Fumata blanca, campanadas, gritos y lágrimas en la fría noche romana

Ciudad del Vaticano, Clarín
La ansiedad contenida se liberó en forma de gritos, llantos y aplausos cuando el humo blanco empezó a brotar de la sencilla chimenea instalada en el techo de tejas de la Capilla Sixtina. En poco menos de un día, los 115 cardenales reunidos bajo los monumentales frescos de Miguel Ángel eligieron al sucesor de Benedicto XVI.


Unas 10.000 personas, entre grandes y chicos, religiosos o simples curiosos, empezaron a agolparse desde las primeras horas de hoy en la plaza San Pedro. Abrigados hasta la nariz y con paraguas para resistir a los escasos ocho grados y las lloviznas intermitentes, esperaron durante horas con la mirada puesta en la chimenea, hasta que finalmente a las 19.06 (15.06, hora argentina) la señal humeante anunció la elección del nuevo Papa.

El humo blanco se elevó durante varios minutos, contrastando con el cielo bien negro. Las campanas del Vaticano comenzaron a sonar y se mezclaron con los gritos de júbilo que se elevaban desde la plaza. Banderas de distintos países (entre ellas una argentina) y carteles con consignas como “Viva il Papa” se agitaban de un lado al otro.

La chimenea dejó de ser el foco de atención de los presentes y las miradas se trasladaron entonces al balcón principal de la Basílica de San Pedro, donde un pesado telón bordó se corrió y mostró una habitación iluminada. Desde allí saludará el nuevo Papa y despertará otro arranque de algarabía entre los miles de fieles que ya tienen un nuevo Pontífice, aunque todavía no saben quién es.

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