a Blackwater en sus misiones en todo el mundo", sostiene el documento de la defensa de la compañía militar privada. "Estos esfuerzos se hicieron de acuerdo a contratos escritos y no escritos y por solicitudes informales. En muchas ocasiones, la CIA no pagó nada a Blackwater por su asesoramiento. Blackwater también empleó a oficiales y agentes de la CIA en misiones clandestinas y encubiertas. En muchos aspectos, Blackwater o al menos algunas partes de Blackwater era una extensión de la CIA", mantiene el escrito de defensa de la empresa.